Alma García, propietaria y cocinera de bar Greca

Alma García, propietaria y cocinera de bar Greca Miriam García

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GastroCoruña

El bar de barrio en A Coruña en el que su comida y decoración son el alma del local

Greca lleva más de diez años ofreciendo a sus clientes platos innovadores con productos de temporada

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La comida, el trato y el buen ambiente son imprescindibles en un buen restaurante. En el bar Greca, situado en el número 34 de la calle Historiador Vedia, a un paso del Palacio de la Ópera y del parque de Santa Margarita, este combo es más que posible. Su propietaria y cocinera, Alma García, es el alma del local. Hace 10 años se embarcó en esta aventura apostando por platos tradicionales hechos con mucho mimo.

Su nombre lleva a pensar en comida griega, pero el local, un antiguo mesón regentado por un matrimonio, ya llevaba antes el nombre de La Greca. Cuando Alma lo adquirió le gustó y decidió mantenerlo: "Ellos estuvieron aquí 35 años y tenían muy buena fama. Cuando se jubilaron me animé a cogerlo porque siempre ayuda que la gente tenga un buen recuerdo".

Fiel al espíritu del antiguo mesón, trabaja con productos de temporada. "Ahora cocinamos mucho con setas. Tenemos un arroz con setas y presa de cerdo ibérico", señala la propietaria. En su carta, también se pueden encontrar platos fijos como la fideuá con sepia de la ría, sus croquetas y la ensaladilla rusa.

Aunque si hay algo por lo que este local es conocido, es por contar con un bocata que enamoraría hasta al célebre personaje de dibujos animados Shin Chan. Fue el ganador de la séptima edición del Festival del Bocata Gourmet (Boucatise) en 2022, y la clave de su éxito está en el pan: "Lleva un pan de leche casero". Se rellena con mayonesa sriracha y costilla de cerdo desmenuzada asada a baja temperatura, y se corona con lechuga y tomate seco.

El maridaje tiene un gran protagonismo: Alma cuenta con un título de sumiller del Instituto Galego do Viño. "Trabajamos principalmente con bodegas gallegas y nacionales, pero tenemos algunas referencias internacionales", señala. No hay buena comilona sin postre, y en este local destaca sus milhojas caseras con crema pastelera: "Es ideal para cuando terminas de comer y estás muy lleno, pero te apetece comer dulce. No te llena y te quedas satisfecho".

El cuidado por los detalles no solo se refleja en los platos, sino también en la estética. La estancia se decora con arreglos florales y materiales reciclados, como puertas correderas de antiguos edificios. "Mi pareja es el escultor Benito Freire y nos ayuda con la decoración", cuenta Alma. La acústica del local está insonorizada.

El comedor es casi una sala de museo, pues en sus paredes hay cuadros de artistas locales como Manuel Suárez, Edu Albo y Benito Freire. Y es que en Greca, cada detalle está pensado al dedillo para que los clientes se sientan como en casa.