La cruzada de Pedro Sánchez contra los automóviles que emiten gases contaminantes no tiene fin. De hecho, no ha hecho mas que empezar. El Gobierno prohibirá, a partir de 2040, matricular los coches diésel y los gasolina. Algo, en teoría, comprensible: España tiene que cumplir con los dictámenes comunitarios en 2050, cuando está previsto que no circulen turismos que funcionen con combustibles fósiles en la Unión Europea. Lo que nadie se esperaba es que en ese lote se incluyeran los híbridos, también con los días contados. “El modelo perfecto para la transición ecológica”, como apuntan desde el sector en conversación con EL ESPAÑOL. 

El Gobierno quiere ponerle fecha de caducidad a los coches diésel y de gasolina

Estos últimos son, precisamente, algunos de los coches que más se venden. Contabilizando el mismo periodo de 2017 y 2018 (de enero a septiembre), el híbrido, en todas sus versiones, es el que mayor aumento recoge en matriculaciones: el enchufable lo hace en un 87’73%, el no enchufable de gasolina en un 38’50% y el no enchufable diésel en un 1557’8%. Mientras, el automóvil de gasolina tan solo ha incrementado sus ventas en un 36’70% y el diésel ha descendido en un 16’72%. Estos son los datos por fuentes de energía según la ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), dejando a un lado los de gas natural. A partir de aquí, toca analizar el anuncio y las consecuencias que conlleva. 

El primer perjudicado, a priori, es el consumidor, que tendrá que invertir en cambiar su automóvil. Algo, al fin y al cabo, que no es nuevo: el conductor es el que más está sufriendo este tipo de medidas. Como el ‘impuestazo’ del diésel, que ya le ha supuesto un gasto extra antes del anuncio de este martes. En concreto, según los cálculos oficiales del Gobierno, supondrá un incremento de 38 euros cada 1.000 litros. Es decir, 3’3 euros más cada mes para los propietarios de estos vehículos. 

La prohibición de los diésel, los gasolina y los híbridos obligará a los consumidores a sustituir sus turismos. Sólo podrán comprar eléctricos y de hidrógeno. “Esto lo que hace es confundir al conductor, que pospone su decisión a la hora de adquirir uno nuevo. Hacer este anuncio a 22 años vista no tiene sentido”, explica Jorge Castellanos, jefe de Seguridad Vial del Real Automóvil Club de España (RACE). 

Hasta entonces, desde diferentes empresas, como desde Toyota España, en conversación con EL ESPAÑOL, inciden en que “los híbridos son una alternativa perfecta de transición porque emiten significativamente menos”. Es más, son “el presente”, como indica Jorge Castellanos. “Se pretende dar un salto no justificado desde las administraciones”, apuntilla.

Sin infraestructuras 

El anuncio se ha hecho sin que todavía haya un plan trazado para aumentar las infraestructuras. “Ahora queda un trabajo en colaboración con los diferentes agentes de este sector para coordinar medidas para diseñar estrategias que implican necesariamente ayudas a la compra, una fiscalidad verde adecuada y actuaciones que refuercen la apuesta industrial, tecnológica y de servicios vinculados a la nueva movilidad”, explica Arturo Pérez de Lucía, director general de AEDIVE (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico). 

Entre ellas, crear infraestructuras “de cara al futuro”, incide Enrique Centeno, responsable de Asuntos Corporativos de Toyota. Es decir, puntos para cargar los coches eléctricos o de hidrógeno. “Y aunque estos sean una alternativa, no se puede criminalizar al resto de automóviles”, se queja Jorge Castellanos. 

En cualquier caso, la otra alternativa que pregonan desde el sector no pasa por prohibir ese tipo de vehículos en 2040, sino por sustituir un parque automovilístico “antiguo”, tal y como apuntan desde el RACE. “Los datos son significativos. Respecto a un coche de hace 10 años, los nuevos emiten un 85% menos de oxido de nitrogeno y un 98% menos de particulas contaminantes. Ese es el problema de las ciudades”, finaliza Jorge Casteillanos. 

Pero, de momento, el anuncio está ahí. La cuenta atrás ha comenzado: los coches de gasolina, diésel, híbridos y gas natural tienen fecha de defunción. Con eso claro, ¿qué coche comprar? He ahí la cuestión. 

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