La hostelería coruñesa se dividen entre los que suben los precios por Navidad y los que asumen costes

La hostelería coruñesa se dividen entre los que suben los precios por Navidad y los que asumen costes

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La hostelería coruñesa se divide entre los que suben los precios por Navidad y los que asumen costes

Con la subida del IPC alimentario, muchos deciden subir los precios de los menús, mientras que otros deciden asumir los costes. Los segundos aguantan otro año más, pero con perspectivas de actualizar los precios si la cosa sigue así

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Diciembre. De no ser por la paga extra, muchos ni llegarían a enero. Y para los que no la tienen, les deseamos suerte. Pero una cosa es cierta, y es que la Navidad está hecha para pasarla con la familia y amigos, así que ya habrá tiempo para ahorrar. Es en estas fechas cuando los restaurantes se convierten en el punto de encuentro para aquellas reuniones en las que es momento de ponerse al día. Las cenas de empresa y los encuentros navideños ya están en plena ebullición en A Coruña.

En un momento en el que los precios de los alimentos aumentan el precio de los menús, parece que eso no ha supuesto un problema para que los locales de hostelería de A Coruña llenen sus comedores con cientos de comensales por noche. Restaurantes como Barítono o la Pulpeira de Melide han tenido que ajustar precios.

Sin embargo hay otros, como Casto, Culuca o Furancho Casa Clandestina han tenido que asumir parte del incremento para no repercutirlo del todo en el cliente. Aunque eso no quita que no se lo planteen para más adelante subir el coste de los productos si la cosa sigue así.

"Nosotros hemos tenido que subir el precio del menú unos 10 euros", cuenta Guillermo Mesa, propietario de Barítono, ubicado en pleno centro de A Coruña. El menú costaba unos 35 euros el año pasado y este 2025 lo han tenido que poner a 45.

No ha supuesto un problema para el cliente. El menú está disponible a partir de ocho comensales. Al tratarse de un local pequeño, en estas fechas no les cuesta nada llenarlo.

En el Furancho Casa Clandestina han preferido mantener los mismos precios, "por ahora". Y eso que mesas no les sobran. Andrea, una de las encargadas confirma que estas fechas son un auténtico desafío logístico. Conseguir mesa en fin de semana es prácticamente misión imposible.

Solo trabajan con menús cerrados para grupos a partir de ocho personas y ofrecen tres alternativas que oscilan entre los 40 y los 60 euros. Precios que han tratado de mantener en los últimos años.

Alejandro Liste y Adriana Quintero posan en Furancho Brasa Clandestina.

Alejandro Liste y Adriana Quintero posan en Furancho Brasa Clandestina. Quincemil.

"Tenemos tres opciones", explican desde el local: "El primero cuesta 40 euros por persona e incluye entrantes, principal, postre y bebidas, con vinos blancos y tintos. El segundo menú sigue el mismo esquema y se va a 50 euros. Y el tercero, que asciende a 60, incorpora segundos más potentes, como chuletones, además de entrantes más elaborados". Aun así, mantienen cierta flexibilidad: "Si el cliente quiere cambiar algo, lo hablamos".

En cuanto a reservas, el patrón se repite: "Entre semana todavía queda algún hueco, pero viernes, sábado y domingo están prácticamente completos. Para Nochebuena y Nochevieja también abrimos, pero Navidad y Año Nuevo cerramos", confirman.

Producto humilde para combatir la subida

Otro de los referentes coruñeses, la Pulpeira de Melide, también confirma que el tirón de las cenas de empresa se nota especialmente en diciembre, aunque sus menús están disponibles durante todo el año. Ofrecen dos propuestas: un menú de 39 euros y otro de 44.

"El de 39 euros es más clásico: empanada, tortilla, pulpo con cachelos, queso con membrillo y cañitas rellenas. Incluye bebida”, explica Gorka Rodríguez. “El de 44 añade almejas, navajas y un pescado al centro", cuenta Gorka Rodríguez.

Gorka Rodríguez, propietario de A Pulpeira de Melide, en su cocina mientras cuece pulpo.

Gorka Rodríguez, propietario de A Pulpeira de Melide, en su cocina mientras cuece pulpo. Quincemil

Sin embargo, la subida de precios del sector es un asunto que, les ha obligado a reaccionar: "Ha habido que aplicar alguna subida mínima, porque los costes llevan años disparados. Los huevos cuestan el doble que hace dos años. El pescado humilde —caballa, sarda, bonito, cabracho— ha pasado de 4,50 o 5 euros a casi 9 o incluso más. Y del pulpo ya ni hablamos: ha dejado de ser un producto popular".

Algo que quiere dejar claro Gorka, es que, "algo que mucha gente no tiene en cuenta", es que ha habido una mejora de las condiciones laborales en hostelería: "El coste del personal ha subido, y me parece fantástico. Antes había precariedad. Ahora se pagan las jornadas reales, la seguridad social, los sueldos como deben ser. Pero eso repercute en el precio final. Si antes alguien hacía 16 horas y ahora hace 8, necesitas el doble de personal".

Precios congelados… de momento

En Casto, Álvaro Veiga confirma que la demanda se ha disparado: "Tenemos todo completo hasta final de año", asegura. En su caso, han decidido mantener precios este año, aunque con la vista puesta en enero: "No hemos subido aún, pero sí habrá que revisar algunos productos de cara al 2026".

Sus menús parten de 30 euros en la versión básica y 35 euros en la más completa, ambos con posibilidad de modificar platos si algún cliente quiere cambiar opciones.

"Siempre sube, nunca baja"

El Culuca también está ofreciendo menús especiales: de 37, 45 y 55 euros. "En nuestro caso hemos decidido asumir el coste, pero sí que nos ha repercutido la subida de alimentos", comenta Chisco Jiménez, propietario.

"Es evidente que si sigue subiendo tendremos que actualizar", no duda en responder. Ante ello, todos los hosteleros tienen una visión bastante negativa en cuanto a los precios de los productos.

"Siempre sube, nunca baja", asegura el cocinero. La conclusión está clara: todos tendrán que subir los precios en un momento u otro.

Una Navidad más cara, pero con la misma ilusión por juntarse

La subida del IPC alimentario, el encarecimiento del marisco y del pescado, el precio de la energía o la mejora en los salarios del sector son factores que, sumados, han encarecido la oferta navideña respecto a años anteriores. Aun así, los hosteleros coinciden en algo: la gente sigue queriendo celebrar, juntarse con amigos o compañeros de trabajo y disfrutar de una mesa compartida.

A Coruña mantiene así una de sus tradiciones más vivas: llenar bares y restaurantes en diciembre, aunque ahora —igual que todo— cueste un poco más.