Imagen de archivo de una limpiadora
Pilar (61), limpiadora en Suiza: "Cobro 2.700 euros netos y con eso vivo, pago la hipoteca en España y ahorro"
Tras la crisis de la construcción, Pilar se quedó en el paro y, en 2014, se vio obligada a emigrar para hacer frente a sus cargas económicas en Galicia
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Son muchos los gallegos que, por una causa u otra, se vieron obligados a emigrar para labrarse un futuro y hacer frente a diferentes cargas económicas. Los bajos sueldos, las malas condiciones y la incertidumbre laboral en España dificultan que muchas personas puedan llevar una vida digna, por lo que deciden marcharse al extranjero en busca de oportunidades.
Esto le ocurrió a Pilar, una gallega de 61 años natural de Carballo (A Coruña), que lleva 11 años en Suiza, donde trabaja como personal de limpieza en un hotel de un pueblo de los Alpes, Arosa. Antes trabajaba en la construcción, pero a raíz de la crisis y de encadenar trabajos precarios, se marchó con el que ahora es su exmarido en busca de mejores oportunidades.
En paro por la crisis de la construcción
Antes de marcharse de Galicia, Pilar trabajaba en una empresa de construcción hasta que en 2013 se quedó en el paro a causa de la crisis. A partir de ese momento, comenzaron los problemas: una hipoteca que pagar en Neaño (A Coruña), mantener el coche, muchos gastos y, por aquel entonces, sus tres hijas estaban en A Coruña, "era difícil", recuerda.
"Estuve 18 meses en el paro. Me saqué el graduado de la ESO para apuntarme a las listas de la Xunta de acompañamiento de personas especiales en autobuses". Aunque subía poco a poco en las listas, las oportunidades tardaban en llegar, y pese a que ella trabajaba en cualquier cosa que le ofertasen, el dinero seguía sin ser suficiente.
Por suerte, o no, según se mire, tenía un amigo que trabajaba en el sector de la construcción en Arosa, pueblo en el que ella vive actualmente, y este pudo llevarle su currículum y el de su exmarido a diferentes hoteles: "En una semana estaban llamando por teléfono a mi marido".
Pese a ser ella quien tuvo la iniciativa de probar suerte fuera de Galicia, en el momento en que llamaron por teléfono afirma que tuvo un disgusto enorme. "Yo nunca quise emigrar ni dejar a mis hijas. Si no ya hubiese emigrado antes", indica. Finalmente, se marcharon juntos, pero la travesía en pareja duró menos de lo que creía. A los 5 años, se separó de su marido y este se volvió a Galicia.
Desde entonces, Pilar afronta sola la hipoteca, debido a que su exmarido cedió su parte a las hijas, y por ese motivo continúa en el extranjero. "La única manera de conservar la casa es con el sueldo de Suiza", lamenta. Aunque no le guste del todo, no le queda otra opción: "Trabajo 9 meses al año, pero mantengo mi casa y mi vida todo el año".
Su sueldo en Suiza
Pilar siempre ha trabajado como personal de limpieza de hoteles desde que llegó a Suiza. Lleva tres años en el mismo y está bastante contenta, sobre todo porque en este tiene acceso a su propia cocina y "cocina a la española", ya que la comida de Suiza no le gusta nada. En su anterior trabajo tenía acceso a un buffet y afirma que tuvo "estaciones de adelgazar 7 kg".
"Pago 500 euros por la habitación en la que vivo, tengo baño propio y derecho a compartir cocina con otra habitación", señala. Su jornada es de un total de 43 horas, con una libranza de dos días a la semana por ley. Para ella, un punto a favor de ese país son los sueldos y la vigilancia a las empresas: "Suiza en eso es muy estricta", afirma.
Un día de trabajo de Pilar requiere mucho esfuerzo físico: se levanta a las 5 de la mañana y entra a trabajar a las 06:15 horas. Ella se encarga de los baños y si hay mucho trabajo llega a hacer hasta 17 completos, "acabo muerta", dice sin dudarlo.
Respecto a su sueldo, después de descontar la habitación y otros gastos de seguros y el fondo de pensión, gana unos 2.500 francos suizos netos (casi 2.700 euros): "Con eso vivo, pago la hipoteca de España y todavía me da para ahorrar". Por ello, necesita quedarse en Suiza los 4 años que le quedan para jubilarse.
Afirma sin ningún problema que: "Suiza me salvó la vida. Mi economía la salvó Suiza". Sin embargo, la distancia pesa, y el vivir lejos de sus hijas no es algo que lleve muy bien. "No me puedo volver por cuestiones económicas, si no yo estaría feliz en mi casa. Quiero estar cerca de mi familia".
Su pensión y las ganas de volver
El sistema de pensiones en Suiza funciona diferente al de España. Según nos cuenta Pilar, allí se basan en tres pilares: el de la jubilación normal; un fondo de pensiones en el que empresa y trabajador ponen una parte; y un tercero que es un fondo de pensiones del propio trabajador.
Para ella, esto es fundamental, ya que le permite ahorrar el dinero necesario para terminar de pagar su hipoteca y, por qué no, "si me queda algo, comprarme un cochecito para la aldea", dice con ilusión pensando en ese día. No obstante, como buena gallega, es muy morriñenta, y echa de menos Galicia y su vida en la aldea.
"Para mí es muy triste estar aquí. Al mes siguiente de llegar, ya compro el vuelo de vuelta". Después de 11 años en Suiza, cada vez queda menos: "El 30 de agosto del 2029 puedo volverme a España jubilada", dice con alegría.
Mientras tanto, toca esperar y seguir en Suiza para cumplir con su objetivo: "Estoy haciendo lo que debo hacer. Y mis hijas también lo saben", sentencia Pilar.