Voluntarios del Banco de Alimentos de Rias Altas, junto al presentador Xosé Ramón Gayoso, el padrino de esta iniciativa
Ofrecido por:
La historia que sostiene al Banco de Alimentos de A Coruña: "Entré para ayudar y al final me ayudaron a mí"
Este fin de semana comienza la Gran Recogida de Alimentos. Manel Mora, presidente de Balrial aprovecha para hacer un llamamiento a más voluntarios que puedan hacer posible que todas las familias tengan algo que llevarse a la boca estas navidades, y el resto del año
Más información: El Banco de Alimentos de A Coruña celebra en noviembre su Gran Recogida: "Necesitamos más donaciones"
Una vecina de A Coruña, a la que llamaremos María -ya que prefiere mantenerse en el anonimato-, es el puro ejemplo de otras tantas personas que sostienen, en silencio, el corazón del Banco de Alimentos de A Coruña.
Un día, conduciendo, escuchó en la radio que se necesitaban voluntarios para la gran recogida. "Dije: bueno, pues me voy a acercar y ayudar unas horas". Era 2014. Entró sin expectativas, con la idea de colaborar puntualmente. Pero lo que no imaginaba es que aquel gesto acabaría marcando su vida: "Es mi terapia".
Empezó clasificando alimentos en el almacén de Meicende tras la campaña de Navidad. "Abríamos cajas mezcladas y había que poner el azúcar con el azúcar, las lentejas con las lentejas…". Cuando terminó, volvió a su rutina. Pero en la siguiente campaña —el Mayo Solidario— la llamaron de nuevo. Y regresó: "Después ya no desconecté. Al final fui todos los días. Me quedé".
La emoción llega cuando intenta explicar por qué sigue once años después. "Yo entré para ayudar… y al final el Banco me ayudó a mí", dice, con la voz quebrada. Lo repite despacio, porque le cuesta contenerse.
María pasó un cáncer, meses de baja y aislamiento. "En casa te comes las paredes", cuenta. Y el Banco se convirtió en refugio. "Cuando me recuperé, volví a ir. Y cuando mi marido enfermó, dejé de ir… y cuando falleció, volví otra vez. Ahora es mi terapia. Allí me ayudan directísimamente".
Habla del equipo como una segunda familia: "Somos los mismos de siempre. Nadie te obliga a ir, vas porque quieres. Ayudas a la sociedad… y sin darte cuenta te ayudas a ti misma". Entre cajas, palés y cafés improvisados encontró un lugar al que volver incluso en los momentos más duros.
Faltan voluntarios
El Banco de Alimentos Rías Altas afronta este viernes 7 y sábado 8 de noviembre la gran recogida anual, la campaña más importante del año. El objetivo es cubrir más de 200 supermercados en la provincia y alcanzar unos 170.000 kilos de alimentos, que permitirían sostener el reparto hasta abril o mayo.
El presentador Xosé Ramón Gayoso será una vez más el padrino de esta iniciativa que se realizará en los supermercados de A Coruña, Ferrol y Santiago de Compostela
"Con dos horas (de voluntariado) el viernes o dos horas el sábado ya se marca una diferencia enorme"
Sin embargo, a pocos días de comenzar, no hay suficientes manos. "Estamos en torno al 67% de voluntarios necesarios", explica Manolo Mora, presidente de Balrial. Se requiere la participación de alrededor de 2.700 personas para cubrir todos los turnos.
La presencia de voluntarios es decisiva. "Se recoge un 95% más cuando hay alguien informando a los clientes que cuando no lo hay", señala Mora. Por eso el llamamiento es urgente: "Con dos horas el viernes o dos horas el sábado ya se marca una diferencia enorme".
Quien quiera colaborar puede escribir a voluntarios@balrial.org, indicando disponibilidad y código postal para asignar un supermercado cercano.
La inflación recorta la solidaridad
El reto de este año no es solo reunir voluntarios. Es también luchar contra el efecto de los precios. "En 2022 repartimos 2.800.000 kilos de alimentos. Este año, 1.700.000. Hemos bajado un millón de kilos", detalla Mora.
Y es que, Mora lo explica de forma fácil y sencilla: "Antes un euro equivalía a un kilo o un litro. Ahora un kilo o un litro cuesta tres euros. La gente quiere seguir donando, pero con el mismo dinero compra un tercio".
Los supermercados permiten ahora donar también en caja: el cliente aporta la cantidad que desee y el establecimiento la convierte en alimentos. "Si se recogen 1.000 euros, no dan el dinero: dan 1.000 euros en productos, lo que más se necesite: leche, aceite…".
Estos meses —septiembre, octubre y noviembre— son especialmente complicados: apenas hay donaciones importantes y el Banco sobrevive comprando productos básicos con la ayuda de administraciones y donativos particulares. Por ello, es el momento de que se sumen al carro más voluntarios y más gente dispuesta a colaborar para que todos tengan algo que llevarse a la boca, todos los días de su vida.