Varias imágenes de Jaime Sánchez a lo largo de su carrera.

Varias imágenes de Jaime Sánchez a lo largo de su carrera. Cedidas.

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Jaime Sánchez, un campeón de Liga que se quedó en A Coruña: "Fue un momento irrepetible"

El futbolista, que llegó a ser técnico en categorías inferiores del Dépor, recuerda en Quincemil aquel maravilloso título

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La liga del Real Club Deportivo tiene una fecha muy marcada: 19 de mayo del año 2000. Ese día, una victoria ante el Espanyol acabó de eliminar aquel temor colectivo de que el tan ansiado título, con el que el Dépor presume de ser uno de los nueve elegidos, "se lo quitaran de los fouciños" parafraseando al eterno Arsenio Iglesias.

Esa temporada tiene varios protagonistas, y uno de ellos es Jaime Sánchez. Afincado en A Coruña, donde hace vida e incluso ha llegado a entrenar en las propias categorías inferiores del Dépor, el madrileño llegó y besó el santo. Llegó ese mismo año a un club que le acabaría enamorando procedente del Real Madrid, y acabó siendo uno de los importantes en ese vestuario. 21 partidos de 38 posibles aparecen en sus estadísticas, con siete titularidades y catorce suplencias. Acumuló hasta cuatro amarillas en 807 minutos.

Jaime, ahora en otras facetas, recuerda en Quincemil sobre todo los días previos a ese momento de júbilo. "Te acuerdas de todo en realidad. La previa, el durante y el después fueron muy especiales. Ten en cuenta que fue una semana intensa, veías todo el sentimiento por intentar conseguirlo. También esa cierta tensión acumulada por lo pasado anteriormente nos tenía preocupados", explicó.

"Durante el partido, no me olvido de esos nervios que había desde que salimos del hotel hasta el propio estadio, donde vimos que la ciudad estaba engalanada para recibirnos, empujarnos y lograrlo", recuerda con cariño y nostalgia, añadiendo incluso más sensaciones: "después no cabe duda de que la alegría de todo el mundo, de toda la ciudad, fue algo maravilloso, una sensación de unión, de equipo, de ciudad que fue difícil de olvidar. Un momento irrepetible. Fue único".

Del propio partido, el futbolista tiene en su memoria que "al final, sobre todo la alegría de cuando Donato marca el gol, nos quitamos mucha tensión cuando lo anota, tuvo la gran suerte de poder ser unas personas que estuvo en la anterior vez que el Dépor pudo ganar y se lo merecía. Fue algo muy bonito, algo especial, el segundo gol, el pitido final. Un éxtasis, algo que no se puede olvidar, ni se debe olvidar", afirmó.

Un año de ensueño

Jaime tiene brillo en los ojos cuando se le menciona la temporada 1999/2000. Lo resume como "un año muy intenso, muy bonito, muy productivo, con una gran unión entre todos los miembros del cuerpo técnico, plantilla, directiva y demás. La unión era muy grande, tuvimos la gran suerte de cada uno saber nuestro rol y remar todos en una misma dirección por un único objetivo".