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"La calle no es lo que era": Un psicólogo coruñés habla de las secuelas de la cuarentena

El psicólogo Carlos Losada sostiene que "en general costará un poco adaptarse a la vida como era antes"cuando finalice la cuarentena e incide en la importancia de prestar ayuda psicológica y los medios necesarios a la gente que está en primera línea de la enfermedad
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El confinamiento que ha conllevado el decreto por parte del gobierno del estado de alarma es una situación excepcional que nunca antes había ocurrido y a pesar de que puede parecer fácil "salvar el mundo en pijama desde casa", como muchos se refieren a la cuarentena en redes sociales, esta estancia forzosa en los hogares y salir únicamente al supermercado, a la farmacia o a tirar la basura, puede traer algunas consecuencias psicológicas. El psicólogo clínico coruñés Carlos Losada, que forma parte de la directiva de la Asociación Nacional de Psicólogos y Residentes (ANPIR) y del Colegio Oficial de Psicólogos, analiza la situación actual de la sociedad al mismo tiempo que él practica el tan repetido lema "Quédate en casa" y admite que la vuelta a la normalidad no será algo muy complicado pero tampoco fácil.

"La calle ya no es la que era antes, hay muchas señales de peligro. Ahora mismo el hecho de que alguien salga de su casa y sienta miedo o presión en el pecho entra dentro de la normalidad", afirma Losada, que admite que esta anómala situación de confinamiento en parte "ha ayudado a la gente a recordar que somos seres vivos y nuestra naturaleza animal, que a veces se nos olvida" y advierte que "esa cierta incomodidad o inquietud al salir al exterior no significa que vaya a quedar así una vez pase todo".

"Cuando la cuarentena termine nos va a costar adaptarnos a hacer de nuevo las cosas como antes porque ahora estamos haciendo una serie de estrategias de adaptación a una emergencia. Cuando haces algo para evitar un peligro y más o menos funciona después puede ser complicado abandonar ese hábito", explica, al mismo tiempo que admite que la situación actual "es muy compleja y diferente según los factores que influyen en casa persona durante el confinamiento".

"La gente que está trabajando en primera línea contra el virus, que familiares suyos padecen la enfermedad o gente más sensible por motivos como enfermedades crónicas o problemas psicológicos previos pueden necesitar a posterior más ayuda", aclara y destaca que lo más importante ahora para todos es "centrarse en el día a día y buscar cosas que sienten bien y hacerlas". A su vez, dentro de esta compleja realidad, hace hincapié en que "la gente que está preocupada por no contagiarse debe cambiar la estrategia ya que lo esencial ahora es hacer las cosas lo más responsable y generosamente posible para salir de ésta". "Tenemos que intentar que si nos contagiamos sea lo más escalonadamente posible para darle la oportunidad a nuestros padres y abuelos de que si enferman tengan un acceso a los tratamientos que necesitan", dice.

El coruñés admite que no hay una receta general para sobrellevar la cuarentena positivamente "porque cada persona es diferente y tiene sus circunstancias" pero comenta que lo más habitual es levantarse con energía y que los malos momentos o el estrés por la situación aparezcan por la noche "porque está todo más callado y recogido e invita a pensar más". El psicólogo es consciente de que todo el mundo durante la cuarentena conlleva "una situación de estrés muy alto" y es partidario de invitar a la gente "a buscar soluciones o escapatorias que cuadren con los sistemas de valores de cada uno". "Si nos consideramos una persona que confía en los demás, si vemos una persona por la calle deberíamos pensar que tendrá alguna razón justificada para ello como el trabajo o necesidades médicas", ejemplifica.

Estado de ánimo cambiante

Losada comenta que durante la cuarentena, el enfado "puede ser una forma que utilizan muchas personas para atenuar el miedo y echar las cosas para fuera" aunque recomienda "buscar soluciones más generosas o responsables al miedo porque serán mejores que las más viscerales o directas". "En la medida en que nos planteemos esta situación como cuidar de los demás será mas llevadero y puede salir bien o mal pero estaremos satisfechos porque en nuestro interior sabemos que hicimos lo que se pudo", afirma.

El psicólogo asegura que es habitual que la gente "tenga un momento del día en que lo pase mal y otros en los que se distraiga pensando en otras cosas o hablando de tonterías" y sostiene que "la manera más idónea de sobrellevar la cuarentena quizás sea intentando ayudar al vecino haciéndole la vida más fácil". "No podemos controlar la conducta de los demás pero sí podemos bajar nuestro nivel de estrés y contribuir a bajárselo a los demás. Si lo que haces realmente sirve para conseguir estos objetivos se logrará reducir un poco la angustia y el miedo", detalla.

Comportamientos futuros

El profesional sabe que el confinamiento no es igual para alguien que tiene la fortuna de tener una casa con jardín que para otra persona que vive en una situación complicada y por ejemplo, que haga buen día fuera va a hacer que el "encierro" lo lleven peor lógicamente las personas a las que les guste estar siempre por la calle. "Es normal fantasear sobre lo que se quiere hacer cuando todo esto termine y todos piensan estar a tope cuando eso suceda. La mayoría de la gente opino que tendrá esta sensación inicial y pasará un tiempo estando menos en casa de lo que estaba antes, pero cuando todo se normalice más volverán a la regularidad de siempre", asegura.

"Todos nosotros vamos a ser de otra manera diferente a como éramos antes. Igual en esta situación puedes descubrir nuevas cosas de ti mismo que te gustan y seguramente todos podamos sacar un aprendizaje pero a un coste muy alto", expone, a la vez que se muestra confiado de que "todo el mundo volverá a encontrar una manera de esta a gusto con el mundo". Sobre esto, alerta de que la gente que estas semanas está más expuesta al problema, como por ejemplo los sanitarios, "van a necesitar más ayuda y es importante que la sociedad sea comprensiva y de una respuesta adecuada".

El problema no es inmediato

El coruñés sostiene que los problemas derivados de la situación de cuarentena tanto en la población en general como en los sanitarios en particular pueden no manifestarse de inmediato y pone el ejemplo de China. "Lo que se está haciendo ahora allí confirma que las emociones tienen sus propios tiempos, ya que ahora casi dos meses después de que la crisis estallara se está atendiendo a la gente por problemas relacionados con el virus", asegura, lo que asemeja a lo que sienten las personas que pierden un familiar "que pueden tardar un mes o dos en ser realmente conscientes de la pérdida".

Losada explica que esta situación "sería esperable en España pero la cuestión es que se pongan los medios necesarios para atender las necesidades de quien lo necesite, aunque la mayoría de las personas retomarán su vida de la manera más similar posible a como la llevaban antes". "Si nos dicen hace 15 días que ahora íbamos a estar así nadie se lo creería", cuenta, una opinión que muchos comparten y la exponen a través de las redes sociales, un canal de comunicación muy habitual en las rutinas diarias de todos pero que en tiempos de coronavirus se está explotando aún más si cabe, tanto para informar como para opinar.

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