Juan Freire, educador canino
Juan Freire, experto gallego en psicología canina: "Los perros sufren los divorcios igual que los niños"
Cada vez son más los peritos judiciales especializados en adiestramiento y conducta canina, una herramienta que hasta hace poco no existía, pero que cada vez es más demanda por el propio sistema judicial en casos de separación
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En una comunidad en la que hay más perros que niños, los divorcios ya no se entienden sin tener en cuenta el bienestar de los peludos de la casa. Cada vez son más los casos de ruptura en los que la mascota queda atrapada en medio de una guerra entre dos personas. Y ellos, al igual que los seres humanos, también sufren.
"Los perros son muy de hábitos y costumbres. De repente desaparece una persona de la familia y lo pasan mal. Los niños pueden razonar según la edad que tengan, pero el perro no. Cambian sus horarios, sus rutinas, su entorno, y eso les afecta mucho. He visto perros que guardaban un auténtico luto, los primeros días agobiados, buscándolos por toda la casa", cuenta Juan Freire, educador canino con máster en psicología canina.
Este experto es a la vez director de Ramalladas (Vigo), un hotel canino con servicio de adiestramiento, y ahora está a punto de obtener también el título de perito judicial en adiestramiento y conducta canina. Se trata de una herramienta que hasta hace poco no existía, pero que cada vez es más demanda por el propio sistema judicial.
El cambio legislativo respecto a los animales ha llevado a que en los juzgados se diriman cuestiones que hasta hace pocos años parecían impensables: custodias compartidas, manutenciones e incluso puntos de encuentro para la entrega del perro, igual que sucede con los hijos.
"Hasta ahora yo hacía informes como profesional, pero no tenían carácter judicial. Con el título, el juez podrá basarse en lo que valore un experto en conducta. No es lo mismo que decida sin ese conocimiento, porque un juez no tiene por qué saber cómo le afecta a un perro una separación", explica.
"Un divorcio no es de un día para otro. Si uno de los dos va a desaparecer de la vida del perro, lo mejor es hacerlo gradualmente, aumentando los tiempos"
Freire ha visto cómo muchos divorcios se complican al no llegar las parejas a un acuerdo. "Tengo clientes de Madrid que cada quince días tienen que llevar al perro a Barcelona para que esté con la otra parte. Es como si fuera un niño. Hay custodias compartidas, hay manutenciones, y a veces no se logra un acuerdo. Por eso la figura del perito es tan importante, porque ahora se puede aportar un informe que el juez tenga en cuenta para decidir", rconoce.
Pero al igual que ocurre con los niños, lo mismo para los canes. Haya juicio o no, lo primero es pensar en el bienestar del animal, y "es mucho más fácil cuando la pareja dialoga". El educador insiste en que los cambios radicales son los más dañinos y aconseja planificar el proceso.
"Un divorcio no es de un día para otro. Si uno de los dos va a desaparecer de la vida del perro, lo mejor es hacerlo gradualmente, aumentando los tiempos. Si cambia la persona que lo saca, hay que empezar antes de la separación. Si van a cambiar los horarios de comida o paseo, hacerlo poco a poco. Incluso puede ayudar dejar ropa de la persona para que no pierda de golpe esa referencia. Es importante que todo sea lo menos drástico posible", explica.
Galicia pionera
El ámbito legal, explica, también se ha transformado. Vigo fue pionero en dictar la primera sentencia en la que un juzgado obligó al marido a pagar una manutención del perro, "como si fuera un hijo", relata Freire.
"También conozco casos en los que, como la pareja no se quería ver, dejaban el perro en un punto de encuentro: lo dejaban por la mañana y lo recogía el otro por la tarde. Eso ahora ya es posible porque la ley reconoce que son seres sintientes", indica el experto según experiencias vividas en el Hotel en el que trabaja en Vigo.
Juan Freire, adiestrador de perros
Pero no todos los casos reflejan acuerdos amistosos. "Hay situaciones en las que uno utiliza la mascota para hacer daño a la otra persona. Incluso piden la custodia y luego maltratan al animal. En Vigo hubo una sentencia a una persona que mató a la perra para dañar a su mujer. Es muy duro, pero pasa. Por eso es tan importante la figura del perito, porque puede valorar la situación y ayudar al juez a decidir lo mejor para el perro".
Para Freire, el cambio social es evidente. "Cuando yo empecé, la gente se divorciaba y al perro le daban poca importancia, incluso lo dejaban porque la nueva pareja no lo quería. Ahora es al revés, los casos más complicados que conozco son porque ambos quieren al perro y no llegan a un acuerdo. Muchas veces discuten más por el perro que por lo económico. Eso demuestra que la realidad ha cambiado y que era necesario regularlo", concluye el experto.
Los jueces deben decidir qué es lo mejor para ellos, aunque en la mayoría de los casos no es necesario llegar a ese extremo. Para evitarlo, como en todo, hace falta comunicación y pensar realmente en qué es lo mejor para el animal.