Imagen del proyecto inicial. Dentro del contorno amarillo, la zona que se planeó construir. Rodeada en rojo, la zona que se derrumbó.

Imagen del proyecto inicial. Dentro del contorno amarillo, la zona que se planeó construir. Rodeada en rojo, la zona que se derrumbó. EL ESPAÑOL

Reportajes

La pasarela de la discordia de Vigo: una obra cinco veces premiada, llena de socavones y oxidada

14 agosto, 2018 02:41

La pasarela de la discordia, un recorrido de casi 700 metros que cruza el Náutico de Vigo, forma parte de uno de los enclaves más atractivos de la ciudad: el viandante se encuentra allí largos paseos con vistas al mar, el monumento a Julio Verne, restaurantes cercanos, el puerto deportivo. Por las tardes, centenares de familias transitan por esa franja de la ciudad abierta al mar. Por la noche, es una de las zonas de marcha de la urbe. Desde hace tiempo, es un lugar en el que es preciso sortear algún que otro peligro.

Ese tramo del paseo lleva años plagado de trampas para el transeúnte: losetas destrozadas y partidas por la mitad, tablones que se quiebran y con los clavos levantados. Hace años que se denuncia la facilidad con la que uno puede hacerse daño al pasar por allí. Que se advierte del mal estado de la estructura que sostiene el trayecto enmaderado. Hasta que llegó la última noche de O Marisquiño 2018 y ocurrió la tragedia.

El balance final (aunque quizá no definitivo) no deja víctimas mortales, pero sí 330 heridos. Nueve fueron ingresados. De ellos, cinco se encontraban en estado de gravedad, dos fueron dados de alta y una más se encuentra todavía en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Dos tienen menos de 15 años y se vieron afectados por graves y diversos traumatismos craneoencefálicos. La sensación que queda en asociaciones locales, en los organizadores del evento y en distintos políticos locales es la de una tragedia que pudo acabar en una auténtica catástrofe.

Más de 200 heridos tras desplomarse un muelle durante un concierto en Vigo

Ahora es el momento de desentrañar las causas de lo que pudo convertirse en una tragedia de consecuencias incalculables. El problema del paseo de As Avenidas, conocido también como el paseo del Náutico, se viene arrastrando desde hace años y enfrenta a las dos autoridades que tienen competencia sobre él: el Concello de Vigo, cuya alcaldía depende del PSOE, y la Autoridad Portuaria, en manos del PP.

Ambas instituciones llevan tiempo echando balones fuera a la hora de contestar acerca de quién posee la competencia para subsanar los desperfectos de la zona. El proyecto, en su día, fue premiado por lo novedoso de la propuesta del arquitecto que lo esbozó. Sin embargo, y pese a las advertencias de los vecinos y usuarios de los pantalanes del club náutico, llevaba años languideciendo, oxidándose sin que los responsables (el Ayuntamiento y el Puerto) hicieran gran cosa.

Las dos partes han recalcado siempre a los cuatro vientos que es el otro quien tiene la responsabilidad de arreglar el estado del paseo. Hace dos días, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, advertía del estado de la zona en declaraciones a la Cadena SER. Semanas antes del festival, era Elena Muñoz, lideresa del PP en Vigo, quien hacía lo propio. Pasaron los años y nadie hizo nada por arreglarlo. Hasta que la pasarela de madera no resistió más y se hundió justo al final del Marisquiño 2018.

Un proyecto premiado y una obra que ahora se oxida

El paseo del Náutico de Vigo acoge cada año, desde hace 17, uno de los festivales de skate más importantes del mundo. O Marisquiño es siempre garantía de que una gran masa de gente va a llenar Vigo en el segundo fin de semana de agosto. Hay competiciones por toda la ciudad, pero la gran mayoría de la actividad se realiza en el paseo de As Avenidas. Ahí se montan skateparks gigantes, recorridos para bikers, escenarios para acoger conciertos, tiendas, pistas de todo tipo... Durante dos días, la ciudad se llena de toda esa cultura urbana. Hasta ahora, según fuentes de la organización cuentan a EL ESPAÑOL, nunca han tenido problemas con las licencias. Ellos piden la autorización tanto a la Autoridad Portuaria como al Ayuntamiento y nunca han tenido ningún tipo de problema. Siempre se la han concedido.

El resto del año, la zona está enormemente transitada y supone un espacio abierto del que muchos disfrutan en la ciudad. La idea de abrir esta zona a la ría de Vigo surgió en 1992. En aquel entonces el Ayuntamiento, el Consorcio de la Zona Franca, la Junta de Obras del Puerto y el Director General de Puertos se reunieron para firmar un acuerdo que se convertiría en clave para definir nuevos espacios en la ciudad. El convenio se titulaba "Abrir Vigo al mar" y pretendía potenciar la zona como el borde atractivo y marítimo que es hoy.

Convenio Abrir Vigo al mar. Extracto en el que se determinan las responsabilidades de los firmantes.

Convenio Abrir Vigo al mar. Extracto en el que se determinan las responsabilidades de los firmantes. Cedido.

El proyecto corrió a cargo del conocido y reputado arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra. Su proyecto fue premiado hasta en cinco ocasiones desde que vio la luz:

-Premio Nacional de Arquitectura Española por el Frente Marítimo de Vigo.

-Premio del Colegio de Arquitectos a la Mejor Intervención en Espacios Públicos al Borde Marítimo de Vigo.

-Obra seleccionada en la II Bienal Iberoamericana de Arquitectura.

-V Bienal de Arquitectura Española. Obra seleccionada: Paseo Marítimo de Vigo.

-Premio de Urbanismo y Arquitectura 1997 del Concello de Vigo al Paseo Marítimo de Vigo.
Convenio Abrir Vigo al mar. Extracto en el que se determinan las responsabilidades de los firmantes.

La construcción empezó en el año 1994 y terminó en 2004. Ahora, 14 años más tarde, las estructuras, exentas de mantenimiento, no han aguantado más.

En el convenio que esbozó la obra se delimitaban a la perfección las competencias de cada uno de los que lo firmaron. El acuerdo obligaba al Ayuntamiento a mantener el paseo en "perfecto estado de mantenimiento". Las competencias quedan delimitadas así: "El Consorcio de la Zona Franca realizará y financiará las obras; la junta del Puerto y la Ría de Vigo aportará durante 50 años los ingresos de la explotación económica de la zona para amortizar la deuda; el Ayuntamiento, por último, además de facilitar la aprobación urbanística de la actuación, la conservará en perfecto estado durante el período de vigencia del convenio".

Ha sido en los últimos años cuando ha proliferado el conflicto. Las losas de piedra no se han renovado y muchos ciudadanos han expresado sus quejas debido al peligroso estado del entarimado, de los tablones de la pasarela. No son pocos los textos de denuncia elaborados por periodistas locales en los últimos tiempos. Ya en 2016, un reportaje en La Voz de Galicia advertía del penoso estado de la avenida y de cómo Concelllo y Puerto se pasaban la pelota entre sí. Nada han hecho desde entonces unos y otros para subsanar el deterioro de las estructuras.

"Qué movida chunga. Se hundió el paseo"

Colapso de un muelle en un festival de música en Vigo.

Colapso de un muelle en un festival de música en Vigo. Efe

La conversación se produce a las doce y media de la madrugada, la del domingo al lunes. Todos en Vigo están preocupados por lo que acaba de ocurrir en el paseo del Náutico, una zona que lleva siendo objeto de discordia casi desde su creación.

-Oye, ¿todos bien, no? ¿Estabais en el Marisquiño? Al parecer se ha venido abajo una plataforma de madera. No paran de sonar ambulancias.

- ¿Qué pasó?

-Nosotros sí. Joder, qué movida chunga. Se hundió el paseo. 

Media hora antes tuvo lugar el accidente. El rapero Rels B, uno de los cabezas de cartel que actuaba sustituyendo a Yung Beef (a quien Abel Caballero prohibió actuar durante el festival) apenas comenzaba a entonar la tercera canción de su repertorio cuando la pasarela de madera y el hormigón de debajo quebraron. Muchos de los espectadores cayeron al mar. Otros tantos quedaron atrapados entre la herrumbre, los escombros de la estructura y los maderos destrozados de ese tramo del paseo. En ese momento comenzó el caos y las ansias por conocer el alcance real de la tragedia. Todos coinciden: pudo ser peor, mucho peor.