La vida de Laura Cameron en Calvià, Mallorca, era hasta hace una semana un constante ir y venir entre el lujo, las piscinas y el mundo de la noche. Entregada al negocio de la fiesta, de las party boats de las pub crawling (nombre con el que se conocen las rutas alcohólicas organizadas para los turistas por los bares de la zona), Laura y su familia eran muy conocidos en el sector hostelero en la pequeña localidad situada a 10 kilómetros en coche de Magaluf, la meca del turismo de playa y alcohol para extranjeros. Detrás de esa fachada de mujer emprendedora se escondía otra que ahora sale a la luz. La de la cabecilla de una supuesta trama mafiosa que estafó, según las autoridades de la isla, cerca de 50 millones de euros a distintos negocios hosteleros de la zona. Lo tenía todo muy bien montado. El método, ya destapado, era bien sencillo. Podría titularse “el timo de la diarrea”.

Laura y su madre, Deborah, fueron detenidas esta misma semana. La estafa consistía, sencillamente, en presentar reclamaciones por intoxicaciones alimentarias a distintos hoteles de la zona. Eso hacían los turistas para cobrar la indemnización y que las vacaciones les salieran gratis. Solo en 2016, las reclamaciones por el timo de la diarrea ascendieron a los 9 millones de euros. Fueron un total de 400.

El timo ya se venía practicando hace años en Baleares, la Costa del Sol, Canarias,etc. Conseguir vacaciones gratis es, para muchos turistas británicos, algo que hasta ahora estaba al alcance de la mano gracias a este sistema. Ahora, gracias a la investigación llevada a cabo en Mallorca por la Policía Nacional, la trama comienza a destaparse. Y lo hace directamente desde la cúspide del entramado en Mallorca.

Laura Cameron y el timo de la diarrea

Laura regenta una buena cantidad de negocios en Magaluf, la zona cero del desfase. Laura Cameron

Imaginen un nutrido grupo de turistas británicos en la zona de Punta Ballena. Disfrutan de la noche, en la zona cero del desfase, de las drogas, los excesos y el sexo. 10.000 turistas se pueden llegar a concentrar en apenas 500 metros en una sola madrugada de fiesta. Buscan fiesta desmedida y alcohol. La mayoría de ellos son conducidos hasta la zona en las famosas rutas etílicas. Una de esas empresas organizadas por distintas empresas como algunas de las que regenta la propia Laura. Y a atraer gente, a ser relaciones públicas no había quien ganase a la joven británica. Con su labia, y la de quien estaba su cargo, entraba en juego la estafa.

Según cuentan a EL ESPAÑOL fuentes de la investigación en la isla, el procedimiento del timo era bien sencillo. A través de los tiqueteros y de páginas web, una serie de bufetes y empresas de reclamación afincados en Gran Bretaña contactaban con los turistas en las puertas de los locales de Magaluf.

Los tiqueteros son chicos y chicas que se apostan a las puertas de los establecimientos de Magaluf para surtir de tarjetas y ofertas a los turistas. Son una forma de atraer clientela. Sin embargo, Laura parecía utilizarlos también para otro propósito. Bien adiestrados por ella en el arte de las relaciones públicas de saber vender el producto, ofrecían vacaciones gratis a los turistas. A cambio, los turistas tan solo tenían que fingir ante sus touroperadores una falsa intoxicación alimenticia. Luego ponían una demanda ante los tribunales británicos, conocidos por su benevolencia hacia el turista en estos casos. Al poco recibían la indemnización. La touroperadora y, en consecuencia, el hotel en cuestión pierden decenas de miles de euros que van a parar a manos de los turistas.

Para que Laura Cameron lo tuviese todo controlado, los tiqueteros, una vez captaban a los turistas y les convencían de participar en “el timo de la diarrea” elaboraban una lista con los nombres de los voluntarios y se la enviaban posteriormente a la jefa. Esta se la hacía llegar al bufete de abogados en el Reino Unido. Eran ellos quienes confirmaban que los turistas que participaban del fraude habían presentado sus respectivas reclamaciones.

En Magaluf, las rutas etílicas son uno de los principales atractivos.

También eran ellos los que recomendaban a los turistas la forma de justificar esa supuesta enfermedad. Los hombres de Laura les explicaban que demostrarlo era tan sencillo como comprar un medicamento contra la diarrea en algunas farmacias de la zona. Se trata del Imodium. Luego, los turistas se guardaban el tique y se lo llevaban de vuelta al Reino Unido, donde posteriormente realizaban la denuncia.

Luego, todo llegaba a buen puerto. Si se confirmaba que todo había salido conforme a lo planeado, la reclamacións se dividía en dos partes: un porcentaje se lo quedaba la trama de Laura Cameron y el otro, la porción más grande, se la quedaba el turista. Vacaciones gratis, alcohol, fiesta y playa. Todo pagado en Magaluf.

La detención de Laura Cameron y de su madre Deborah es el estallido de un caso que llevaba años en boca de los hosteleros de Magaluf. Pero fue hace hace 15 días cuando alguien se decidió a dar el paso. Un hotelero de Alcúdia denunció ante la Policía Nacional el fraude. Se trata del propietario del Club Mac Alcúdia. El hombre aseguró que, en tan solo un año, estas denuncias le supusieron unas pérdidas de 4,3 millones de euros.  

Fue en 2016 cuando 797 personas formularon reclamaciones contra su cadena. El resultado fue el siguiente: el hotel Club Mac Alcúdia recibió 273 demandas, según relató el Diario de Mallorca. El perjudicado hizo notar a los agentes el salto brutal de las reclamaciones entre el año 2015 y el ejercicio económico siguiente. Una semana después, y tras meses de trabajo, la Policía Nacional detenía a Laura Cameron en Calvià como una de las presuntas cabecillas de la trama.

El Mac Alcudia es uno de los complejos hoteleros estafados. Forman parte de la acusación del caso.

Laura Cameron y el mundo de la noche

“Todos los que hemos trabajado o trabajan en la zona la conocen. No personalmente, pero ella y su madre siempre han estado detrás del pub crawling, por lo que el tema de las estafas no es que nos sorprenda”. Son palabras de personas que conocen bien a Laura Cameron y su familia. Han convivido décadas puerta con puerta con los negocios de esta joven. Laura, que no llega a los 40 años, se convirtió en apenas dos décadas en la reina de las relaciones públicas de Magaluf y de Calvià. La zona del ocio nocturno desenfrenado. La zona del sexo en público. La zona del mamading. Sobre todo en Punta Ballena. En la milla de oro del exceso mallorquín, nadie atrae tantos clientes como Laura Cameron, sus tiqueteros y las rutas etílicas que organiza. Sin embargo, la historia de esta joven empresaria de la isla, detenida y puesta en libertad, arranca hace varias décadas en Essex, Reino Unido.

Cuando tenía 24 años, Deborah, la madre de Laura, decidió hacer las maletas y huir del Reino Unido. Necesitaba salir de allí, una vida nueva. Se fue con Laura y su otra hija a vivir a la isla de Mallorca. Allí comenzó su nueva vida con un nuevo hombre, Terry Cameron. Aunque no era su padre, de él tomaron Laura y su hermana su apellido. Fue el comienzo de una historia de éxito, lujosos chalets y negocios millonarios. Tanto la madre como el padrastro de Laura comenzaron a ganarse la vida en el mundo de la noche y de la hostelería en Magaluf y alrededores. El padre se convirtió en uno de los principales nombres en el club del ocio nocturno. La vida les fue bien.

Ahora, solo los más veteranos de la isla recuerdan al padre y cómo se hizo un nombre como relaciones públicas en la plaza Gomila de Palma, cómo se hizo con el control de la famosa discoteca Alexandras´s. Luego, anticipando el modelo que retomaría años después su hija, comenzó a organizar la ya famosas excursiones para los turistas británicos que se acercaban a las islas.

Laura creció. Años después, con la retirada de su padre, es ella la que ha tomado el mando en los negocios de la familia. Comenzó muy jovencita, “hace 18 años”, en la zona de Punta Ballena. “Es donde más ha trabajado”, relata un empresario de la zona. Preguntando por ella a otros hosteleros de la zona, que la han visto crecer y aumentar sus ingresos, solo tienen una forma de definirla: “Un poder y una influencia tremendas en el ocio de Magaluf. Laura es una máquina de hacer dinero”.

Laura en su lujoso chalet de Mallorca

Laura es la mediana de tres hermanos. Está casada y tiene tres hijos. Se define como “emprendedora”. Su marido, Stuart Joyce, es conocido también en el mundo de la noche en Calvià. Trabaja en el Pub Heroes, un restaurante situado en una de las zonas más lujosas de Calvià. El conglomerado de la familia cuenta con varias empresas en la zona, todas ellas relacionadas con el mundo de la fiesta y de la noche.

Todos los que han hecho negocios o han entrado en contacto con Laura coinciden en varias cosas: su personalidad arrolladora, su capacidad para convencer a la gente, el desparpajo y su capacidad de mover a la gente.

Los primeros negocios de Laura tuvieron que ver con el alquiler de viviendas en vacaciones a tiempo compartido. Se trata de un concepto conocido en Gran Bretaña como time sharing. Ese fue su primer cometido. Luego se fue metiendo más y más en el mundo de la noche. En los últimos años era conocida por las pub crawling, las conocidas fiestas etílicas, excursiones o rutas por bares de la zona.  “Por un módico precio de cuarenta o cincuenta euros por turista, barra libre para todos. Por cada establecimiento al que se iba, el bar le pagaba una comisión. Salía ganando tres o cuatro euros por turista. Una crack a la hora de mover gente”. Lo explica un conocido empresario de la zona que la conoce desde hace muchos años. Controla a la perfección la forma de trabajar de Laura.

Los tiqueteros han sido los protagonistas del fraude que ahora ha levantado la Policía Nacional. Los de Laura estaban perfectamente adiestrados por ella misma. “Les explicaba que tenían que ser buenos oradores, ser amables, saber cómo entrar a la gente, cómo debían vender el producto. Les decía: ‘Tenéis que explicar que tenemos los mejores ambientes, los mejores shows, los mejores locales…Tenéis que decirle a la gente: si vienes a una excursión nuestra te vas a acordar toda tu vida’”, relata a EL ESPAÑOL el mismo empresario.

“Cinco bares, dos por uno de bebidas en bares, chupitos gratis toda la noche, fiesta alcohol y juegos sexuales con múltiples premios y entradas a los grandes clubs de Magaluf donde puedes obtener barra libre hasta las seis de la mañana. Camisetas gratis para todos! Si quieres reservar tickets de descuento, ponte en contacto con nosotros”. Así se publicita en la red uno de los locales de Laura. En los últimos años, la joven empresaria británica se había convertido en una auténtica máquina de hacer dinero. Ella es una de las empresarias que acarrea hordas de turistas a Punta Ballena en Magaluf en sus famosas rutas etílicas. “Los grupos que ella manejaba eran un escándalo. Te viene una manada de 200 o 300 personas y eso te crea una alarma enorme. Esa gente tiene que ir convenientemente guiada por las calles”, relata un comerciante de la zona que prefiere mantener  su anonimato.

La lujosa vivienda de Laura Cameron en Bendinat

Son sus tiqueteros, los mismos que ahora han sido señalados como los supuestos responsables en el fraude de la diarrea, los que acarrean turistas, según algunos vecinos, “como si fueran auténtico ganado porcino. De bar en bar. Con discotecas con las que tienen convenio. Con precios que son ridículos: por un euro, tienen cañas vino, chupitos, sidra todo tipo de cócteles… Horas enteras de beber sin límite por tan solo cinco o seis euros”. Lo que hasta ahora no se conocía era esta dedicación de Laura y su familia en el turbio negocio de los fraudes en los hoteles de lujo.

Una vida a todo trapo

Laura está ahora embarazada de su cuarto hijo. Otro retoño que iba a llenar de alegrías la enorme y lujosa mansión que posee con su marido en la zona de Bendinat. Se trata de un exclusivo chalet con piscina. Tiene tres plantas, la piedra pintada de color rojo. Fue registrada el pasado martes por los agentes que investigan la operación.

Es uno de los ejemplos de la vida a todo trapo que Laura y su familia llevaban en España desde hace años. Su madre, Deborah, es buen ejemplo de ello. La mujer posee una página web con un misterioso nombre: Rich Mom, o lo que es lo mismo, “Mamá rica”. En ella se presenta con la siguiente frase. “Diviértete, gana dinero, haz el bien”.

En ella , la “mamá rica” de Laura se describe a sí misma como una “emprendedora en serie”. No pierde el tiempo en hacer publicidad de algunos libros de autoayuda que ha escrito. En ellos habla de asuntos tan trascendentales como cuál es el secreto del éxito -la “mamá rica” no especifica qué clase de éxito: en los negocios, en la vida…. Dice el éxito así, en abstracto- o los trucos para preservar la juventud y que no te salgan arrugas. También ella fue detenida esta semana por la Policía Nacional, aunque han terminado asegurando que su grado de implicación en la trama es mucho menor que el de su hija.

La madre de Laura y su página web de mamá rica.

¿Cómo les pillaron?

Yates, restaurantes de lujo, locales alto standing, champán caro, fiestas interminables… Aunque se trataba de una mujer muy familiar - se define así ella misma- Laura llevaba un tren de vida enormemente elevado. Y tenía unas enormes ganas de conseguir cada vez más dinero. La reina de las relaciones públicas en Magaluf acaba de caer y todavía faltan muchas novedades por conocerse del caso.

¿Cómo lograron pillarles? Aparte de los meses de investigación tras la trama de Laura, uno de los empresarios contrató un grupo de detectives, según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de fuentes de la investigación. Ellos jugaron un papel tan importante como el de las autoridades porque investigaron a Laura y al resto de implicados por su cuenta.

Estos siguieron durante un tiempo a los tiqueteros, quienes se desplazaban en coche. Fue uno de estos coches el que permitió relacionar la trama con la familia Cameron. Se trataba de un Polo de color negro. Estaba a nombre de KLM Ventures S.L., la empresa en la que son administradoras Laura y su madre. Laura y Deborah. Deborah y Laura. La mama rica y la máquina de hacer dinero.

Laura Cameron era una conocida empresaria de la zona. "Una máquina de hacer dinero".

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