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    Gustavo lleva al Señor de la Pasión tatuado en el antebrazo derecho, junto al nombre de su mujer escrito en árabe.

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    "Creo mucho en él, y cuando algo no va bien, recurro a él. Tenerlo conmigo es un seguro".

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    A los 18 años cumplió su sueño, pasear por las calles de Sevilla al Señor de Pasión.

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    De Triana, de Pagés del Corro, y jefe en El Corte Inglés, Gustavo se forjó como costalero yendo de joven a los pueblos de la provincia.

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    Los años pasan y los kilos sobre el costal pesan. A Gustavo le cruje el cuello de una forma descomunal cada mañana.

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    “El día de mañana, cuando deje el costal, seguiré teniendo ese morrillo a modo de recuerdo para mí es una satisfacción”.