Toda la responsabilidad recae sobre los ocho mineros del cuerpo de élite que llegaron a Totalán (Málaga) hace más de una semana. Ellos son los responsables de encontrar a Julen y devolverlo, finalmente, a sus padres. La última parte del trabajo les corresponde a ellos. El acondicionamiento del túnel vertical paralelo al pozo ya está terminado. Ahora, sólo ellos –y nadie más que ellos– pueden hacer el trabajo que resta. Con martillos de ocho kilos y botellas de oxígeno de 14, se irán turnando para bajar de dos en dos para mantener el frente siempre abierto. Lo que no se tiene claro es cuánto tiempo van a tardar. 

Así se ha entubado el pozo para rescatar a Julen Redacción | Agencias

El operativo de ocho mineros preparado para rescatar a Julen está formado por dos ingenieros (uno jefe y otro técnico) y seis especialistas. En las espaldas de todos ellos podrá leerse ‘Salvamento minero’. El proceso será el siguiente: dos mineros descenderán por el túnel con la intención de abrir una galería a mano que conecte con el pozo donde se cree que está el pequeño Julen. 

Sergio Tuñón es el ingeniero jefe de la Brigada de Salvamento Minero. Es director técnico desde 2012 y ha rescatado a mineros fallecidos, como el de Degaña en 2015 y el del espeleólogo en Vizcaya en 2017. El ingeniero técnico es Antonio Ortega, que, tras trabajar en el pozo de Santiago, se incorporó aproximadamente hace un año. 

Seis miembros de la brigada de mineros asturianos.

Los más veteranos de la Brigada de Salvamento son Maudilio Suárez y Jesús Fernández, ambos con más de 10 años de experiencia en el rescate de compañeros mineros. Les acompañarán Lázaro Alves, que decidió dedicarse a esto por amor; y José Antonio, Rubén y Adrián, los tres últimos en incorporarse. 

Una vez desciendan, tendrán que taladrar manualmente, con piquetas y martillos neumáticos de aire comprimido, el túnel que les llevará a la zona donde se estima que está el pequeño Julen, debajo del tapón formado en el pozo donde cayó el niño. A estos les ayudarán los Tedax de la Guardia Civil, preparados para, en caso de que sea necesario, realizar pequeñas voladuras para debilitar la montaña y facilitar la excavación de los mineros. 

Brigada de mineros asturianos dentro de la mina.

Estas tareas les podrían llevar casi 24 horas. Quizás más. Nadie se ha atrevido a dar una cifra concreta. 

En cualquier caso, los mineros ya están acostumbrados a este tipo de trabajos. El cuerpo de brigadistas de Salvamento Minero de Asturias tiene más de 100 años. Y, durante este tiempo, han intervenido en una cantidad innumerable de rescates bajo el lema: "Ningún minero se queda en la mina".  

Entre los requisitos que han tenido que cumplir para formar parte de este cuerpo de élite: ser picador, barrenista y minero de primera. Tener conocimientos en el manejo de maquinaria, en la manipulación del carbón y en electricidad. Además de pasar durísimas pruebas físicas. Es decir, todo lo necesario para enfrentarse a cualquier adversidad bajo tierra. 

Estos son los ocho 'magníficos' 

Sergio Tuñón (intengiero jefe), Lázaro Alves (especialista), Antonio Ortega (ingeniero técnico), Adrián Villaroel (especialista); José Antonio Huerta (especialista), Jesús Fernández (especialista), Maudilio Suárez (especialista).

Sergio Tuñón: es el ingeniero jefe, el encargado de decirle a sus compañeros qué deben hacer. Es director de la brigada desde 2012, pero ha recibido en herencia los conocimientos de muchos mineros asturianos. Trabaja para Nicolasa. Ha encabezado rescates como el del compañero fallecido en Degaña en 2015 y el del espeólologo en Vizcaya en 2017. 

Antonio Ortega: es el segundo, el ingeniero técnico, y ha sido de los últimos en incorporarse. Estuvo trabajando en el pozo de Santiago y, hace aproximadamente un año, entró a formar parte de este cuerpo de élite. Es hijo de un actuario de la Dirección General de Minas. 

Maudilio Suárez: especialista en metro, lleva 10 años rescatando mineros. Uno de sus hitos es la del espeólologo José Gambino, atrapado en la torca de Arañaga en 2017. 

Lázaro Alves Gutiérrez: tiene una deuda con la mina. Se juró, tras ver morir a compañeros, que no dejaría a nadie más dentro de una mina, que sacaría a todo aquel que se tragara la tierra. Y lo está cumpliendo. Es uno de los mejores especialistas. 

José Antono Huerta: hasta 2009 trabajaba para la empresa allerana Coto Minero Jove. Pero cambió. Decidió consagrar su vida a rescatar a otros compañeros mineros. Y se incorporó a una brigada con más de 100 años de historia. Una responsabilidad importante. Tiene dos hijos. 

Jesús Fernández Prado: le gustan los deportes de riesgo. Es aficionado al esquí, disfruta en la montaña y haciendo submarinismo. De familia minera, lo lleva en la sangre. Tiene más de 10 años de experiencia en rescates. 

Rubén García Ares: es de los más jóvenes y menos experimentados, pero lo compensa con su pasión. De la comarca del Nalón, vive en Aller. Tiene una hija y está casado. Antes de salir de su casa se juró que volvería tras rescatar a Julen. 

Adrián Villaroel: es el último especialista, se ha incorporado en esta década y es también joven. No ha llegado a aprender, sino a aportar. Vive en Villallana. 

Noticias relacionadas