Lockheed Hudson del escuadrón 48 de la RAF. https://es.wikipedia.org

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Historias de la Historia

El bombardero inglés que se estrelló en Galicia durante la Segunda Guerra Mundial y acabó como puertas y cierres de cuadras

La historia de un accidente aéreo cuyos restos todavía forman parte de las aldeas de Calvos de Randín, en Ourense

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En 1942, la BBC lanzó a sus oyentes una extraña solicitud: que enviaran fotografías y postales de la costa de Europa desde Noruega hasta España, con la misión secreta de recopilar información sobre las playas adecuadas para el desembarco. Los aliados pusieron mucho empeño en engañar a los alemanes haciéndoles creer que la invasión empezaría en Calais, en lugar de en Normandía, y para ello crearon un ejército ficticio con base en Kent, justo enfrente de Calais, que incluía tanques hinchables y muñecos, además de emplear agentes dobles y lanzar filtraciones controladas de información errónea. Su estrategia fue tan convincente que incluso después del Día D, los alemanes mantuvieron a muchas de sus mejores tropas en el área de Calais esperando una segunda invasión. El engaño funcionó porque los aliados mantuvieron el secreto de una manera que parecía imposible, como comprobó el teniente Terence Otway. Tras recibir las órdenes de su misión para el Día D, este oficial del ejército británico puso a prueba la lealtad de sus paracaidistas para asegurarse de que no habría filtraciones. Para ello, envió vestidas de civil a 30 de las integrantes más guapas y exuberantes de la Fuerza Aérea Auxiliar Femenina a los bares cercanos a los lugares de entrenamiento de sus soldados, para que intentaran descubrir cuál era la misión de sus hombres. Ninguno filtró nada. Tres meses antes del Desembarco de Normandía, uno de los aviones que iban a participar en él se estrelló en una pequeña aldea de Galicia, donde sus restos pasaron a formar parte de ventanas, puertas y cierres de cuadras y establos. Esta es su historia.

Descarga de tropas en la playa de Omaha, Normandía. https://es.wikipedia.org/

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El 15 de abril de 1916, en el aeródromo de Netheravon, en Wiltshire, Inglaterra, se creó el escuadrón 48.º del Royal Flying Corps, que pasó a formar parte de la Royal Air Force, la RAF, en 1918. Durante la Primera Guerra Mundial, este escuadrón aéreo participó en conflictos en Europa y también en la India, donde fue disuelto.

En 1936 se reactivó y reconvirtió en una unidad de reconocimiento y, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, participó en patrullas costeras a lo largo de la costa sur de Inglaterra. En 1941, el escuadrón se reequipó con aviones Lockheed Hudson y se equipó como escuadrón antisubmarino, patrullando el Mar del Norte hasta que, en diciembre de 1942, se trasladó a Gibraltar para patrullar el Mediterráneo.

Cabina de un Lockheed Hudson. https://es.wikipedia.org

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En 1944, recibieron órdenes de regresar a la base de Bircham Newton, en Norfolk, Inglaterra, para ser reequipados con aviones Douglas Dakota y ser reconvertidos como unidad de transporte para el Desembarco de Normandía

Aprovechando el desplazamiento, algunos de los aviones del escuadrón fueron cargados con munición y artillería, que ya no era necesaria en Gibraltar y que sería muy apreciada durante el Día D. En torno a las 01:00 de la madrugada del 22 de febrero de 1944, los 13 aviones del escuadrón 48 comenzaron a despegar de su base en Gibraltar, pero aquel rutinario viaje se iba a convertir en una desgracia para dos de aquellos aparatos.

Dos Lockheed Hudson australianos en 1940. https://es.wikipedia.org

Dos Lockheed Hudson australianos en 1940. https://es.wikipedia.org

Aunque no existe información precisa respecto al motivo del accidente, parece ser que las complicadas condiciones meteorológicas sumadas a las fuertes rachas de viento y quizá al peso excesivo en sus bodegas, acabaron provocando que estos dos aviones tuvieran que intentar un aterrizaje de emergencia. El primero en caer fue el Hudson EW906, en Loriga, Sierra da Estrela, en Portugal. Poco después, a las 04:00 lo hizo el Hudson EW916, en el ayuntamiento ourensano de Calvos de Randín.

Este último rozó un monte en tierras portuguesas, tras lo cual chocó contra el pico de Monteagudo, arrastrándose durante casi un kilómetro por la ladera norte dejando tras de sí un rastro de fuego, destrucción y explosiones de las balas, dinamita y artillería que llevaba a bordo, provocando un incendio que duró al menos unas seis horas a escasos cuarenta metros de la frontera portuguesa.

Pico de Monteagudo. https://www.elespanol.com

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Un grupo de adolescentes de la aldea de Vilar bailaba y disfrutaban de una noche de fiesta en una cuadra cuando escucharon el estruendo del accidente, lo que les hizo pensar que eran bombas y disparos del ejército portugués, que estaba invadiéndolos.

Cuando a la mañana siguiente los vecinos llegaron al lugar del accidente, los gendarmes portugueses y la Guardia Civil ya estaban allí, donde pudieron ver a cinco de los aviadores completamente congelados en sus asientos. El sexto había salido disparado varios metros, lejos del avión.

Debido a las duras condiciones meteorológicas, los cuerpos tuvieron que ser cortados y despedazados para poder meterlos en los ataúdes, por lo que las autoridades pidieron ayuda a los vecinos para cargar en sus hombros los restos de los tripulantes y evacuarlos de la montaña.

Un ingeniero de vuelo en un Lockheed Hudson. https://es.wikipedia.org

Un ingeniero de vuelo en un Lockheed Hudson. https://es.wikipedia.org

En una época y unas tierras en las que la miseria estaba al orden del día, aquella desgracia fue una “bendición”, y los vecinos no tardaron mucho en dar cuenta de los restos menos valiosos del avión, ya que lo más apreciado ya se lo habían llevado las autoridades. 

Las chapas del fuselaje fueron cortadas y transportadas a las aldeas. Este acero era mucho más resistente que la madera y con ellas se cerraron establos, se hicieron y repararon puertas y se fabricaron ventanas que a día de hoy todavía resisten el paso del tiempo. Además, las telas de los paracaídas fueron empleadas para hacer ropa.

Una de las puertas construidas con el fuselaje. https://www.elespanol.com

Una de las puertas construidas con el fuselaje. https://www.elespanol.com

Además, mucha de su carga quedó desperdigada por los montes y caminos ourensanos, lo que acabó dando origen a la leyenda de que la guerrilla antifranquista que deambulaba por aquellos montes se había armado y abastecido gracias a los restos de aquel avión británico.

Los fallecidos, británicos y canadienses, fueron enterrados en el pequeño cementerio de Randín, donde siete años después fueron exhumados para ser sepultados en el Cementerio Británico de Bilbao, donde todavía hoy reposan sus restos. Hace pocos años, algunos de sus familiares volvieron a Galicia para ver si quedaba algún recuerdo de ellos que recuperar. Solo quedaban las chapas de su avión, convertidas ya en parte del paisaje gallego.

Puertas construidas con el fuselaje. https://www.elespanol.com Ilustración 1

Puertas construidas con el fuselaje. https://www.elespanol.com Ilustración 1

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

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Referencias:

es.wikipedia.org

galiciaenlasgm.blogspot.com

elespanol.com

lavozdegalicia.es

g24.gal

elcajondegrisom.com

laregion.es

cesbor.blogspot.com

eldiario.es

farodevigo.es

pegasusarchive.org

raf.mod.uk