Foto de archivo del cine Avenida de A Coruña, con la proyección de 'La vuelta al mundo en 80 días'..
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El Avenida de A Coruña: el futuro por delante con el cine siempre en el recuerdo
Abanca abre este jueves 20 su sede corporativa en Los Cantones, en el inmueble rehabilitado que durante más de medio siglo fue una emblemática sala de cine y un singular edificio de la fachada turística de la ciudad
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Un salón de espectáculos, un teatro, un cine, las oficinas de un banco. Cada edificio tiene su propia historia, un recorrido, y el del número 7 del Cantón Grande de A Coruña ha pasado durante décadas por la representación cultural y el ocio para estar a punto de transformarse en un núcleo de administración financiera. Difícilmente los coruñeses podrán dejar de llamar cine Avenida al antiguo cine Avenida, un inmueble representativo del centro de la ciudad que este jueves 20 de febrero, tras una larga reforma, se convertirá en sede corporativa de Abanca.
Los viejos cines de barrio o de casco urbano, víctimas de los cambios de consumo y de hábitos, han ido desapareciendo de las calles de las ciudades. En A Coruña, la cinefilia guarda en la memoria el Riazor, el París, el Coruña, el Goya, el Valle Inclán, los multicines Chaplin, los Equitaviva, incluso Los Rosales; salas que crearon afición o sellaron amistades y relaciones personales en no pocas generaciones.
El también desaparecido Avenida tiene una rica historia que realzan los orígenes del edificio, el uso que ha tenido, su diseño arquitectónico y ahora su reconversión y nueva vida tras haber estado años cerrado y en obras, sin películas ni público. En un lugar, Los Cantones, que también divisan un nuevo dibujo urbanístico.
Modernismo, racionalismo, art déco
Antes de 1941, cuando concluyeron las obras del cine diseñado por el arquitecto Rafael González Villar (1887-1941), el inmueble del Cantón Grande fue el teatro Linares Rivas, y antes el salón de espectáculos Doré, del que apenas hay constancia documental. El teatro fue obra de Leoncio Bescansa Casares (1879-1957) y empezó a construirse en 1919 en una parcela arrendada por 25 años.
Público en la entrada del antiguo teatro Linares Rivas.
De inspiración vienesa dentro del estilo modernista que deja otros exponentes en la ciudad, el teatro contaba con 1.170 butacas (más que el Teatro Principal, el actual Rosalía) y un escenario para representar obras y con una pantalla para proyectar las primeras producciones de cine de comienzos del siglo XX. Se le bautiza en homenaje al dramaturgo, académico y político compostelano, primo segundo del alcalde de A Coruña Maximiliano Linares Rivas (1922 y 1930-1931).
Una serie de modernas películas vanguardistas europeas anticiparon en la década de los treinta el destino que tendría el inmueble después de ser cerrado durante la Guerra Civil, periodo en el que es demolido. González Villar llevaba unos años planificando una nueva construcción en la parcela que se ajustase a la escala que empezaban a trazar edificios más verticales, como el del Banco Pastor, de 1922.
El también autor del Kiosco Alfonso y la Casa Molina, en Puerta Real, diseña un inmueble de 30 metros de altura y siete plantas, con cine en la planta baja y viviendas en las superiores. Su estilo arquitectónico se inclina hacia el racionalismo y permite en la fachada elementos próximos al art déco.
Pero una de sus características más singulares es el vestíbulo, un pasillo semicircular que rodea el portal de acceso a las viviendas en el que se ubican pequeños comercios, las fotografías de las películas proyectadas y los próximos estrenos y la taquilla. Unos escalones conducen al hall de la sala, con casi 900 butacas repartidas en dos plantas.
Películas y punto de encuentro
Vivir para gozar (George Cukor, 1938), una comedia con Katherine Hepburn y Cary Grant, inaugura las proyecciones cinematográficas en el cine Avenida el 16 de abril de 1941. En el descanso de la sesión, los propietarios del cine recuerdan a González Villar, fallecido unos días antes.
Los Cantones, en una imagen de archivo, con el cine Avenida a la izquierda del Obelisco.
Arranca en Los Cantones un periodo ininterrumpido de 56 años, hasta 1997, en el que la presencia de un cine ofrecería al público miles de estrenos y alguna reposición, con éxitos masivos de los años 80 y 90 como En busca del arca perdida o Desafío total.
El Avenida, junto al Obelisco, se convertiría además en céntrico punto de encuentro para multitud de coruñeses, que en esa misma zona vieron cómo se fue transformando, y elevando, la fachada turística de la ciudad. A las siete alturas del edificio del cine se le pegaron otros bloque verticales como el Banco Hispano-Americano (1951), el Edificio Granada (1974) o la Fundación Barrié (1978).
Incendio, abandono y reforma
El cierre del cine Avenida dejó el lugar sin uso. Solo un año después se produjo un incendio que destrozó el interior. El fundador de Inditex, Amancio Ortega, adquirió el edificio como una de sus inversiones inmobiliarias y en 2007 lo vendió inicialmente a Caixa Galicia; tras la desaparición de esta entidad financiara la propiedad la asumió Abanca.
Entrada descubierta, hace unos días, de las nuevas oficinas de Abanca en el antiguo cine Avenida.
La rehabilitación del edificio fue aprobada a comienzos de 2022 y ha costado 3,9 millones de euros. El proyecto lleva la firma de la arquitecta coruñesa Elsa Urquijo, profesional de confianza de Amancio Ortega que ha colaborado en proyectos vinculados a Inditex o a sus fundaciones, como la tienda de Zara Home de la plaza de Lugo o el centro de la institución benéfica y social Padre Rubinos.
El jueves 20 Abanca detallará los servicios y la funcionalidad del edificio corporativo destinado a la atención y gestión con los clientes de la entidad. Se llamará Espacio Avenida, según se ha avanzado. Es posible que muchos coruñeses, aunque siga sin haber películas, se refieran al lugar como cine Avenida.