Mar e Terra: Conservas artesanales para llevarse un trozo de Galicia a la boca

Llevar el sabor del mar y la tierra de Galicia a la mesa es el objetivo de una firma gallega que apuesta por la producción local y de cercanía. Mar e Terra inició su andanza con los caracoles y poco a poco ha ido ampliando la oferta hasta los patés, los grelos o el pulpo sin perder su esencia artesanal.

El proyecto nació en 2015 como una granja de caracoles de 5.000 metros cuadrados. "Los vendíamos vivos, así que empezamos un obrador para elaborarlos, envasarlos y llegar a otros puntos", explica el gerente de la firma, Carlos Rodríguez, sobre los inicios de Mar e Terra. El caracol, sin embargo, es un producto estacional que sale mucho en Navidad y primavera pero menos el resto del año, por lo que los responsables de la firma decidieron ampliar su oferta.

"Empezamos a hacer otras conservas, como las de pulpo o los patés, en los ratos libres. Así se fue derivando más hacia los productos del mar, aunque seguimos envasando caracoles", indica el gerente de esta empresa gallega que también apuesta por productos de la tierra como los grelos.

Mar e Terra amplió su obrador, obtuvo la certificación del sello ecológico Craega y de celíacos y comenzó a trabajar con Mexillón de Galicia. "Siempre hemos utilizado recetas sin gluten para dar otro tipo de producto distinto al que hay en el mercado, apostando por la calidad y defendiéndonos de los demás como pequeño obrador", explica Rodríguez.

Materia prima de cercanía para una amplia oferta

El obrador está situado en As Vendas, en el municipio ourensano de Esgos, una zona rural desde la que se producen y envasan las conservas que son saboreadas en diferentes partes de España. La empresa, además, hace una apuesta firme por los productos de cercanía: Mar e Terra sumó a los caracoles de su granja el pulpo de la zona o los grelos que tanto gustan en Galicia.

La empresa cuenta con diferentes líneas de productos. "Los patés están basados en recetas tradicionales de la cocina española, distintas a las que hay en el mercado. Hay patés de mar y patés de tierra: gambas al ajillo, pulpo a la gallega, chipirones en su tinta... Platos muy conocidos en la cocina española llevados al paté", explica Rodríguez, que añade que no llevan conservantes ni aditivos. Lacón con grelos, centollo, ibérico, pulpo a la gallega y el reciente melón con jamón son otras de las opciones de la firma en cuanto a los patés.

Las conservas no solo se centran en los patés, sino que también incluyen opciones como el pulpo a la gallega en aceite de oliva virgen extra y los grelos al natural, disponibles en formatos de 350 o 720 mililitros. Los caracoles siguen formando parte de la gama de productos de Mar e Terra, que apuesta por la calidad a través de su envasado al natural en diferentes tamaños y que en la web recoge otras opciones como a la riojana y a la madrileña.

"Tenemos una línea de frutos secos en la que colaboramos con una compañera que trabaja con nosotros, María, que sacó una marca de real food. Están en crema, en bolita y en turrón, también sin aditivos ni azúcares, ya que llevan dátil", indica Rodríguez. La firma también dispone de packs o cestas perfectas para Navidad o para regalar en las que incluye sus propios productos así como propuestas como vino o cerveza artesanal de otros marcas de la zona.

Mar e Terra no solo trabaja sus propios productos sino que también elabora para otras empresas con sello en ecológico o de Mexillón de Galicia. Los responsables de la firma, además, trabajan con tiendas pequeñas y webs de venta online para comercializar sus productos, también disponibles en su propia web. Los pequeños negocios, sin embargo, suponen el punto fuerte de esta firma que está presente en diferentes ferias y mercados para darle al público la oportunidad de saborear el mar y la tierra que envasan.

Así, esta pequeña firma con tres empleados es una opción única para degustar conservas de calidad elaboradas de forma artesanal, transformando la materia prima gallega de calidad en innovadoras propuestas. Un proyecto que nació como granja de caracoles que ha crecido para que el sabor del mar y la tierra de Galicia pueda viajar al plato con solo abrir un bote.