Cuando Amando Álvarez Losada, 52 años, abre el maletero de su coche uno puede ver allí cierta variedad de cosas nada propias de ese tipo de paisajes: dentaduras postizas, eyectores de saliva, espejos bucales y otros utensilios, todos ellos característicos de la profesión de odontólogo. Son sus bártulos de trabajo. Sin embargo, al ejercerlo, lleva años teniendo un pequeño inconveniente: opera sin licencia. Su oficio no es otro que el de un falso dentista de 52 años afincado en la pequeña localidad de Trives (Ourense), tan solicitado como perseguido por las cuatro provincias de Galicia. Lleva 20 años actuando de forma impune, pese a haber sido detenido en varias ocasiones. Esta misma semana, según ha podido saber EL ESPAÑOL, fue nuevamente arrestado por la Guardia Civil. Ocho denuncias pesan ya sobre sus espaldas como un dolor de muelas.

Pese a la detención, estos días ha sido visto de nuevo por los vecinos de su pueblo, deambulando libre por el lugar que utilizaba como base de operaciones. Algunas de las personas que ha atendido este año es posible que acaben pidiendo una cierta indemnización por el estrafalario modus operandi de este individuo y por los efectos de sus prácticas.

Amando es y siempre ha sido una suerte de vendedor ambulante que instalaba su particular clínica al aire libre, al fresco. No se esconde. En Trives, todos saben quién y qué es: “Ese es buena pieza”, asegura a EL ESPAÑOL una señora del pueblo. Lo dice con la voz socarrona de quien está de vuelta de todo. De quien ya sabe por qué le consultan lo que le consultan. Como si le hubieran hecho cien veces la misma pregunta. Y es que en ese pequeño lugar de 2.000 habitantes a los pies de los montes de Manzaneda no hay quien no conozca a Amando. Son muchos años ya siendo testigos de sus andanzas.

El falso dentista nuevamente detenido se movía por toda la provincia, llegando a atender, según la Guardia Civil, a más de 80 personas en un solo año: Maceda, Trives, Celanova, Valdeorras… Él se desplazaba a todos esos lugares en los que operaba a sus clientes al aire libre. “Tuvo una clínica aquí, en el medio del pueblo, luego otra en Verín”, explica otro de los vecinos de la localidad. Sin embargo, atendía siempre a domicilio. Ahora, parece que le ha llegado, de nuevo, su hora.

Cambio de identidad y lejía para esterilizar

El material incautado al falso dentista de Trives. Un variado surtido de herramientas y utensilios propios de sus labores. Guardia Civil

La Guardia Civil comenzó hace un año una nueva investigación en Galicia para tratar de localizar al falso dentista de Trives. Ahora se le acusa de un delito de intrusismo profesional por operar sin licencia ni titulación. Está acusado también de estafa, lesiones y delitos contra la salud pública.

Amando llevaba a cabo sus operaciones de una forma muy particular: actuaba al aire libre y sin ningún control. “A uno le sacó los dientes en medio de la obra”, asegura a EL ESPAÑOL el dueño de un establecimiento hostelero de la localidad. Se refiere a uno de los casos que ya conoce la Guardia Civil: se trata de un albañil al que le extrajo tres piezas dentales en su lugar de trabajo. Amando acudió hasta allí, sacó sus bártulos lo sentó y se dispuso a actuar con todas las de la ley. Le arrancó de golpe, in situ, tres muelas.

En el pueblo, todavía muchos siguen sin comprender cómo este individuo podía seguir actuando de ese modo, a su aire, sin que nadie le pusiera freno. “No coge en la cabeza de nadie. El 90 % de la gente de aquí, conoce el tema. Sabe lo que hay. Muchos de los habitantes de Trives era conscientes de lo que estaban ocurriendo, pero caían igual. Como les decía que se lo hacía mucho más barato… A mucha gente les cobró por adelantado y luego perdieron su dinero”, relata un tercer vecino a este periódico.

Marcharse sin cobrar, uno de los datos que maneja la Guardia Civil del modo de actuar de Amando, solo era una pequeña parte de su repertorio. En él se incluye también un novedoso esterilizante -si es que así se le podría llamar-, un producto cuyas propiedades, hasta ahora, no se les conocía aplicación alguna en el mundo de la ondodoncia, un poderoso elixir hasta el momento tan solo utilizado como desinfectante. Se trata, simple y llanamente, de la lejía. El falso dentista, supuestamente, la utilizaba para esterilizar los utensilios con los que realizar empastes, extracciones y otras operaciones típicas de la profesión. Cómo no se le ocurrió a nadie antes.

Amando, según la Guardia Civil, también se las traía con los laboratorios a los que les compraba el material que luego utilizaba en su diletante actividad por poblaciones de toda Galicia. A veces, abonaba una cantidad del pedido, dejaba sin pagar el resto y se esfumaba del lugar. En ese ir y venir, en el que su nombre, su cara y su pose se esfumaban entre la bruma del desconocimiento de aquellos a los que prestaba servicio, utilizaba diferentes identidades. Cambiana de teléfono y de nombre según le convenía. A algunos se presentaba como Armando, a otros como Amando. Y así constantemente. De ese modo, poner una denuncia, reclamar, situar el foco sobre el supuesto estafador se convertía en una tarea complicada.  Era aun tipo a quien dar caza resultaba complicado. Al atender en su vehículo, pronto desaparecía del lugar sin dejar rastro y así nadie sabía qué hacer.

Una larga trayectoria como falso dentista

Trives es un pequeño municipio ourensano cercano a Manzaneda, típica estación de esquí galllega.

Es un elemento. Un tipo muy espabilado. Aquí lo veías pasar siempre con el coche. Tiene varios. Se iba de forma temporal a otros sitios, pero andaba por aquí casi a diario”. Lo comenta una de las vecinas de toda la vida de una céntrica plaza de Trives, donde Amando tenía uno de sus locales. No hace muchos días que le vieron por las calles del lugar. “Él va siempre con su coche y su maletín. Actúa así”, asegura la mujer. Amando ejercía sin titulación, al menos, desde hace 15 años. Constan condenas suyas en León y A Coruña. Nunca ingresó en prisión.

Se le ve mucho, y eso que no vive en el centro de la localidad ourensana. Amando reside en una casa que le dejaron sus padres, en una pequeña aldea perteneciente al municipio que le sirve todavía como base de operaciones. Se trata de A Encomenda, una parroquia ubicada a pocos minutos en coche del centro del lugar. Allí se asentó hace ya bastante tiempo, en una vivienda le dejaron sus padres, ambos oriundos del pueblo.

Ahora vuelve a saltar todo a la luz, pero para sus vecinos no es más que otro capítulo de la misma historia. Se trata del episodio en el que vuelven a buscarle después de años en calma chicha. Ya tocaba. Sobre todo, por su dilatada carrera como falso dentista. Conoce bien sus pasos y por eso tenía pinta de que podía volver a suceder. Hace ya bastantes años que Amando comenzó su negocio como odontólogo nómada. Lo estableció como su principal sustento sin que nadie le advirtiese tal o cual cosa. Ya ha recibido, sin embargo, algunos toques de atención por parte de las autoridades. Uno de ellos le llegó hace ahora 14 años. Ello demuestra el amplio historial en su haber. Fue en marzo de 2003.

Ya entonces, todos los vecinos conocían el modo en que este tipo se movía: sin titulación, sin ningún estudio, sin lo elemental. Su consultorio estaba en la plaza de O Pilón, en el centro de Trives. Lo montó en el el año 1996 y lo usó desde entonces como central operativa y logística. Durante un tiempo, ejerció en la localidad zamorana de Porto, un lugar que bordea la provincia de Ourense. Esta zona se asienta entre fronteras, en las montañas que reciben a los visitantes que entran en coche a la comunidad gallega. Allí ejerció Amando hasta que fue detenido y procesado por estafa e intrusismo.

De falso dentista a taxista ilegal

Ejercer como falso dentista era el principal pasatiempo de Amando en su día a día. Sin embargo, tenía otras dedicaciones igualmente delictivas a las que tan solo dedicó una parte de su tiempo. Como queda ya dicho, nuestro protagonista poseía varios vehículos. Con ellos, hacía de taxista en Trives. De nuevo, le surgía aquí un pequeño inconveniente, una minucia, a la hora de emplear el tiempo en esta profesión: no tenía la autorización necesaria para realizar este trabajo. Pero él seguía.

Durante años, los taxistas del pueblo ourensano ardieron en ascuas con el falso dentista ahora detenido por la Guardia Civil. Hace poco, me llamó una señora de fuera preguntando por él, para que la llevase a no sé qué sitio. Preguntaba pensando que ejercía todavía de taxista”. Andaban como locos detrás de él.

Así, sin dejar de lado sus endodoncias, sus enjuagues bucales, sus empastes y sus espejos bucales, de vez en cuando Amando cogía su particular taxímetro, su luz verde y se ponía a transportar gente de un lado a otro como taxista sin licencia. Volando por la calzada como un conductor ilegal.

De esta tampoco salió impune. Tan solo hay que buscar su nombre en el Diario Oficial de Galicia (DOGA). En él aparece Amando junto a muchos otros. Sale en varias listas de morosos. Se le reclama, en tres ocasiones diferentes, 1.5000 euros de multa por su actividad ilegal como transportista, por “realizar transporte público discrecional de viajeros en vehículos de hasta 9 plazas, careciendo de autorización”. Así reza en los boletines oficiales de la comunidad. Taxista a tiempo parcial, supuesto dentista a tiempo completo. Autorización y títulos para ambas actividades: ninguna.

Otros utensilios incautados a Álvarez Losada. Guardia Civil

No acaba ahí su historial. La Agencia Tributaria, zona de Recaudación de Ourense, emitió en el año 2014 una orden de con el embargo de su vehículo y con el embargo de sus bienes inmuebles. Fue en el año 2014 y también ésta diligencia aparece en el Diario Oficial de Galicia. Por dos veces se lo reclamaron: en febrero y en marzo de ese mismo año. Dice así

ANUNCIO de 4 de abril de 2014, de la Zona de Recaudación de Ourense, por el que se relacionan diligencias de embargo pendientes de notificar y se emplaza a varios interesados para ser notificados por comparecencia (Álvarez Losada, Amando y cincuenta y seis más).

Aparece el primero de la lista. Como decía la vecina de su pueblo, "es una buena pieza". 

A la caza del falso dentista

Algunos se han hartado ya de la impunidad de esta suerte de galeno trashumante. Se han cansado algunos de sus clientes, quienes se sienten estafados. Se han cansado los odontólogos de toda Galicia, tras su intrusismo. Se han cansado los laboratorios, tras los impagos en los productos que le vendían y con los que trabajaba. Los dejaba sin pagar. Se ha cansado todo el mundo. Y de ahí la operación organizada con la Guardia Civil para detener las actividades ilícitas de Amando, el odontólogo más famoso y con peor reputación de Trives.

La Policía Judicial activó la llamada operación Déntimo. Los primeros en denunciar fueron los responsables del laboratorio protésico-dental de las distintas provincias. El intrusismo del que estaban siendo víctimas les llevó a ello. Hay sobre la mesa cuatro denuncias de cuatro laboratorios de tres ciudades diferentes: A Coruña, Vigo y Ourense. Hay también, de momento, cuatro denuncias particulares de afectados por los métodos del falso dentista de Trives.

Después, la Guardia Civil emitió un aviso a los colegios de odontólogos de todas las provincias. Alerta: falso dentista anda suelto. Las autoridades hicieron llegar la cara y el nombre de Amando para que, si en alguna de las cuatro provincias se sabía algo, se denunciase lo ocurrido. Cuando le detuvieron, Amando llevaba consigo todo su material de trabajo: prótesis dentales de colores, eyectores de saliva, piezas dentales sueltas, guantes de látex, alicates... Un auténtico surtido, propio de cualquier consulta. Solo que él, su consulta, la montaba en el maletero de su coche. 

Amando acudió, una vez detenido, al cuartel de la Guardia Civil. Allí prefirió mantenerse en silencio. No declaró y se fue para su casa. En uno de sus coches de siempre, uno de esos que le servía, a la vez, de taxi y de consulta de dentista. Un tipo versátil. Hasta que le echaron el guante.

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