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Una alfombra floral de Vedra (A Coruña), el nuevo caso de 'Ecce homo' en Galicia

La obra ha sido hecha conjuntamente por los Alfombristas de Bueu y de Miño, que han sido criticados por la entidad de Alfombristas de Galicia
La alfombra floral en las jornadas de la Camelia en Vedra
Asociación Cultural Alfombras de Bueu
La alfombra floral en las jornadas de la Camelia en Vedra
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Las alfombras florales en el municipio coruñés de Vedra se han convertido este fin de semana en un foco de indignación. La controversia ha comenzado por una obra hecha conjuntamente por los Alfombristas de Bueu y de Miño para las XXVII Xornadas Arredor dá Camelia.

En lo que califican como un nuevo caso de "Ecce Homo" por su parecido con el caso aragonés del pueblo de Borja, la entidad de Alfombristas de Galicia han rechazado plenamente ser parte de la obra, y aseguran que los creadores tampoco pertenecen a la Federación de Alfombristas. "Tampouco representan aos Alfombristas de Galicia ¿En que conta ingresa os cartos o Concello de Vedra? Na da Federación, non", destacaron en una nota pública.

Los colectivos encargados de la obra floral apuntan que ellos no son parte de la entidad y, en una publicación en sus redes sociales aseguran que esta Fonte de Vida, era un homenaje por el Día de la Mujer.

https://twitter.com/Elisa_Alcalde_/status/1634578172057452546

Este no se trata del único caso reciente de una restauración fallida o una obra de arte polémica en Galicia. El mes pasado el arquitecto Alberto Fuentes Valcárcel denunció ante la Xunta el "repintado" de una virgen del escultor del siglo XIX Isidoro Brocos y que se encuentra en la iglesia castrense de San Andrés, en la ciudad de A Coruña.

Otro caso también muy conocido es el de la Virgen del Chamarro, en Ferrol. La escultura de madera medieval ha sido sometida a varias modificaciones que han cambiado por completo su apariencia. La situación ha incluso obligado a los dueños de la ermita a replantearse una nueva restauración. En aquel momento fue la asociación Apatrigal, la Asociación en defensa do Patrimonio Galego, la que dio la voz de alarma.

"Seguramente haya sido sometida a más transformaciones a lo largo de sus 900 años de historia", lo que la ha llevado a perder "el aspecto sobrio y elegante del siglo XII, llegando a portar hasta una peluca de plástico", lamentó el presidente de la entidad el pasado enero, cuando el caso saltó a los medios.

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