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Irene es una estudiante de 4º de ESO que saca los colores a la clase política en un sencillo vídeo en el que pregunta a diez ciudadanos de a pie a qué se han dedicado en los últimos ocho meses y que valoren su trabajo. “Yo he leído, he pasado sueño, he hincado los codos. Pero lo más importante quizá sean los últimos 21 exámenes globales que he realizado, y el de Matemáticas especialmente, que he aprobado. Eso es lo que he hecho. Y tú, ¿qué has hecho tú?”, se pregunta.

Autofocus, de Irene (largo)

Irene tiene 16 años, todavía no tiene derecho a votar, pero esta adolescente está harta de la parálisis política que atraviesa España y se ha lanzado a la calle para descubrir qué trabajo han desempeñado los españoles durante los últimos ocho meses, el tiempo que ha pasado desde la disolución de las Cortes de la primera legislatura de Mariano Rajoy hasta hoy, cuando el Parlamento sigue sin tramitar ni una sola ley porque ningún político ha conseguido superar una sesión de investidura.

En la grabación, que no supera los cuatro minutos de duración, Irene presenta a Ionut Filip, un camarero que en este tiempo ha servido en total unos 10.000 cafés; a María Herranz, una enfermera que ha pasado consulta a unos 3.200 pacientes; a Rafael Dolado, que ha transportado una media de 50.000 paquetes; a Rosa María Miñán, que ha servido 6.500 comidas en un comedor y a Jorge Vallejo, que ha arreglado unos 25 coches al día.

Las Cortes de la pasada legislatura se constituyeron el 13 de enero.

Las Cortes de la pasada legislatura se constituyeron el 13 de enero. Efe

En el polo opuesto se sitúan los 350 diputados que siguieron cobrando su sueldo íntegro (ninguno menos de 2.800 euros mensuales) desde que se disolvieron las Cortes hasta hoy mismo sin haber llevado a cabo ni una sola iniciativa parlamentaria. Muchos de los parlamentarios que aparecían en las listas electorales de sus respectivos partidos perdieron su sillón el 20D porque irrumpieron con fuerza en el Parlamento dos partidos nuevos -Podemos y Ciudadanos-. Juntos, sumaron 139 escaños, un tercio de todo el Congreso de los Diputados.

Tras escuchar cuál ha sido el trabajo que han desempeñado los diez trabajadores que ha escogido aleatoriamente como símbolo de la España actual, Irene lanza una pregunta a cámara para que retumbe en los oídos de los principales líderes políticos: "Todo el mundo ha intentado sacar adelante sus obligaciones, porque o lo hacen o suspenden. Si en los últimos ocho meses vuestro trabajo ha consistido en buscar apoyos para gobernar, no lo habéis conseguido y sabéis que el 26 de junio tenéis un acuerdo con toda la ciudadanía y que tenéis llegar a un acuerdo porque en nuestro país ya no existen mayorías absolutas y el sistema parlamentario no se apoya en quien más votos tenga, sino en quien más votos reciba en la investidura, ¿a qué esperáis para hacerlo? ¿A septiembre? ¿Otros tres meses más? Ahí lo dejo".

Los nobeles parlamentarios que llegaban a la vida pública para intentar hacer las cosas de otra manera han caído en los mismos vicios que 'la casta' que tanto criticaban antes de cobrar del erario público. El nuevo Parlamento que se formó tras las elecciones del 20D se constituyó el 13 de enero. Durante la legislatura más corta de la historia de la Democracia, los parlamentarios únicamente coincidieron en tres plenos: cuando se constituyeron las Cortes; los días 1, 2 y 4 de marzo, para la investidura fallida de Pedro Sánchez; y el 15 de marzo, donde se debatió sobre la unidad de España.

Según el calendario oficial del Congreso, entre el 20D y el 26J habrán tenido lugar únicamente 17 sesiones plenarias y 49 días de actividad a medio gas, incluyendo lunes y viernes, que suelen ser los días más ligeros. El 3 de mayo, el Rey disolvió las primeras Cortes que no consiguieron investir a un presidente del Gobierno. Desde entonces, los políticos que consiguieron escaño siguen cobrando como mínimo hasta el día de las elecciones. Si consiguen mantener su sillón, no habrá ni un solo día que dejen de cobrar aunque no vayan a pisar de nuevo el Congreso hasta mínimo mediados de julio.

Los políticos continúan recorriendo España buscando el voto de los españoles que no confiaron en ellos el 20D mientras los españoles siguen trabajando todos los días para poder pagar las facturas a final de mes. Españoles como David Álvarez, el frutero al que entrevistó Irene y que se pone un diez de nota en estos meses de trabajo o la profesora de autoescuela, que se pone otra matrícula de honor. “Como véis, todos se dan un aprobado y eso está muy bien”, declara la adolescente en su vídeo.

Mientras esta chica describe la España trabajadora real, los diputados y senadores intentan quitarse el sambenito de vagos argumentando que han mantenido reuniones permanentes de trabajo que no queda reflejado en el calendario oficial. Otros argumentan que "trabajo es también las negociaciones -infructuosas- que ha habido para intentar formar gobierno", aunque en ellas solo participaban las cuatro personas de cada equipo negociador, nunca los 350 diputados que cobran y forman el arco parlamentario. Sin embargo, su actividad durante estos ocho meses es infinitamente menor que las 3.200 consultas médicas que ha pasado Herranz o las 9.000 barras de pan que ha vendido Fabián Paulos, el panadero que también se dejó entrevistar por Irene para contraponer el trabajo de la España real con la burbuja en la que viven los políticos.

En estos ocho meses, todos los parlamentarios, independientemente del trabajo que han desempeñado en la infructuosa legislatura, habrán cobrado seis pagas más una séptima, correspondiente a la parte proporcional de las dos extras que le corresponderían por un año trabajado con un salario base mínimo de 2.813 euros por trabajar únicamente dos meses completos. Mientras Petri Barrios confiesa a Irene que en ocho meses le ha dado tiempo a arreglar 4.800 pares de zapatos, los políticos siguen pidiendo del voto que no obtuvieron el 20D con utópicas promesas que a veces no llegan a cumplir. Antes de finalizar su filmación que pretende que vean Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, Irene se pregunta en alto: "¿O quizá estéis llegando a acuerdos pero no nos lo dicen porque piensan que no somos una sociedad madura? Esto de que no somos maduros... me suena".