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Miguelanxo Prado deja Viñetas desde o Atlántico en A Coruña: "É unha decisión moi dolorosa"

El dibujante denuncia "atrancos" y falta de apoyo de los diferentes Gobiernos municipales en los últimos 15 años ejemplificados en recortes que dificultaban la organización del festival manteniendo su calidad e imagen
Miguelanxo Prado durante la rueda de prensa de este jueves.
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Miguelanxo Prado durante la rueda de prensa de este jueves.
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Miguelanxo Prado presentó el pasado 23 de marzo su renuncia como director de Viñetas desde o Atlántico. Una noticia que generó un gran pesar en el sector cultural de la ciudad y que el autor ha explicado esta mañana en una rueda de prensa en Alita Cómics en la que ha hecho referencia a un problema "estructural": "Ver que hai algo que funciona, que é exitoso, e ter que darlle carpetazo porque solo hai atrancos non é agradable. É unha decisión moi moi dolorosa".

El dibujante deja la dirección de este exitoso festival tras 25 años y denuncia la falta de compromiso y apoyo de los Gobiernos municipales en los últimos 15, así como un presupuesto "limitado" y congelado desde hace años en unos 120.000 euros. "Son 10 edicións sin maior problema, e a partires de aí para a miña sorpresa con moitos Gobernos e moi diferentes, non hai xeito de endereitar", indicó Prado.

El autor reconoció que en junio del año pasado ya había decidido renunciar a dirigir Viñetas desde o Atlántico. Así, se hizo cargo de organizar el 25 aniversario de este popular evento y una vez cerrada la edición de 2022, ha decidido anunciarlo públicamente.

La situación de Viñetas desde o Atlántico

Prado ha explicado esta mañana que cuando aceptó dirigir este evento de referencia, a petición de Paco Vázquez, lo hizo con cuatro condiciones. Hacer de Viñetas un evento de carácter cultural institucional dirigido y pensado para el público general, establecer un sistema de acogida que solucionase los puntos negros que sufría como autor, tratar los materiales cedidos con dignidad y que la programación y servicios estuviesen remunerados dignamente eran las premisas establecidas.

"Cando un autor de banda deseñada ven á Coruña, non ven a facer un bolo, non lle pagan o seu caché. Se tiveramos que pagar o caché de Juanjo Guarnido, teríamos que gastar a metade do orzamento. Unha exposición de Juanjo Garnido, de Rubén Pellejero ou de Breccia non o podíamos pagar materialmente", explicó el dibujante gallego, que concretó que el festival hacía frente a los derechos de reproducción de las piezas utilizadas para el catálogo, su conferencia y la cesión de las exposiciones.

Numerosos problemas

La fórmula del éxito se mantuvo durante 10 años pero, desde hace 15, la situación de Viñetas desde o Atlántico comenzó a complicarse. "Hai un cambio de Goberno sustancial, hai un cambio de enfoque, de sensibilidades, e empezan a aparecer banderias vermellas e cousas das que hai que ir prescindindo", explicó Prado, en referencia también a la aprobación de la Lei de Réxime Local, que él apoyó y marcó un antes y un después para el festival.

La organización intentó que los "atrancos" no se notasen de cara al público, por lo que tuvieron que prescindir de algunas actividades para mantener la calidad de Viñetas. Una de ellas fueron las figuras, sobre las que Prado tuvo que primar contenidos como exposiciones e invitaciones a autores. "Tiñamos unha colaboración magnífica co Aquarium que de repente non era posible pola aplicación desas reglamentacións. As exposicións do Aquarium circulaban despois por toda España", añadió el dibujante.

Todo ello unido al presupuesto, de unos 120.000 euros y congelado desde hace tiempo pese al incremento de los gastos. "Cantos concertos de dúas horas custan máis de 120.000 euros? Canto lle costa a un museo ou a unha galería montar unha exposición de Miquel Barceló? A xente que tivemos en Viñetas non está por debaixo de Miquel Barceló", reivindicó el ya exdirector de Viñetas desde o Atlántico.

Los recortes afectaron también a las actividades pensadas para los autores invitados. "Para mín non era banal poder levar os autores ao Pórtico da Gloria. Eu son coruñés, pero son galego tamén. Eu víalles as caras e a continuación as redes sociais estaban petadas da xente dicindo que marabilla. E cando me din que non se pode pagar un autobús para ir e voltar de Santiago...", ejemplificó Prado.

El presupuesto tampoco era suficiente para hacer frente a los gastos de manutención de los voluntarios: "Chegamos a ter 12 persoas. Eu non podo facer vir unha persoa para que estea aquí durante unha semana e dicirlle: búscate a vida a ver onde durmes e onde comes". Precisamente, respecto a las comidas, Prado explicó que el festival ofrecía como comida menús del día y que no pedía para los invitados o participantes grandes lujos, sino unas condiciones dignas.

"Chegáronme a propoñer solucións que para min eran inasumibles, como privatizar a xestión", aseguró Prado en referencia a una propuesta del PP ante la que se mostró tajante: "Eu non quero que o festival da Coruña sexa un festival mercantilizado que dea beneficios, eu quero que os beneficios sexan para os meus concidadáns".

Todas estas limitaciones que se fueron realizando a lo largo de los años, sin embargo, no ahorraron "nin un só euro" a las arcas municipales pero sí dañaron la imagen de Viñetas desde o Atlántico de cara a los autores. Y es que al principio los dibujantes cobraban unos 1.000 euros que aumentaron hasta un máximo de 1.500 euros y la organización planeaba toda su estancia, pero ahora debían costearse ellos la comida, entre otros, y era más difícil tenerlos controlados.

Un último acto de servicio

"Non estou canso, non me falta ilusión, non penso que o modelo estea finiquitado. Simplemente, coas reglas de xogo que nos poñen enriba da mesa, o modelo de Viñetas non é viable", concretó Miguelanxo Prado, que reivindicó la cultura pública y considera que es preciso defender y luchar por el patrimonio cultural y eventos de referencia como el que el dirigía.

"Quero que a miña renuncia sexa un último acto de servicio. Quero que sirva para poñer enriba da mesa o debate de que se entenda que a lexislación, que é necesario e da que son un defensor á ultranza, ten que vir adecuada á realidade que pretende regular", explicó Prado, que indicó que si esto sirve para que se detecte que "estamos tendo unha aplicación perversa desa lexislación" dará por "ben empregada" su renuncia.

El dibujante indicó que hay dos asuntos que le duele no haber podido desarrollar: el Museo Nacional del Cómic y conseguir extender la actividad de Viñetas al resto del año e implicar al Instituto de Artes de Adormideras o a la Pablo Picasso, por ejemplo. Miguelanxo Prado, sin embargo, afirmó que continuará "dando a turra".

Inés Rey confirma que el festival continuará

El dibujante aseguró que daba por hecho que su renuncia era algo esperado pero que le pareció que Inés Rey se mostró sorprendida. Precisamente, la alcaldesa ha agradecido este jueves durante la presentación del Atlantic Pride el trabajo de Miguelanxo Prado a lo largo de estos 25 años y ha confirmado que el festival tendrá continuidad.

"Seguirá sendo unha das citas imprescindibles do verán. O noso compromiso seguirá a ser organizar esta mostra, a partir de agora cunha nova dirección para darlle un novo impulso, para adaptala aos tempos e para modernizala", indicó Rey.

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