Juanjo López, de la BEAU: "La belleza de A Coruña y de su arquitectura es conocida mundialmente"

• Nuria Prieto: "Las ciudades siempre son complejas, pero A Coruña lo es especialmente"

La XVI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo ha elegido A Coruña como una de las paradas a realizar en la muestra itinerante que organiza cada año. La exposición se inaugura hoy, martes 30 de abril, en el mercado de San Agustín y estará abierta al público hasta el 1 de junio. Los coruñeses podrán apreciar los 20 trabajos finalistas de la edición del 2024 del concurso.

La parada en Galicia no es casualidad, ya que los comisarios de la muestra, María González García, Juan José López de la Cruz y Ángel Martínez García-Posada, aseguran que la calidad de los proyectos presentados con sello gallego es impresionante. A pesar de que los tres comisarios sean sevillanos, localidad donde se inauguró la muestra, no recelan en destacar el talento gallego. 'Juanjo' López remarca en una conversación con Quincemil que "la belleza de A Coruña y de su arquitectura es conocida mundialmente".

López también se para a apreciar el talento de estudios gallegos como Fuertes Penedo (Vigo) o la arquitecta afincada en A Coruña y colaboradora en este diario, Nuria Prieto (Ponferrada). Con todo, el comisario va más allá y anima a los vecinos de la ciudad a acercarse a la muestra, ya que ve "fundamental" que los ciudadanos se impliquen en la construcción "de las ciudades del futuro".

La Bienal de Arquitectura celebra su decimosexta edición y A Coruña ha sido una de las ciudades elegidas para acoger la exposición itinerante vinculada al proyecto ¿Cómo ha sido el proceso de organización de esta edición?

Desde que comenzó en 1991, todas las Bienales de Arquitectura han tenido mucha calidad. En cada una de las ediciones se ha visto reflejado cuál es el momento en el que vive el país y el sector de la arquitectura. Este 2024 podemos percibir que hay cierta superación de la crisis de 2008, pero también se denota un cambio de actitud en la arquitectura a raíz de ese periodo de crisis.

Hay una arquitectura menos preocupada, una arquitectura mucho más ligada a prácticas más razonables en cuanto al medio ambiente, a la economía, a lo social... Una arquitectura más sensible a una situación de crisis.

¿La arquitectura habla de las sociedades?

Por supuesto. La arquitectura es el escenario de nuestra vida. La calidad de la arquitectura es algo que repercute finalmente en nuestra salud física y mental. Entonces, lo social siempre tiene que estar presente. Hay parámetros como la belleza, la formación de ciudades y territorios, de la sostenibilidad, etc. Pero la sociedad indudablemente tiene que estar siempre presente.

Habla de que la vinculación entre sociedad y arquitectura. ¿Tiene que ver esta relación con que la Bienal de Arquitectura ofrezca cada año una exposición itinerante a la ciudadanía? ¿Por qué A Coruña es una de esas paradas?

Sin duda. De hecho, tiene mucho sentido que una de las sedes de la itinerancia sea A Coruña. Hay una apuesta fuerte porque la visibilidad esté ligada de nuevo a los ciudadanos, por eso hemos querido elegir el mercado de San Agustín, que no es una plaza específicamente arquitectónica, sino que tiene más bien una vocación de encuentro público.

Y, en segundo lugar, las ciudades donde va a itinerar la exposición comparten la condición de ciudad intermedia. A Coruña responde a esta condición de ciudad que tiene mucha irradiación en toda su región, pero que no se enmarca en las grandes capitales como Madrid o Barcelona.

Además, sucede que esta edición la representación de arquitectos y arquitectas de Galicia es muy significativa. Hay muchísimos proyectos que han sido finalistas o incluso campeones, entonces nos parecía que también era un ejercicio de coherencia llevar la exposición allí donde ha habido un esfuerzo por hacer una arquitectura de calidad.

Los gallegos y coruñeses saben de arquitectura, entonces.

Absolutamente. Por citarte algunos: el estudio Creus e Carrasco; la arquitecta y colaboradora de Quincemil, Nuria Prieto; la también arquitecta Ruth Varela; o los vigueses Fuertes Penedo. Como te digo hay una representación gallega muy nutrida en esta Bienal de Arquitectura.

Nuria Prieto es de Ponferrada, pero lleva años afincada en A Coruña y su conocimiento de la ciudad es más que notorio. De hecho, el premio que obtuvo en la categoría Investigación y difusión responde a sus publicaciones en Quincemil explicando símbolos arquitectónicos de la ciudad. Parece que A Coruña enamora con su modernismo.

No hace falta que vaya ninguna Bienal de Arquitectura Contemporánea a subrayar esa condición. La belleza del enclave territorial de A Coruña y de su propia arquitectura es conocido mundialmente. Desde luego ese también fue un argumento señalado para llevar a la ciudad la exposición.

¿Cómo de importante es el trabajo de profesionales como Prieto que acercan la arquitectura a un público generalista, externo al ámbito propiamente académico?

Fundamental, fundamental. El lema de la presente Bienal es "medio plazo". Es un lema que alude precisamente a que la arquitectura es una actividad que se desarrolla en el tiempo. Es decir, las decisiones que estamos tomando en la arquitectura actual van a determinar el futuro de nuestras ciudades y de nuestro territorio en unos años.

La arquitectura también tiene que ser capaz de ir enunciando cuáles son los valores de esas ciudades del futuro. Los arquitectos lo que hacemos es intentar permanecer atentos a lo que la sociedad va demandando para incorporarlo a nuestros proyectos de arquitectura. Una forma de hacer eso es a través de proyectos, pero también de muchas otras como difundir.

No en vano la Bienal de Arquitectura tiene tres categorías en sus premios: obras, investigación y difusión, y proyectos de fin de carrera.

Y esa segunda categoría, en la que se enmarca Nuria, es fundamental porque tiene la capacidad de hablar de la arquitectura más allá de la pura expresión constructiva. Y si a ello encima le unimos que no sea en un medio específico que solo leemos los arquitectos, pues cobra el doble de valor. El premio es a ella porque es la que firma, pero también es a todo el periódico por tener la iniciativa de incorporar a sus páginas a alguien que hable de arquitectura a la ciudadanía.

Nuria habla con cercanía, pero también con toda la complejidad que tiene esta disciplina. Hace un esfuerzo por trasladar todo lo complejo que puede llegar a conllevar la actividad arquitectónica.

¿Cómo de importante es que la sociedad se involucre en la construcción de las ciudades del futuro?

Tiene que ser una cuestión casi de simbiosis. La sociedad tiene que saber enunciar cuáles son sus demandas a través de los medios habituales y los arquitectos tenemos que ser capaces de sintetizar esas demandas y trasladarlas a nuestros proyectos.

En esta XVI Bienal hemos recibido unas 600 obras y 200 trabajos de investigación y en todos ellos es muy fácil reconocer qué temas son los más pujantes y los que más preocupan a los arquitectos no son los estrictamente arquitectónicos.

¿Cuáles son?

Precisamente son los que estructuran la exposición que se inaugura hoy en San Agustín. El primero es el espacio público y cómo este se ve amenazado de alguna manera por las dinámicas del turismo masivo, de la gentrificación, y de la privatización del espacio.

En segundo lugar, vemos como la sociedad demanda tipos de edificios o rehabilitaciones que antes no eran tan usuales. Es el caso de reciclar edificios que antes no se consideraban patrimonio pero que hoy en día sí dan una cierta sensación de identidad. Siguiendo con ello, el tercer aspecto, tiene que ver con las raíces locales. Es decir, la arquitectura contemporánea tiene que aprender de la tradición y de la arquitectura popular para que establezca un puente identitario entre la arquitectura y los ciudadanos que la habitan.

La cuarta preocupación tiene que ver con la construcción. La construcción no es un asunto solamente técnico, sino que se intenta aprender de dónde vienen los materiales, cuánto cuesta su transporte, qué gasto energético genera, cómo se recicla después, cuáles son materiales locales que se comportan mejor en los sitios donde se va a construir... Existe una conciencia de la construcción. La sociedad ha demandado que el trabajo con el material sea mucho más sensible a cuestiones como la sostenibilidad, el reciclaje, el gasto energético y demás,.

Por último, termino con las escalas precisas. Después de las situaciones de crisis que comentábamos, se ha recuperado un tipo de trabajo que a lo mejor es muy pequeño en su escala, pero que tiene la capacidad de afectar un territorio enorme. Por ejemplo, el estudio vigués Fuertes-Penedo, fue premiado en la Bienal por la rehabilitación de un astillero tradicional en Outes. Son actuaciones pequeñas que, en realidad, explican toda una lógica ecosistémica de la ría. Son proyectos casi de cirugía, pero con mucha capacidad de poner en valor un paisaje.