La lista de las mujeres y los hombres más ricos de España 2017 ya es pública. Pero… ¿Qué hay tras la lista más famosa del mundo? Muchas cosas. A continuación algunas de las que puedo contar sin romper mi secreto de confesión.

Todos las ediciones de Forbes del mundo trabajamos con un método propio coordinado con mano férrea por Luisa Kroll. Tiene toda la lógica. Forbes elabora una lista en tiempo real sobre la riqueza en el mundo que se puede consultar en su web americana y todas las ediciones internacionales elaboramos datos que son utilizados para la lista de la riqueza global. La lista en España lleva cuatro ediciones, los mismos que la edición española de la revista. Durante todo el año auscultamos las posiciones públicas de las grandes fortunas. En castizo, computamos lo que las grandes fortunas de España declaran al fisco. Son posiciones conocidas, los periodistas de Forbes no somos inspectores de hacienda. Montoro y la redacción de Forbes no comparten información para elaborar el número más vendido del año. La revista incrementa su tirada cada mes de noviembre para satisfacer la demanda.

Cada año escribimos a los seleccionados, cada temporada cambian las fortunas, pero no varían mucho las personas listadas porque llegar a aparecer en la lista es “costoso” (aunque la expresión tenga su sorna).

Los secretos más “ricos” de la lista Forbes



A los medios les encanta. La lista de los más ricos es para Forbes lo que la lista de las estrellas de la guía Michelin para los chefs. A los lectores que una marca nos mastique la información nos ayuda a digerirla. Le pasaba a Billboard con las listas de éxitos y Forbes lo juega desde 1984 y lo juega bien. ¿La razón? Asociamos riqueza con poder, aunque no sea del todo exacto. Hay personas muy poderosas con los bolsillos vacíos. Un ejemplo, el Padre Ángel (80), fundador de Mensajeros de La Paz.

Hay muchos ricos que no quieren salir. Cada año recibo llamadas de gente muy rica que pide no salir. Cada vez protesta menos gente. Hace cuatro años alguno de los listados pidió el anonimato por razones de seguridad ante el terrorismo etarra. No cedimos. Afortunadamente llegó la paz a Euskadi y ese argumento nadie lo ha vuelto a utilizar. Otro año, una agencia de comunicación, representante de una de las fortunas más importantes del país me preguntó como podríamos obviar la presencia de su cliente al que no le venía muy bien aparecer reflejado por Forbes a las puertas de los despidos que estaba preparando. No hace falta explicar que desde la revista nos limitamos a hacer nuestro trabajo y a no contar nunca los nombres implicados.


Todas estas peticiones son muy educadas. Los menos lo hacen directamente, casi ninguno se pone farruco, pero cada año alguno amenaza con una demanda que por el momento no se ha producido. En España no sucede como le pasó a la edición norteamericana que fue demandada por el príncipe saudí Alwaleed bin Talal que consideraba que su fortuna era mayor. ¿Publicidad u orgullo financiero?


Los más amables te preguntan que hacer para no salir. También con amabilidad extrema les explico que debo ser riguroso, que va mi prestigio en ello, que va el prestigio de la revista que edito, dirijo y represento, pero también el prestigio de la editorial. Les propongo donar su patrimonio a Cáritas u a otra asociación y al otro lado del teléfono noto el silencio del frío del que piensa que es una de esas bromas de morning show radiofónico.

¿Por qué hay días que salta la noticia de que Amancio Ortega (81) es el hombre más rico del mundo? Porque la edición americana de Forbes realiza una lista en tiempo de real, que puedes consultar en su página web y la valoración oscila según los horarios de cierre de las bolsas y el comportamiento de las sociedades participadas. Warren Buffet (87), Jeffrey Preston Bezos (53) (que será a buen seguro el hombre más rico del mundo en el 2018) y Bill Gates (62) se juegan los tres primeros puestos. Mark Zuckerberg (33) y Carlos Slim (77) pelean por la quinta y sexta posición. Así que cuando salta la noticia de que Amancio Ortega es el hombre más rico del mundo según Forbes al titular correcto habría que añadirle…”por unas horas”.

La lista de los ricos Forbes no es la única. La revista de Bloomberg también elabora una, en fechas diferentes, para no coincidir. El valor de la marca es en ocasiones superior a la propia información listada.

Los ricos son más ricos de lo que aparece en la lista Forbes. ¿Por qué? La lista no mide las adquisiciones personales que con los dividendos (el pasado jueves Amancio Ortega recibió la mitad de sus dividendos por sus acciones de Inditex, 628 millones de euros, que habitualmente destina a su inmobiliaria Pontegadea). Si alguno de los que aparecen en la lista adquieren un reloj, una obra de arte, un caballo la lista Forbes no lo mide. Es fácil deducir que con el paso de los años las fortunas españolas han ido gastando, al menos una parte de sus dividendos, en pisos, barcos o coleccionismo. Así que cuando las fortunas españolas en la lista Forbes pueden “picarse” más o menos con su posición (incluso Ortega con su primera posición) pero todos medio sonríen porque su fortuna es… “ligeramente” mayor.