Los trabajadores de la empresa se han manifestado en contra de las condiciones laborales que viven. A la derecha, el dueño, Dani.

Los trabajadores de la empresa se han manifestado en contra de las condiciones laborales que viven. A la derecha, el dueño, Dani.

Reportajes

‘Dani’, lo que se esconde tras el súper más barato de España: denuncias de machismo y bajas por estrés

1 octubre, 2018 01:25

De los 29 contratos fijos que se han firmado este año en Supermercados Dani -el súper con los precios más competentes de España-, sólo 3 han sido para mujeres. Mujeres que tienen miedo a quedarse embarazadas por las represalias que la empresa pueda tomar en contra de ellas; castigos que van desde el cambio de tienda hasta el despido. También algunos empleados son víctimas de mobbing por parte de sus compañeros. Todo ello -según denuncias recabadas por el Comité de Empresa- en un ambiente de tensión y el estrés constante. Esto es lo que no se ve detrás de los supermercados más baratos de España.

Para Marta, el despido de siete de sus compañeros por presentarse a elecciones para el Comité de Empresa, fue el punto de inflexión. “Allí fue cuando me decidí a alzar la voz”, dice a EL ESPAÑOL. De los 460 empleados que tienen los supermercados, 113 han decidido rebelarse contra el Sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), y al que está afiliado Supermercados Dani, para defenderse de los abusos de la Empresa.

Daniel Lozano, dueño de los supermercados, se jacta de ser un hombre austero que vive para su familia y su negocio. En una entrevista con este diario, se presenta como un patriarca preocupado por su compañía y los que en ella trabajan. “Nos cuida mucho”, decían de él unos empleados en citada entrevista. Los trabajadores consultados decían que Daniel no da la cara ante este nuevo conflicto. “El trato con él es inexistente”. Debajo de esos 50 o 60 millones de euros anuales facturados y los precios más baratos del mercado, en cuestiones laborales, hay "muchas irregularidades".

“Siempre se ha dicho que el jefe tiene miedo a Comisiones Obreras (CCOO) porque quizá tema cumplir el convenio, crear un departamento de igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, el tema de los salarios, las horas extras, las mujeres embarazadas”.

“Siempre se ha dicho que el jefe tiene miedo a Comisiones Obreras (CCOO) porque quizá tema cumplir el convenio, crear un departamento de igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, el tema de los salarios, las horas extras, las mujeres embarazadas”.

Machismo y discriminación

“Toda la ejecutiva está formada por hombres”, dice Marta. “El máximo puesto al que puede aspirar una mujer es al de ayudante de encargado”, cuenta. Ella ha ocupado el cargo pero sólo en la práctica porque nunca la reconocieron en nómina. Pone el ejemplo de todas esas mujeres que van por la tienda con un traje gris, como el del encargado pero que no perciben mayor salario por el trabajo desempeñado. “Reciben el salario base como ayudante de dependienta”, por lo tanto, cotizan en la Seguridad Social en razón de esa categoría.

“Han contratado a 29 personas fijas. Sólo tres son mujeres. No es sitio de oportunidades para nosotras. Las promociones de mujeres se hacen a dedo. Tú sí, tú no, así es como los jefes eligen, ¿por qué no podemos nosotras, como mujeres, ascender?”, dice Marta; una madre de familia cuyo mayor temor al momento de rebelarse, fue no poder llevar dinero a su casa.

Hay que tener miedo al momento de decidir tener hijos, si se es empleada en Supermercados Dani. “Hay problemas con las bajas de maternidad, el período de lactancia, el permiso de conciliación familiar”, dice Marta. Las fechas para ejercer estos permisos son impuestas por la empresa, aunque las empleadas sigan el trámite correspondiente ante Recursos Humanos. “A las embarazadas las amenazan con perder sus puestos de trabajo... a la mayoría terminan despidiéndolas”, denuncia.

“Tengo compañeras que han estado embarazas y a las que obligan a cogerse horas cuando ellas no quieren. Las aceptan porque necesitan el dinero pero la empresa siempre se cierra en banda”, dice Juan. “He visto y escuchado abusos hacia mis compañeras. Las tratan de manera despectiva, con prepotencia, les hablan a voces... sé que muchas de ellas han sufrido ataques de ansiedad. He visto a mujeres tener que tomarse una pastilla para los nervios, pararse un rato a descansar. Las he visto llorar, tener ataques de pánico”, agrega.

Primera de las tiendas puestas en marcha por Daniel Lozano en Granada

Primera de las tiendas puestas en marcha por Daniel Lozano en Granada E.E.

Los hombres también sufren

Juan es padre de familia, de los que llevan a sus hijos al colegio. Tiene una reducción de jornada por guardia legal por hijos menores, como la tienen muchas de sus compañeras. “Contra ellas tienen una guerra declarada hace muchísimos años para evitar esta reducción”. Él era uno de los contados hombres y querían evitarlo. “Querían mi salida para que no se corriera la voz de que los hombres tenemos ese derecho”, que es algo de las mujeres sí, pero también es extensivo a los hombres con hijos pequeños, como Juan.

A Juan lo tienen relegado a un pasillo. No puede aspirar a cajero ni a trabajar en pescadería, frutería o carnicería. Su trabajo es reponer y pasar la mopa o la máquina aspiradora. A veces no le dan ningún tipo de orden, le niegan el trabajo, “me dejan sin quehacer”.

Denuncian también mobbing

El mobbing es una especie de bullying entre los compañeros de trabajo. Consiste en poner a un grupo de empleados en contra de otro y, como en el colegio, fustigarlo. Según una denuncia a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el calvario de Juan se extiende hasta 2013, cuando lo despojaron de sus condiciones de trabajo. Le bajaron de puesto y, por lo tanto, de salario y lo cambiaron de tienda. Esta fue la respuesta de Supermercados Dani ante la petición de reducción de jornada que Juan presentó.

Me pedían recuperar el tiempo que empleaba en tomar agua o ir al servicio. Le prohibieron al personal y a los clientes que hablaran conmigo, explica un trabajador .

"Me pedían recuperar el tiempo que empleaba en tomar agua o ir al servicio. Le prohibieron al personal y a los clientes que hablaran conmigo", explica un trabajador .

En la nueva tienda, los problemas de Juan fueron en aumento. “Pusieron a la plantilla en mi contra. Me pedían recuperar el tiempo que empleaba en tomar agua o ir al servicio. Le prohibieron al personal y a los clientes que hablaran conmigo. Si había mucha gente en la frutería, me dejaban a mí solo con toda la carga de trabajo”, recuerda. Después llegaron las cartas.

“Obligaban a mis compañeros a firmarlas. Decían que yo llegaba tarde, que no cumplía con mi trabajo”, fueron los propios colegas los que comunicaron a Juan de las acciones de los jefes. Juan ha sido testigo también de las advertencias que hacen a sus compañeros si hablan con él. “Se los tienen prohibido. Les echan broncas si los encuentran dirigiéndome la palabra”.

Juan ha terminado con varias bajas médicas por el estrés en el lugar de trabajo.

Represalias e irregularidades

En Supermercados Dani las cosas funcionan de dos maneras. Sientan al empleado y le ofrecen dos opciones. Una, la que la mayoría elige, es coger más horas de trabajo, cambios de tienda, ampliación de jornada o reducción de la misma. La otra, la calle.

Cuando uno solicita empleo en un supermercado, generalmente a través de Internet, la página suele pedir que se introduzca el domicilio del solicitante para poder asignarlo a una tienda cercana al domicilio. Hasta Amancio Ortega lo hace en sus procesos selectivos. “Me cambiaron de tienda de un día para otro después de pedir reducción de jornada”, explica Juan. Marta también ha sido víctima de estas decisiones. Esa y la bajada de categoría, por consiguiente de salario, es el castigo para los empleados incómodos de Supermercados Dani.

Denuncian las jornadas de trabajo. Las hay desde 45 hasta 60 horas semanales. Sin pagas extras, por supuesto. “He trabajado hasta 10 horas y media al día. Tengo compañeros que han estado 12 horas”, cuenta Marta.

¿No tenéis inspecciones de trabajo?, pregunta esta periodista a Marta y a Juan, respectivamente. Juan las ha tenido como resultado de distintos litigios que tiene con la empresa. “Siempre se ha dicho que el jefe tiene miedo a Comisiones Obreras (CCOO) porque quizá tema cumplir el convenio, crear un departamento de igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, el tema de los salarios, las horas extras, las mujeres embarazadas”, dice Marta. El convenio al que se refiere es el de grandes superficies y grandes almacenes.

Centro logístico de Supermercados Dani, donde se guarda el secreto del éxito con la gestión de los productos perecederos.

Centro logístico de Supermercados Dani, donde se guarda el secreto del éxito con la gestión de los productos perecederos. Fernando Ruso

El conflicto

Juan, siempre ha ido por la vía privada ante todos los litigios que tiene pendientes de resolución y los ya resueltos contra la compañía. “Los abogados siempre me dijeron que sería difícil ir contra Dani porque se saben sus muchas artimañas”.

Supuestamente la empresa lleva muchos años trabajando con la UGT. “Yo no sé si UGT existe”, dice Marta, “ante cualquier problema que he tenido en mi ámbito laboral, nunca ha habido un responsable que me haya ayudado a resolver problemas y ya llevo bastantes años aquí”. Cuenta que los únicos que ‘dan la cara’ son los de Recursos Humanos. Por eso, 113 empleados decidieron buscar la ayuda de CCOO. A través de ellos, consiguieron que se convocaran elecciones para el Comité de Empresa.

De los 13 representantes electos, 5 pertenecen a CCOO, el resto a UGT. La parte de CCOO ha presentado un escrito para que UGT incorpore a todos los de su comité para poder empezar a trabajar conjuntamente para mejorar las condiciones de los trabajadores. Hasta el momento no ha habido respuesta. Este medio ha intentado ponerse en contacto con dicho sindicato pero tampoco se han obtenido resultados. 

Supermercados Dani tampoco se ha manifestado al respecto.