Manuel Dorado, en una foto reciente en A Coruña.

Manuel Dorado, en una foto reciente en A Coruña. Cedida.

Salud

Manuel Dorado, un joven gallego con Asperger: "Muchas personas me rechazaron por ser como soy"

Manuel, que ha presentado episodios incómodos en su niñez y adolescencia debido a esta condición, relata su vida y la ilusión que le genera su nuevo proyecto deportivo, el Asperga FC, donde vuelca toda su energía

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El 2 de abril es un día marcado en el calendario como el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una condición del neurodesarrollo que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. Se caracteriza por dar lugar a dificultades para la comunicación y la interacción social y tiene afección en la flexibilidad del pensamiento y conducta de la persona que lo presenta.

El autismo no tiene un diagnóstico sencillo. No es como hacerse una analítica y esperar a que el doctor le facilite al paciente los resultados. No todas las personas con trastorno del espectro autista tienen ni los mismos síntomas ni la misma gravedad, pero sí que existen rasgos en común: problemas de comunicación social que se pueden ver en que evitan el contacto visual, así como una clara dificultad para conversar o entender el punto de vista de los demás, que se manifiesta como un pensamiento rígido. Una persona con autismo puede también manifestar comportamientos repetitivos, inusuales o incluso restringidos.

Los síntomas no son idénticos en todas las personas y, de hecho, pueden cambiar y volverse más o menos graves con el paso del tiempo y a medida que las personas TEA van creciendo, experimentando incluso modificaciones con intervenciones a nivel de conducta o mediación. El autismo es algo de por vida, que habitualmente se diagnostica en la niñez, pero cada vez es más frecuente, según los últimos estudios, que el diagnóstico llegue en edades adultas.

¿Debilidad o fortaleza? Ni una, ni otra. Es bien cierto que una persona con autismo tiene dificultades mayores que las que no tienen dicha condición, pero por norma general, tienen un mayor talento en matemáticas, artes, ciencias, o incluso su memoria es capaz de recordar detalles específicos mucho tiempo, estableciéndose un patrón de que son buenos estudiantes.

"Tener asperger, al contrario de lo que mucha gente cree, no es estar enfermo ni ser peor ni mejor que las personas neurotípicas, es otra manera de pensar, de ser, de vivir"

Manuel Dorado, gallego con asperger

Convivir con autismo es algo que requiere un proceso. En A Coruña, una de las entidades que trabajan con personas con asperger, una de las variantes del autismo, es Asperga. Ubicada en la actualidad en la calle Juan de la Cierva en el polígono de Agrela, tras haber pasado por varias sedes en el mapa herculino, la entidad presidida por Rita González Fernández suscribió hace unos meses un convenio con la Diputación de A Coruña que permitirá ampliar sus servicios.

Uno de los usuarios de Asperga es Manuel Dorado, un joven de 21 años que convive con esta condición. "Tener asperger, al contrario de lo que mucha gente cree, no es estar enfermo ni ser peor ni mejor que las personas neurotípicas, es otra manera de pensar, de ser, de vivir. Las personas que tenemos este diagnóstico nos caracterizamos por tener una manera diferente de pensar y procesar la información, básicamente tenemos las conexiones cerebrales de manera diferente a los neurotípicos, y esto hace que razonemos y veamos la vida de otra manera".

"Vulgarmente se cree que por tener asperger somos incapaces de realizar una vida cotidiana pero esto no puede ser más erróneo, en nuestro día a día sí que es verdad que por nuestra forma de ser tenemos más dificultades que el resto pero con ayuda terapéutica y apoyo suficiente sumado a un gran trabajo de voluntad propia conseguimos adaptarnos y lograr todo lo que nos propongamos, ya que como siempre digo, nuestro mayor enemigo es la mente y sus pensamientos y es lo que tenemos que afrontar día a día", manifiesta.

El rechazo que siente una persona con un trastorno del espectro autista

¿Has sentido rechazo por tener un TEA? Por desgracia, la respuesta es afirmativa, algo que le ha afectado en su vida cotidiana, derivando en situaciones de depresión y ansiedad: "La verdad es que a lo largo de mi vida sentí muchísimo rechazo por parte de compañeros y profesorado, ellos se centraban en el diagnóstico TEA 1 y no en mi persona, y eso me hizo tener que lidiar diariamente con las barreras que se me imponían por culpa de las creencias que se tenían del TEA", explica.

"Durante toda mi vida tuve que escuchar comentarios del tipo no puedes hacer esto, eres sordo y por eso no atiendes, eres la persona con menos equilibrio que vi en mi vida, si te mueves tanto como harás en una entrevista o tu vida o recibir burlas e insultos por mis movimientos cuando estoy nervioso y la verdad fue un hándicap añadido que me derivó en tener problemas de ansiedad, depresión y no conseguir estudiar de manera continua, aunque siempre fui buen estudiante, pero desgraciadamente esto es algo que muchas personas tienen que pasar, creo que el mundo no está lo bastante preparado para la diversidad y que se deberían impartir más charlas sobre el TEA porque, aunque algunos lo hagan de manera inconsciente, están haciendo que muchas personas con este diagnóstico se depriman y no logren sus objetivos cuando ellos solo quieren ser como el resto", dice.

"Por suerte para mí, mi familia siempre se mantuvo a mi lado y me llevó a todos los psicólogos posibles con la intención de entenderme y hacerme la vida más fácil, pero estoy seguro de que no todas las personas tienen esa suerte".

Una sociedad que no está preparada

El testimonio de Manuel sirve para ilustrar una realidad: la sociedad actual no está preparada para que una persona con asperger pueda llevar una vida plena. "Hemos logrado avanzar y cada vez más personas se interesan por conocer el mundo asperger, pero es un proceso que puede llevar mucho tiempo. Me consta que muchas personas, al igual que yo, han sufrido algún tipo de acoso en su vida estudiantil, y esto se debe a la poca conciencia que existe sobre el tema. Las personas con asperger tenemos una serie de dificultades como son el ruido, la rutina, nos tomamos todo de forma literal y los nervios, si nos ponemos nerviosos nos bloqueamos y no razonamos tanto", indica.

"Todas estas situaciones se pueden trabajar con profesionales especializados, pero bajo mi criterio, si todos las tuviéramos más presentes en nuestro día a día cuando conocemos a alguien con asperger, creo que podríamos actuar de una mejor manera para lograr que nos sintamos a gusto. Lo enfoco sobre las clases porque la mayoría de personas TEA, donde peor se encuentran es en el instituto o colegio y esto me hace reflexionar sobre si adaptando un poco las aulas, podemos lograr que todas las personas se sientan a gusto en un sitio que no se inventó para sufrir, sino para formarse", refiere con una naturalidad pasmosa, que permite hacer una radiografía muy exacta de la situación.

Crecer con asperger

El caso de Manuel sirve para ver como una persona con asperger va evolucionando con esta condición. "Mi diagnóstico se hizo cuando yo tenía sólo seis años, y a esa edad ningún niño es consciente de que está pasando. A los diez años si que empecé a ser consciente de que era el asperger y la verdad es que me agobié bastante, y no porque sea algo malo, si no porque muchas personas me atacaban por ello y no me sentía nada cómodo", explica.

"La manera de afrontarlo es que todos los asperger nos unamos, uno sólo no puede lograr nada, pero entre todos seguro que se nos escucha. No quiero que sufran como yo, sé lo que es ser marginado y rechazado y quiero cambiarlo para hacer del mundo un lugar mejor. Si alguien se siente mal por ser asperger, mi primer consejo es que acuda a Asperga y estoy seguro de que con la ayuda de los terapeutas consigue encontrarse mejor. Ser asperger no es malo, es un don que nos dio la vida, y creo que tenemos que empezar a visibilizarlo y normalizarlo y creo que la labor de Asperga es fundamental para ello".

Un día a día de una persona con asperger

Todos tenemos una rutina más o menos marcada. Ocultarla, por temor a lo que pensará, dirá o hará el de enfrente, genera situaciones muy agobiantes para el que la ejecuta. Esta técnica, denominada masking, es la que aplican muchas de las personas con esta condición, lo que les lleva a tener que modificar el como son para evitar ser rechazados.

"Muchos de nosotros, por no decir todos, pasamos nuestro día haciendo masking, que es una técnica en la que intentamos ocultar como somos e imitar a las personas que nos rodean"

Manuel Dorado, gallego con asperger

"Durante toda mi vida, muchas personas, me rechazaron por ser como soy y recibí tantos comentarios que empecé a sentir rechazo hacia mi persona y a no mostrarme como soy. Muchos de nosotros, por no decir todos, pasamos nuestro día haciendo masking, que es una técnica en la que intentamos ocultar como somos e imitar a las personas que nos rodean, como si lleváramos una máscara puesta, y la verdad es que esto es realmente agotador, puesto que vivimos haciendo un papel forzado para encajar en los moldes de la sociedad. En mi caso, aparte de esto, decidí ocultar a los sitios a los que acudo que soy asperger a modo de protección, pero la verdad es que me harté de que siempre seamos los últimos de la cadena, y es por eso que empecé un proyecto deportivo", reflexiona.

¿Y cómo es la vida de Manuel? "Es como la de cualquier otro, pero a raíz de la ansiedad que me provocó el acoso que recibí y los malos recuerdos que se me grabaron en la memoria, llevo unos años sin lograr una formación académica ya que se me dificulta mucho el asistir a clase por el miedo a que vuelva a pasar todo. Estoy recibiendo apoyo y ayuda médica pero aún así se me hace muy difícil salir del paso y volver a la normalidad que tenía, pero confío en algún momento poder retomarlo", dice Dorado.

Asociaciones como Asperga sirven para que las personas que tienen cualquier tipología de autismo puedan desarrollar su vida de una forma plena. "Asperga me ayudó principalmente a entenderme. Allí descubrí lo que era el asperger y me dieron algunas herramientas para mi día a día, pero debido a mi situación personal ningún terapeuta logró ayudarme del todo a estar estable. Sin embargo, lo que siempre guardaré con cariño, es que, viendo la situación que estaba pasando y la depresión que tenía, me dieron el apoyo necesario para que pudiera poner en marcha, el que es hasta la fecha, mi mayor logro personal: La creación de mi propio equipo de fútbol, Asperga FC, un equipo formado íntegramente por pesonas asperger". 

El deporte como válvula de escape

"En octubre del 2023, y tras dejar de nuevo los estudios por mi estado anímico, decidí enfocarme en algo totalmente diferente y diseñar un equipo para todas las personas, que al igual que yo, en algún momento sufrieron rechazo y le negaron la oportunidad de jugar al fútbol de manera federada. Asperga me aprobó el proyecto y me puso en contacto con Jorge Martínez, el técnico de deportes de la asociación, y junto a él, logré levantar un proyecto que parecía imposible y lograr que este año esté donde siempre quisimos, en una liga federada", explica.

"A nivel anímico, este proyecto me dio aire cuando más lo necesitaba, y un motivo para levantarme a luchar por mis sueños. Sin este equipo no quiero imaginar lo hundido que estaría ahora, porque, aunque no estoy bien, por lo menos siento orgullo y alegría de ver como mi idea creció y encontré un lugar donde encajo sin tener que fingir. También puedo decir, que, sin contar a toda mi familia y gente más cercana, Jorge fue la primera persona que creyó en mí y me animó a jugar al fútbol y ser la cara de este proyecto cuando no tenía ganas de nada, y sin Asperga esto no hubiera sido posible", responde con contundencia.

"Sin este equipo no quiero imaginar lo hundido que estaría ahora, porque, aunque no estoy bien, por lo menos siento orgullo y alegría de ver como mi idea creció y encontré un lugar donde encajo sin tener que fingir"

Manuel Dorado, gallego con asperger

"El deporte se ha convertido en un estilo de vida para mí, y la verdad no fue un camino de rosas, pero las ganas de demostrar que la gente se equivocaba, me impulsaron a orientar mi vida en torno a él. Mi historia comienza a los nueve años. Yo me pasaba todos los recreos solos y me di cuenta de que lo que todo el mundo jugaba era fútbol, así que pensé que si aprendo a jugar me integraré mejor y por eso empecé a practicarlo. Desde que nací, siempre me caractericé por tener poca psicomotricidad y esto no me lo ponía fácil, pero desde que empecé me enamoré del fútbol y esto me motivaba".

La pasión por este deporte se le nota tan solo con nombrárselo. "Pasé de no saber lo que era, a obsesionarme y verme todos los partidos de la tele, y un balón se convertiría en mi mayor aliado. No existe calle en Os Castros, el barrio en el que crecí, en la que no jugara y cuando crearon una pista en el parque más cercano, empecé a bajar aún más a jugar y a practicar, lo hacía con mi mejor amigo, él jugaba de portero y yo de delantero, y nos pasábamos horas entrenando solos y ahí fue donde más mejoría noté. Mi ídolo era Neymar y siempre buscaba imitar lo que hacía en el FC Barcelona, y es por eso que cada fin de semana me centraba en una habilidad, un día las voleas, un día los regates, otro los pases, etc", afirma con un brillo especial en los ojos.

"No por tener asperger somos incapaces de hacer algo. Somos personas como cualquier otra y podemos hacer realidad nuestros sueños, al igual que yo hice el mío y espero que todos lo puedan lograr"

Manuel Dorado, gallego con asperger

"Fuera del profesionalismo, me fijaba mucho en mi padre. Él es un gran jugador, el mejor que conocí, y me fascinaba lo que era capaz de hacer. Me gustaba verlo jugar con sus amigos y soñaba con hacerlo yo algún día, por eso siempre que podía me enseñaba a jugar un poco. A día de hoy no creo que lo igualara pero si que aprendí mucho de él y uno de mis mejores regates es suyo", explica Manuel. 

"Después de mucho entrenar, a los 13 años quería jugar en un equipo, pero mi familia tenía miedo a que me acosaran por no ser tan bueno, así que me metí a un equipo con Diversidad Funcional. Ahí acabé de madurar como futbolista y aprendí otros deportes como el tenis de mesa, pero llegó un momento en el que se separaron nuestros caminos debido a que quería un paso más en mi vida y el poder competir federadamente, y es por eso que decidí marcharme y crear mi propio equipo, aunque sigo teniendo buena relación con Andrés, mi primer entrenador", manifiesta.

El Asperga FC, un reto personal

A partir de ahí, llegó su gran reto personal, el Asperga FC, un equipo formado por personas con asperger y que militan en una competición local de fútbol sala sin ningún tipo de adaptación. El pabellón de Monte das Moas se convirtió en su nueva casa deportiva.

"Empecé el proyecto y conocí a Jorge, un entrenador muy cualificado, que me dio el apoyo que me faltaba y me hizo la piedra angular del equipo. Mejoré mucho a su lado, tanto en lo futbolístico como en el apartado físico, y fuimos haciendo crecer el proyecto hasta los primeros amistosos. Jugamos contra Difunga, y tras la victoria, decidimos enfrentarnos al mayor equipo de A Coruña formado por jugadores neurodivergentes, el Dépor Genuine. Conseguimos la victoria y tras esto, el Silva SD se fijó en nosotros y nos cedió su filial para que pudiéramos competir y nos ayuda en todo lo referente a gestión deportiva, somos un equipo más del Silva pero con nuestra bandera del Asperga FC", comenta.

Manuel, en una imagen previa al inicio del partido de Asperga FC.

Manuel, en una imagen previa al inicio del partido de Asperga FC. Cedida.

"Empezamos este año a competir y la verdad que la experiencia es inolvidable, mi sueño se cumplió y aunque este enero me rompiera el ligamento cruzado y me pierda toda la temporada, puedo decir con orgullo que hemos demostrado que cualquiera que se lo proponga puede jugar en una liga, la prueba somos nosotros, estamos consiguiendo callar a todas las personas que nos atacaron en algún momento y nos gustaría que siga creciendo y que la gente vea que no por tener asperger somos incapaces de hacer algo. Somos personas como cualquier otra y podemos hacer realidad nuestros sueños, al igual que yo hice el mío y espero que todos lo puedan lograr".