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Lagar de Ribela: Sidra artesanal, ecológica y gallega desde A Estrada (Pontevedra)

Esta firma familiar asentada en el rural y respetuosa con el medio ambiente crea sus bebidas con manzanas autóctonas de kilómetro cero y recupera la tradición de la sidra con productos que comercializa en todo el mundo, además de presentar su casa como "un sitio de peregrinación gastronómica"
Jesús Armenteros con varios de los productos de Lagar de Ribela.
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Jesús Armenteros con varios de los productos de Lagar de Ribela.
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Lagar de Ribela es una empresa familiar formada por cuatro socios que comparten la pasión por el rural, especialmente el de A Estrada (Pontevedra), y unidos por una idea que les rondaba la cabeza: hacer un proyecto agroalimentario vinculado a ese municipio pontevedrés. La firma se asentó en una casa restaurada para desarrollar su iniciativa, que consiste en la elaboración de sidra de forma artesanal con manzana autóctona de producción ecológica desde el respeto por el medio ambiente y la sostenibilidad.

"Empezamos con dos hectáreas para hacer una producción de sidra natural y clásica, al estilo vasco y asturiano", explica el propietario, Javier Armenteros. Las exportaciones, fundamentalmente a Estados Unidos, comenzaron a tener un buen ritmo ya en 2013 gracias a una distribuidora de cerveza artesana. Pero no solo eso: Lagar de Ribela tiene un espacio en muchos libros o recomendaciones de sidras españolas y se codea con productos elaborados en diferentes lugares del mundo. La firma atraviesa una parada técnica debido al coronavirus de la que prevé salir con más fuerza e ideas innovadoras para que el sabor auténtico de las manzanas de Galicia llegue a más consumidores.

La innovación

La creatividad de estas sidras las hace únicas. Lagar de Ribela va más allá de las bebidas clásicas a pesar de mantener una producción artesanal y el departamento creativo trabaja de forma constante en el desarrollo de nuevas ideas, como la sidra que crearon junto con un lagar vasco para homenajear a los marineros. "Pasamos a hacer sidras con lúpulo, que llamamos Besta, y una sidra sin gas que llamamos Bágoas na choiva en la línea de nombres bonitos e impactantes siempre vinculados a la cultura gallega. Finalmente, hicimos una sidra con los manzanos más antiguos, de 50 o 60 años, que llamamos Maceiras vellas ya con un toque más de estilo inglés", explica Armenteros.

El lagar es pequeño, por lo que la producción es limitada: antes de la parada técnica que atraviesa la firma, obtenían unos 15.000 litros de las diferentes sidras que comercializan. "A Estrada tiene muchísima tradición agroalimentaria y, dado que no hay industrias, con un respeto medioambiental. Hicimos la sidra con frambuesas y eran productos locales. Siempre buscamos producto autóctono con trazabilidad", explica el propietario de Ribela.

Recolecta de manzanas en una de las plantaciones (Lagar de Ribela).

La sidra es una bebida que, en estos niveles de elaboración con fermentación espontánea y levaduras propias, conserva muchísimas propiedades: tiene componentes probióticos, es rica en melatonina y, consumida "con moderación", resulta diurética. "Esa forma de trabajar nos permite que el producto sea disfrutado con todas sus virtudes y cualidades", concreta el propietario de la marca pontevedresa.

La sidra, una bebida histórica

La apuesta por manzanas ecológicas estuvo clara desde el principio por convicción. "El vivir en un entorno rural con un río como el Umia que pasa por debajo de nuestro lagar y con esos bosques autóctonos nos hace valorarlo mucho más. Encima, trabajamos con variedades históricas: es casi una obligación seguir unos criterios de respeto a la tradición y a la forma de hacer", explica Armenteros, que añade que la forma de cultivar en el área de A Estrada es natural debido a que se destina fundamentalmente al autoconsumo.

Galicia tuvo una tradición de sidra paralela a la de toda la cornisa cantábrica y, de hecho, hay estudios que defienden que este tipo de producción ya estaba en Galicia en la Edad de Hierro. A partir del año 1000 "hubo un quiebro" en el consumo con la difusión del cultivo de la vid para producir vino, aunque la manzana se mantuvo en el interior de Lugo y Pontevedra. "La existencia de lagares en nuestra zona, que no es especialmente vinícola, y de variedades históricas exclusivas de nuestros valles demuestran que ha habido una tradición mantenida durante siglos", explica Armenteros.

Una de las fincas del Lagar de Ribela (Cedida).

La apuesta inicial de Lagar de Ribela se dirigió a la creación de productos con materias primas de calidad siguiendo un método tradicional y kilómetro cero. A Estrada tiene actualmente un centenar de cooperativistas que producen cerca de dos millones de kilos de manzana, de los cuales el 90% es ecológica, y Armenteros destaca que el consumo de esta bebida se promociona cada vez más.

El mercado de la sidra es muy exigente y Lagar de Ribela defiende la elaboración de esta bebida con materia prima local para "producir país" y vincularla a la zona en la que se crea. "No hace falta traer manzana de fuera para tener una industria de sidra potente en Galicia. Además, se están incrementando las plantaciones con una gran profesionalidad. Es una forma de darle salida a esta materia prima que suele ir para otros mercados, para que se quede aquí: no ser granero de otras firmas que después nos venden la sidra", explica el responsable de la marca gallega.

Lagar de Ribela, una empresa cercana

"Nos encanta enseñar nuestro producto en nuestro lagar y explicar como lo hacemos. Eso nos permitió que mucha gente, dada la cercanía a Santiago, se acercara", explica Armenteros. La visita incluye saber cómo se traslada "de forma metódica" la manzana o conocer algunas plantaciones de sus proveedores. La afición por la sidra lleva a muchos consumidores a descubrir este producto gracias también a la ruta de la sidra, que enseña las zonas de la producción y permite a los asistentes hacer una degustación en un entorno natural.

Paralela a su actividad de producción y de visitas al lagar, esta empresa familiar creó la Feria de la Sidra de A Estrada, que este 2021 debería celebrar su décima edición. La pandemia de coronavirus truncó los planes de la firma, que ha tenido que cancelar un evento que reunía a sidreros de todo el mundo.

Feira da Sidra da Estrada (Lagar de Ribela).

Estas sidras tan autóctonas pueden adquirirse durante las visitas al Lagar de Ribela, a través de la página web o en varias tiendas físicas no solo en Galicia sino en otras comunidades como Madrid y Cataluña. Las exportaciones las realizaron fundamentalmente a países en los que está muy extendida la cultura de la cerveza craft o artesanal y en los que la marca gallega ha logrado posicionarse con esta sidra 100% autóctona, como Estados Unidos, Suecia, Canadá o México.

Los responsables de la firma está actualmente en un proceso de desarrollo de nuevos proyectos con los que revalorizar el agro gallego dominando todo el ciclo, desde la producción hasta la venta. La parada creativa que atraviesa Lagar de Ribela tiene como objetivo coger fuerzas para producir en más cantidad conservando el concepto de tierra y de sostenibilidad. "Por un lado seguir, trabajando en el sitio que nos gusta que es la aldea, el lagar y la casiña de piedra. Potenciando siempre las actividades gastronómicas y mantener la manzana y la sidra. Queremos que nuestra casa siga siendo un sitio de peregrinación gastronómica", explica Armenteros, que hace referencia a una de sus primeras producciones: un vinagre que denominaron Sidragre y que "tiene mucho que decir".

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