El animador Óscar Carámbano.
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El animador Óscar Carámbano, en Galicia: "Animar a un demogorgon en Stranger Things es inolvidable"
El sevillano, supervisor de animación en series como 'La Casa del Dragón', visita A Coruña para el congreso Mundos Digitales
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Óscar Carámbano (Sevilla, 1978) ha regresado recientemente a España después de unos 18 años trabajando en el sector de la animación en países como Francia, Reino Unido o Canadá. Uno de sus últimos trabajos ha sido la supervisión de animación para La casa del dragón, una serie del universo de Juego de Tronos, con Rodeo FX.
Su carrera comenzó antes, participando en proyectos españoles como las Tres mellizas y pasando a limpio los dibujos de los animadores o creando las imágenes intermedias.
Este viernes participó en el congreso Mundos Digitales que se celebra en A Coruña compartiendo sus conocimientos sobre la industria y, más concretamente, sobre cómo hacer volar un dragón.
En tu charla abordaste vuestro trabajo en La casa del dragón. ¿En qué consistió?
Expliqué cómo el trabajo de animación confluye con otros departamentos. Cómo se planifica este tipo de proyectos desde el principio y qué hacemos para optimizarlo. La segunda parte fue más artística, sobre las influencias que utilizamos y luego hice una parte más técnica. En la animación es importante que, como somos muchos artistas, mantengamos el mismo estilo de movimiento y el mismo ritmo.
¿Cómo se da vida a un ser como un dragón, que no existe?
Basándonos mucho en las referencias. Para ello nos inspiramos en un murciélago de fruta, que son bastante grandes. Verlos volar es tremendo. Modificamos esas referencias, por ejemplo, cambiando el tiempo para que sea más lento, y encontramos así las poses exactas y el movimiento fluido que tienen las alas o cómo la estructura de sus alas crea ese movimiento.
Luego trabajamos con modelado, para tratar la anatomía y qué músculos intervienen y con el equipo de rigging trabajamos para que el esqueleto se mueva correctamente. Por último hay una capa con el departamento de CFX, que se encarga de hacer la simulación de músculos para tener un movimiento fluido o simular su piel rugosa. Eso va creando ese dragón realista que al final ves en la serie.
Fotograma de 'La casa del dragón'.
¿Qué supuso para ti y tu equipo formar parte de La casa del dragón?
Primero mucho nerviosismo porque para cualquier persona que trabaja en el sector, entrar en una serie de primer nivel como esta es algo que nos encanta. Es nuestra pasión. Por otro lado, también hay una cierta presión, porque todo lo que se ha hecho antes es de muy buena calidad. Para Rodeo era la primera vez que entrábamos en un nivel de trabajo de criaturas tan exigente y por eso fuimos tan meticulosos con la planificación.
También has trabajado en otras películas como La Sirenita o Clifford. ¿Qué diferencias hay al animar personajes basados en animales reales?
Hay una cosa que ocurre incluso con animales reales. En La Sirenita puedes tener un pez real, pero te están pidiendo que hables y que muestres sentimientos. Tienes que intentar encontrar cómo representar con movimientos naturales lo que haría una persona para que el espectador se identifique. Por ejemplo, para Scuttle, la gaviota en La Sirenita, nos basamos mucho en unas grabaciones que nos mandó Disney del audio de la actriz. En algunos momentos hacía movimientos con el cuello, con los hombros, y todo eso intentamos llevarlo al pájaro y representamos la parte de las alas recogidas como hombros, haciendo gestos, o abriendo un poco el ala para señalar algo.
"Para 'La Sirenita', Disney nos mandó el audio de la actriz que interpreta a la gaviota para que sirviera de influencia en la forma de moverse"
¿Qué películas o series te han marcado más en tu carrera?
Un proyecto que me abrió los ojos sobre el nivel de calidad que te piden en animación fue en la película de Alfonso Cuarón Gravity. Cuando estuve trabajando con el equipo de Framestore en Londres, Cuarón venía al estudio y se sentaba allí con nosotros a ver los planos. Es una persona que además no viene de la animación, viene del cine puro y duro. Siempre que daba comentarios eran lecciones de cine. Eso hacía que entendieras que realmente la animación solo es un medio para contar historias, pero que no tiene que ser una limitación, sino todo lo contrario.
Luego he tenido así proyectos como uno con ILM, Industrial Light and Magic, en Londres también, que me influyó bastante por la metodología americana y series en las que me lo pasé súper bien, como Stranger Things, animando al demogorgon. Ese tipo de cosas son inolvidables.
¿Cómo fueron tus inicios?
Trabajé en animación tradicional en series clásicas como Las Tres Mellizas y eso también me influyó mucho. Fueron unos inicios muy old school. También trabajé con el estudio Animagic, que es el antiguo estudio que tenía Sergio Pablos, el que ahora regenta SPA Estudios y lo hacía desde Sevilla, cuando nadie hablaba de trabajo remoto. Enviábamos planos de animación por correo a Madrid y Sergio Pablos los corregía y los enviaba de vuelta. Eran lecciones magistrales.
Arranca en A Coruña Mundos Digitales, el congreso de animación más importante de España
¿Venir a Mundos Digitales es también una oportunidad, no solo como ponente?
Sí. Como llevo tanto tiempo fuera, el mercado español honestamente no lo conozco bien. De hecho el venir a Mundos Digitales me sirve para saber cómo va todo por aquí. Sigue habiendo demanda lo que pasa es que tengo la impresión de que ahora los estudios tratan de reducir el tiempo de trabajo, ir más rápido, porque los presupuestos se han abaratado. Están intentando reducir costes en las producciones, porque hay mucha demanda de plataformas. Por otro lado está el tema de la inteligencia artificial. Tengo mucha curiosidad por ver si realmente se producen herramientas que nos ayuden. Por el momento todo lo que veo es muy inconsistente.
¿El público de ahora es más exigente por tener más opciones o ve de todo?
Creo que hay dos tipos de público. Hay un público que prefiere cosas de mejor calidad, pero luego hay un público que consume contenido rápido, y es tan válido como el otro. Hay sitio para todos.
¿Cuál será tu próximo trabajo que podamos ver?
Ya está fuera la serie 1923 con Harrison Ford que es un western precuela de Yelloswtone. Aquí animamos a un puma y un león puramente realistas, lo que llamamos efectos digitales invisibles. Y estoy trabajando en la producción de un largometraje francés, Kaamelott, del director Alexandre Astier.