Ángel Cobián Areal: pionero de los Rayos X y de la lucha contra la rabia y la peste en Galicia

La tarde del viernes 8 de noviembre de 1895, la esposa del físico alemán Wilhelm Conrad Roentgen, Anna, oyó la llamada de su marido y acudió para ver qué ocurría. Wilhelm le pidió que pusiera su mano sobre un extraño aparato y que la mantuviera allí quieta durante más de quince minutos. A continuación, le mostró lo que parecía ser una fotografía en la que se podía apreciar con nitidez todos los huesos de su mano y donde se podía ver con claridad su anillo de compromiso. Anna se sintió fascinada y asustada al mismo tiempo; el poder distinguir sus huesos en la primera radiografía de la historia, la hizo sentirse cercana a la muerte. En poco tiempo, los rayos X se convirtieron en parte esencial de la medicina, pero también de la arqueología, el arte o la ingeniería, y se convirtieron en parte esencial de la seguridad en aeropuertos o edificios gubernamentales. Sorprendentemente, solo dos años después de su descubrimiento, ya había un médico que ofrecía el servicio de radiografía en Galicia. Un gallego que fundó uno de los primeros institutos antirrábicos de España y contribuyó a evitar que la terrible peste bubónica regresara de nuevo a nuestro país. Ángel Cobián Areal.

Ángel Cobián Areal nacía en 1854 en San Xián de Romai, una pequeña parroquia localizada en el municipio de Portas, en la provincia de Pontevedra y era descendiente de una estirpe gallega de corsarios. Estudia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid y ejerce como practicante (auxiliar) mientras no finaliza la licenciatura, en 1880. 

Con su título en la mano regresa a Galicia y comienza a trabajar en la parroquia de Salcedo, perteneciente al municipio de Pontevedra. Su extraordinaria labor le vale para ser nombrado en 1890 procurador médico del Ayuntamiento de la capital de provincia.

Tan solo un año después es elegido alcalde de la ciudad, cargo que ejerce hasta 1893 y desde el cual promueve muchas iniciativas benéficas y sanitarias como la construcción del nuevo Hospital Municipal (futuro Hospital Provincial), la fundación de la Cocina Económica de Pontevedra o la ejecución de una intensa campaña preventiva contra la viruela.

Tras su breve paso por la política establece su consulta en la calle Puente, en 1894, año en el que también es nombrado director médico del antiguo Hospital Provincial. Un año después es elegido director del Colegio Médico de Pontevedra y en 1899 obtendría el cargo de inspector de Sanidad de la provincia.

Pero sería en 1896 cuando todo cambiaría para Ángel. En marzo de ese año fue enviado por el Ministerio de Fomento para viajar a París y Berlín para conocer los últimos avances médicos y las innovaciones en las instalaciones sanitarias. Además, su intención era estudiar todo lo relacionado con la rabia, la tuberculosis y la difteria, pero lo que encontró en Alemania le maravilló: los rayos X.

Así que no desaprovechó la oportunidad y se trajo uno de los primeros radiógrafos que llegaron a España. Apenas dos años después del descubrimiento de esta innovadora tecnología, el doctor Cobián instalaba en Pontevedra el primer equipo de rayos X de Galicia, provocando que un soleado sábado de mayo de 1897, una larga cola llegara al escaparate de un comercio de la calle Príncipe de Vigo para ver algo nunca visto hasta ese momento: unas radiografías. Tomadas por Ángel, mostraban una mano con una aguja atravesando uno de sus dedos y un pequeño estuche que contenía material quirúrgico.

Pero Ángel no cejaba en su empeño de combatir la rabia, una de las enfermedades más peligrosas y comunes que asolaba nuestro país a finales del siglo XIX. Para ello funda en 1897 el Instituto Antirrábico Cobián Areal de Pontevedra, el primero de Galicia y uno de los primeros de España, pionero en la vacunación preventiva y el tratamiento de rabia, difteria y tuberculosis. Su trabajo no pasaba desapercibido para las autoridades, que lo enviaron a principios de 1898, de nuevo, a estudiar nuevos avances en los Laboratorios Pasteur de París y Berlín. 

Entre 1898 y 1899 viajaría por tercera vez, por orden del Gobierno, a Francia y Alemania para hacerse con todo lo necesario para evitar la llegada de la epidemia de peste negra que se había comenzado a expandir desde Portugal. En París compraría cien frascos de suero Yersin contra la peste que trajo a Pontevedra y que habían sido formulados en 1895 por Alexandre Yersin, médico y bacteriólogo franco-suizo, codescubridor de los bacilos responsables de la peste bubónica, enfermedad a la que se llamó “Yersinia pestis” en su honor.

A finales de 1899 viaja a Oporto para estudiar de manera directa los síntomas y desarrollo de la plaga, para preparar en España las medidas preventivas necesarias para atajar la epidemia, para lo cual escribió una memoria que es considerada uno de los tratados sobre la peste más completos de todos los tiempos.

Además de un magnífico epidemiólogo, Ángel Cobian también era también un extraordinario cirujano, llevando a cabo operaciones inéditas en España, como la que realizó en el Hospital Princesa de Madrid a una niña de seis años con el Mal de Pott, conocida como tuberculosis vertebral, y que ejecutó en varias ocasiones.

Uno de sus mayores sueños era el de crear un sanatorio para tuberculosos en A Illa da Toxa, para el cual ya había presentado todo el proyecto al Gobierno, pero tan solo un mes después de hacerlo enfermó gravemente y fallecía repentinamente el 14 de mayo de 1901.

Su cuerpo sin vida recorrió las calles de la ciudad en una carroza fúnebre entre multitud de muestra de dolor, cariño y agradecimiento acompañado de pacientes, colegas de profesión, vecinos y personal del hospital de Pontevedra. Todos lloraban la muerte del doctor Cobián.

Tras su muerte, se acordó que un retrato suyo presidiese el salón de plenos del Hospital Provincial. Su Instituto Antirrábico siguió abierto hasta finales de la década de 1920 y siguió siendo un referente en Galicia y España. El ayuntamiento de Pontevedra bautizó una calle con su nombre: Cobián Areal y hoy aún es recordado como uno de los médicos más competentes, capacitados y portentosos de toda la historia de Galicia.

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Referencias:

• es.wikipedia.org
• elespanol.com
• lavozdegalicia.es
• laopinioncoruna.es
• diariodepontevedra.es
• elpais.com
• abc.es
• elmundo.es
• elcorreogallego.es
• dbe.rah.es
• farodevigo.es
• culturagalega.gal