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Historias de la Historia

José Barro González, el audaz y precursor empresario que fabricó el primer automóvil de Galicia

La historia de un gallego que creó en el norte de Lugo una fábrica de automóviles pionera en España

En 1769 el ingeniero Joseph Cugnot desarrollaba en la Francia de Luis XV un sistema para transportar piezas de artillería hasta el campo de batalla. Se trataba del primer vehículo a motor de la historia. Este lejano antepasado de nuestro coche funcionaba gracias a una caldera de vapor que hacía girar la única rueda tractora de la que disponía. Aunque fue un avance extraordinario, adolecía de problemas que lo convirtieron en inviable: Su sistema de dirección era extremadamente impreciso, la presión de la caldera (y por tanto la velocidad) no se podía regular, pesaba casi tres toneladas y además ni siquiera tenía frenos. Así que, tras varios accidentes, la alocada idea de mecanizar el transporte fue abandonada hasta 1885, año en el que Carl Benz presentaba al mundo su triciclo a motor. Poco tiempo después, en 1904, un emprendedor gallego visitaba París con la idea de comprar dos autobuses para crear una línea de transporte, pero regresó a su tierra con una licencia exclusiva del mayor fabricante de automóviles de la época y con el primer vehículo a explosión de Galicia, con el que causó admiración y espanto a partes iguales. Esta es la historia de José Barro González, el gallego que fabricó el primer automóvil de Galicia y que sirvió de inspiración, años más tarde, para otro legendario pionero de la automoción mundial: Eduardo Barreiros.

Coche de vapor De Dion Bouton. 1885. https://es.wikipedia.org

Jose Manuel Barro González nacía en Viloalle, una parroquia perteneciente al ayuntamiento de Mondoñedo, en la provincia de Lugo, el 13 de febrero de 1873, en el seno de una familia de dieciséis hermanos. José Manuel alternaba los trabajos en casa con la escuela y las clases particulares, pero cuando realmente disfrutaba era el día en que acudía a la relojería de su tío Antonio, donde cada tarde aprendía algo nuevo de mecánica.

José además era un gran aficionado a la bicicleta y era habitual verle realizar el trayecto desde Mondoñedo a Viveiro, donde se había creado un club ciclista del que era socio.

Viveiro a principios del siglo XX. https://eneldeseado.blogspot.com 

Siendo ya un adulto, llegó a su conocimiento la noticia de que en Chavín, una pequeña parroquia de Viveiro, estaba en venta una antigua fábrica de lienzos, velas y lonas. Las instalaciones tenían una pequeña turbina eléctrica para alimentarse y un canal de más de 1.000 metros con una presa en ruinas. Aunque la factoría estaba desolada, parecía ser el lugar idóneo para la construcción de una central eléctrica similar a la de Viloalle, que tanto conocía, y que había sido la primera central hidroeléctrica de Galicia y una de las primeras de España.

Ruínas de la casa de máquinas de la Central de Viloalle. https://www.asociacionbuxa.com 

Así que, con la ayuda económica de varios familiares, José compraba en 1895 la fábrica textil y comenzaba los trabajos de construcción de una pequeña central que en 1896 se convirtió en un “milagro” para los vecinos de Viveiro, al proporcionarles energía eléctrica en sus casas. Además, José tenía en mente abastecer de energía también a varias minas de la zona.

Una de las centrales que construyó José Barro. https://www.carrascalweb.es 

Mientras tanto, junto a otro socio, José pone en marcha la fábrica de telas para producir camisetas, pantalones, medias y calcetines de algodón, hilo escocés, lana y seda, destinados a la exportación, pero que también se podían adquirir en la tienda que abrieron en Viveiro. Los telares daban trabajo a 50 mujeres a las que se le enseñaba a leer y escribir ya que la mayoría eran analfabetas, algo común en aquella época.

¿Pero cómo una fábrica textil se convirtió en una de las factorías automotrices más avanzadas de su época?

En 1899, el socio de Barro le sugiere que podría ser una buena idea implantar una línea regular de autobuses entre Viveiro y Baamonde con el objetivo de vertebrar el norte de la provincia de Lugo con la línea de ferrocarril Coruña-Madrid, que tenía su estación más cercana a 84 kilómetros de Chavín, en Baamonde. 

Estación de Baamonde en la actualidad. https://mapcarta.com

Aunque la idea finalmente no cuajó, provocó que Jose se pusiera en contacto en 1904 con el fabricante francés De Dion Bouton para comprarle un par de autobuses. Esta empresa era un referente mundial, gracias a sus robustos y fiables motores, que le llevaron pocos años después de su fundación en 1882, a ser el principal proveedor de más de 50 marcas de automóviles y a emplear, en 1905, a más de 3.000 trabajadores construyendo no solo motores y chasis, sino también carrocerías.

Georges Bouton y Albert de Dion en 1889. https://brasscarera.com

Aunque finalmente no compró los autobuses, Jose se trajo a casa el primer automóvil con motor de explosión de Galicia y una licencia en exclusiva de la marca para la venta de sus vehículos, buses y camiones. Así que se olvidó de las telas y adaptó las instalaciones para crear una fábrica en la que Barro recibía el motor y chasis desde Francia y a los que él añadía la carrocería al gusto del cliente, fabricada en Chavín, además de proporcionar servicios de reparación, mantenimiento y fabricación de repuestos.

Las cosas iban bien y el negocio crecía a tal ritmo que tuvo que construir un nuevo salto y un canal de agua para poder hacer frente a la demanda de energía de su fábrica, que no dejaba de ampliar. Mientras tanto iba sumando licencias exclusivas de diversos productos para el automóvil como el de los neumáticos Continental. Además, De Dion Bouton convirtió la fábrica de Lugo en su franquicia para España y a José en su gran aliado en este mercado.

La fábrica de Chavín. https://www.lavozdegalicia.es

Con la llegada de la Primera Guerra Mundial se paralizan las importaciones de piezas y repuestos para los automóviles, lo que provoca que José tenga que fabricar sus propias piezas en sus talleres, lo que le obligó a comprar maquinaria en Estados Unidos e Inglaterra, con la que fabricarlas. Su osadía provoca que se dupliquen los pedidos, tiene que ampliar sus instalaciones y compra dos hornos eléctricos para fundición y el tratamiento térmico de las piezas que fabricaba.

Sobre comercial de la fábrica de José Barro. https://www.todocoleccion.net 

José dejaba de ser un montador para convertirse en un fabricante, ya que comenzaron a construirse íntegramente en Chavín los coches “BARRO”, siendo los primeros coches documentados que se fabricaron en Galicia. Además, debido a que fabricaba en serie piezas de repuesto para varias marcas, evitó el colapso y la paralización de servicios esenciales no solo en Galicia, sino en todo el país. Si necesitabas un repuesto, Barro lo tenía.

Postal publicitaria de carrocería fabricada por Barro. https://www.todocoleccion.net

La calidad de sus carrocerías destinadas al transporte de viajeros provocaba que los BARRO llamaran la atención en todo el mundo y que algunas de sus patentadas mejoras resultaran ganadoras de premios y distinciones en certámenes y concursos. Algunos de los más afamados fabricantes de automóviles ingleses, en su propia publicidad, recomendaban que, para obtener el mayor rendimiento de sus chasis y motores, las mejores carrocerías eran las fabricadas por José Barro en su fábrica de Chavín.

Publicidad de la fábrica de Barro. https://www.todocoleccion.net

En la década de 1930, Barro era el representante de dos marcas francesas y una americana y hacía carrocerías por encargo para multitud de fabricantes como Saurer o Mercedes, además de repuestos para todos ellos, lo que le valió para ser declarado Productor Nacional en agosto de 1930. Jose además fue nombrado Caballero de la Orden de Isabel la Católica por el rey Alfonso XIII y recibió la Medalla del Trabajo de Primera Categoría.

Primer automóvil fabricado en Galicia, construido por Barro y restaurado por la Fundación Jorge Jove.

Con la Guerra Civil española la factoría de Chavín fue requisada para la fabricación de proyectiles y espoletas, blindajes, ambulancias y coches taller, pero terminada la contienda, trabajan de nuevo a pleno rendimiento logrando evitar de nuevo el colapso de muchas industrias y la suspensión de comunicaciones gracias a sus repuestos, debido a que la Segunda Guerra Mundial provocó el desabastecimiento de prácticamente cualquier producto con el que atender la demanda del mercado estatal. Durante aquellos años la factoría de Barro daba trabajo a 300 personas, era la única de toda España de su clase y llegó a contar con una delegación de ventas en La Habana. 

De Dion Bouton delante de la fábrica de Chavín. https://www.lavozdegalicia.es

José Barro también se dedicaba a la construcción, sector en el que dejó su huella en creaciones como el puerto de Viveiro o la fábrica de conservas Alonso Hijos en Celeiro.

Este emprendedor y extraordinario visionario fallecía el 14 de enero de 1943 y su imperio era heredado por sus sobrinos que lo dividieron en varias líneas de negocio hasta su cierre definitivo en 1981.

Autocar del Celta de Vigo carrozado por Barro. https://twitter.com/ArtetaGerman

José Barro fue el ejemplo perfecto de un hombre hecho a sí mismo. Su fábrica de Chavín fue una de las factorías automotrices más avanzadas de su tiempo y sin ella probablemente España hubiera colapsado durante las dos guerras mundiales. Afortunadamente, su testigo y su legado no desaparecían con él, sino que sería recogido años más tarde por otro gallego destinado a cambiar para siempre la historia del automóvil, otro genio cuyo apellido se convirtió en sinónimo del motor diésel y sin el cual no se entendería el mundo del motor tal y como lo conocemos en la actualidad: Eduardo Barreiros.

Eduardo Barreiros en su fábrica de Villaverde. https://www.elespanol.com/quincemil

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Referencias:

  • es.wikipedia.org
  • lavozdegalicia.es
  • elpais.com
  • elprogreso.es
  • unarte.wordpress.com
  • camionesclasicos.com
  • eneldeseado.blogspot.com
  • cronistasoficiales.com
  • nosdiario.gal
  • venagalicia.gal
  • cronica3.com
  • asociacionbuxa.com
Iván Fernández Amil
Ingeniero Industrial que trabaja como Jefe de Compras, escritor, storyteller y conferenciante. Iván además colabora en varios diarios, en radio y distintos podcasts, y utiliza su habilidad como Storyteller para ayudar a las empresas a vender más empleando el poder de las historias. Es seguido por decenas de miles de personas en la red profesional LinkedIn, donde fue galardonado como Top Inspira y es considerado un referente en habla hispana. En los diarios Quincemil y Treintayseis publica todos los domingos artículos dedicados a divulgar, recordar y reivindicar a las empresas, lugares y personajes que han cambiado Galicia y el mundo.
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