Javier Veiga, cómico: "En Galicia tenemos una relación con la muerte mucho más frontal"

Javier Veiga (O Grove, 1973) agitó los teatros hace años con la obra Amigos hasta la muerte, en la que un grupo de amigos se enfrentaba a la muerte de uno de ellos. Ahora recupera esta historia para llevarla al cine, con una película del mismo título de la que es también director y protagonista.

Amigos hasta la muerte se podrá ver en un preestreno que forma parte de la programación del EMHU, ya que no llegará a las salas comerciales hasta el 15 de septiembre. Un evento que encaja perfectamente con la carrera de Veiga, cómico, guionista y actor. Como ya es habitual le acompaña en el reparto Marta Hazas y también aparecerán otros compañeros como David Amor o Xosé Touriñán, que lo acompañarán en el visionado de la película en el Teatro Colón el día 30 de abril a las 20:30 horas.

Presentas película en A Coruña, ¿hay nervios por la reacción del público?

Es el cuarto pase que hacemos, pero va a ser muy especial. Ya están casi todas las entradas vendidas y estaremos casi mil personas viendo la película. Da mucho gusto poder verla así, yo me quedaré porque tengo muchas ganas de estar con la sala tan llena. Además, será público de comedia, que está acostumbrado a ver espectáculos en el EHMU y van a poder ver una cosa muy distinta de lo habitual dentro del festival, así que tengo mucha curiosidad por como reaccionan.

¿Lo de distinta es por su formato de película o por el tipo de humor que utilizas?

Las dos cosas. En el EHMU nunca hay películas, suelen ser espectáculos, así que tenerla en medio es casi un bicho raro. Luego es una comedia, pero dramática, muy emotiva. Creo que el público se va a encontrar con una historia muy distinta de lo que hay en el festival, pero eso también lo enriquece. Es bueno para la película y para el festival.

La muerte tiene mucha importancia en esta historia, ¿es un tema sensible de tratar desde el humor?

Sin duda es un tema delicado. Gran parte del reto de la película era esto, ser capaces de hacer una historia con la muerte como protagonista o como tema principal y poder hacerlo desde la comedia. Para un gallego es cierto que es un humor más cercano porque tenemos una relación con la muerte mucho más frontal que en otros lugares, tenemos esta retranca hacia ella que no hay en otros sitios. Por eso también fue natural para mí el poder tratar la muerte con una sonrisa.

La historia ya la pudimos ver en el teatro, ¿qué te llevó a trasladarla ahora al cine?

Pues todas las veces que hicimos este espectáculo, que fueron muchas, con versiones en gallego, en euskera y en países sudamericanos... Siempre que la hicimos había alguien que nos decía que era una película, sobre todo amigos del mundo del cine. Tanto lo dijeron que un día me senté y me puse a escribir el guion. De ahí salió esta historia de contar lo mismo, de otra forma, porque el cine te lleva a otra forma de narrar.

¿Cuáles son los cambios más importantes al pasarla al cine?

El cambio fundamental, en lo técnico, es el espacio. En el teatro todo ocurría en un café concierto, de repente en la película hay 40 ubicaciones distintas. Enseñamos Ourense de una forma muy especial, también aparece el Camino de Santiago, O Grove... Hay un valor visual muy interesante.

El propio soporte hace que la historia llegue de forma distinta, en el cine tenemos una presencia de la música brutal. Aquí es muy importante, con canciones de Xoel López, que compuso un tema para la película, y de Santi Araújo.

Es tu primera vez como director en el cine, ¿cómo te sentiste en este papel?

Ha sido un reto, había dirigido cortometrajes, teatro o televisión, pero nunca una película. Siempre hay esta frase de "dar el salto al cine", como si fuera lo más importante, una frase que siempre me dio rabia. Pero es cierto que de repente he sentido esa responsabilidad de hacer un producto más cerrado, en el que tienes más tiempo para todo y al final esa exigencia me hizo estar muy concentrado y meterle mucho cariño y trabajo.

Para esta película te rodeaste de amigos como David Amor o Xosé Touriñá, además de tu pareja Marta Hazas. ¿Cómo es trabajar en ese ambiente?

Para mí es norma de la casa. Me gusta trabajar con gente a la que quiero y con la que estoy a gusto, que creen en lo que hago tanto en lo personal como en lo profesional. Además, en esta historia el estar rodeado de amigos casi era una obligación. Creo que eso se refleja en la pantalla.

Durante toda tu carrera estuviste pegado al humor, ¿te planteas hacer algo que lo deje de lado?

Yo ni siquiera lo pienso, la comedia aparece de manera natural. He hecho diferentes tipos de comedias, más puras o dramáticas, pero a mí me gusta cómo la comedia ayuda a contar cualquier tipo de historia. Es una herramienta que me gusta, que creo que conozco bien y que trabajo bien, sería una pena desperdiciarla.