Un usuario ojea los libros donados en la biblioteca de Durán Loriga de A Coruña.
Los libros encuentran una segunda vida en las bibliotecas de A Coruña
Con el servicio de donación, ejemplares de segunda mano llegan a más lectores de la ciudad
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Dicen que un lector vive mil vidas antes de morir, pero en A Coruña, los libros también encuentran segundas vidas. Las bibliotecas municipales cuentan con un servicio de donación que pone de nuevo en circulación ejemplares que habían quedado relegados a las estanterías de las casas de particulares.
Solo en el último año se incorporaron 2.728 libros donados por coruñeses a los fondos de las bibliotecas municipales.
De todos los ejemplares que reciben, el personal de las bibliotecas lo divide en dos lotes. Aquellos que cumplan sus criterios, pasan a formar parte de su catálogo. Otros se dejan en unos carritos de intercambio donde cualquiera puede dejar o recogerlos libremente en lo que denominan bookcrossing. Para regalar un volumen a estos centros no es necesario ser socio.
Revisar y ordenar estos libros requiere de una gran capacidad de volumen y de personal y tiempo para poder gestionarlo. Por eso, actualmente solo las de Monte Alto y O Castrillón tienen activo el servicio de recogida.
En otras, como en Durán Loriga o en el Fórum Metropolitano, se pueden encontrar lo que llaman "mesas de intercambio", unos cajones o carritos donde dejar o recuperar tesoros literarios.
Cajón con libros donados en la biblioteca de Durán Loriga en A Coruña.
Desde el servicio municipal de bibliotecas explican que la gran mayoría de volúmenes son novelas para adulto y libros infantiles. Muchas de estas donaciones se producen cuando familiares recogen la vivienda de algún allegado que ha fallecido recientemente o cuando realizan alguna mudanza, pero también hay casos que son puro ejemplo de altruismo.
Historias de donativos
"En los últimos meses del año pasado teníamos a una jubilada que nos traía libros muy actuales. Venía cada dos semanas y traía cinco o seis libros que donaba una vez los había leído", cuenta Susi Gómez, auxiliar de biblioteca.
Esta mujer, que se definía como "muy lectora", explicaba que a su entender "el sitio de los libros está en las bibliotecas" y por eso en cuanto acababa sus lecturas acudía a donar los ejemplares.
En otras ocasiones, son los propios autores de las obras quienes donan ejemplares, sobre todo en casos de autoedición de títulos.
Esta costumbre de donar libros a las bibliotecas municipales, que lleva activa casi desde la propia creación de estos centros, ha dejado colecciones tan importantes como la cedida por los padres de Toñito Blanco hace unos 20 años.
Su amplia selección de cómics, que abarca unos 2.500 ejemplares en castellano, pero también en inglés, francés o alemán, se encuentra ahora en el Fórum Metropolitano. Luisa Lis, bibliotecaria de este centro, explica que dentro de esta colección hay ejemplares de Víbora, Hazañas bélicas o clásicos de superhérores de entre los años 70 y los 90. "Más que lector, era coleccionista", reconoce sobre Blanco.
Mesa de intercambio de libros en el Fórum Metropolitano de A Coruña.
En el otro lado de la ciudad, en la biblioteca de Monte Alto, continúan recibiendo donativos. Su directora, Alicia Barral, explica que los que no entran en su catálogo van a parar a la mesa de intercambio, pero también a colegios, asociaciones o a los servicios sociales que, en épocas como la Navidad, aprovechan para regalar estos libros.
El donativo más curioso que recuerda se debe a un último deseo muy especial. Un coruñés de Monte Alto pero residente en Estados Unidos, antes de morir, pidió que uno de sus libros más queridos fuera a parar a la biblioteca municipal.
Se trataba de un cómic de dos o tres volúmenes sobre los derechos humanos que viajó desde el otro lado del Atlántico para llegar a las estanterías de esta biblioteca. "La única condición que puso fue que en ellos apareciera una pegatina que señalaba que estaba donado por él", recuerda Barral.
"Hay quien compra mucho libro y, una vez lo lee, quiere que esté en la biblioteca municipal. La gente quiere devolver a la biblioteca lo que recibe de ella"
Después de años recibiendo volúmenes donados por particulares, la directora reconoce un cambio de tendencia. "Antes los donativos venían en peores condiciones y coincidían con épocas de limpieza, como final del verano, pero ha habido una evolución. Ahora la gente es más consciente de la importancia de donar libros en buen estado y los donativos cada vez son mejores y con libros más recientes", apunta.
En este centro piden libros actuales, "no de los años 70 u 80", y eso es precisamente lo que está aportando la gente en los últimos tiempos.
"Este año estamos teniendo donativos muy buenos. El otro día recibimos 20 libros y el más antiguo era de 2018. Hay quien compra mucho libro y, una vez lo lee, quiere que esté en la biblioteca municipal. La gente quiere devolver a la biblioteca lo que recibe de ella", destaca.