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Javier Cámara y Mónica López: '¿Para qué quiere parecerse Ferrol a Vigo o a A Coruña?'

Los protagonistas de Rapa asistieron esta tarde al preestreno de la segunda temporada de la serie
Javier Cámara y Mónica López esta tarde en el Teatro Jofre
Quincemil
Javier Cámara y Mónica López esta tarde en el Teatro Jofre
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Javier Cámara y Mónica López protagonizan Rapa, la serie de Movistar+ que mañana estrena segunda temporada. Los actores interpretan a Tomás y Maite respectivamente y en esta nueva etapa de la producción audiovisual continuarán trabajando mano a mano para resolver la desaparición de una oficial de la Armada, en una trama que transcurre en su mayor parte en el Arsenal militar de Ferrol y en las calles de la ciudad.

Gracias a su trabajo en Rapa, ambos intérpretes han cosechado distintos premios que añaden enteros a sus respectivas vitrinas de reconocimientos, tales como el Premio Forqué a mejor actriz protagonista de una serie o el Premio Iris a la mejor interpretación masculina.  

Cámara y López se encuentran sumergidos en la promoción de la serie y nos reciben en el Teatro Jofre minutos antes del preestreno, donde relatan qué se encontrarán los espectadores en esta segunda etapa mientras profesan su amor y respeto por una tierra, la de Ferrolterra, que ha acogido con los brazos abiertos el rodaje de la producción.

¿Qué nos vamos a encontrar en esta segunda temporada?

Javier: Pues dos casos muy distintos. Uno muy militar, Arsenal, la desaparición de una comandante y luego un caso que está a punto de prescribir y que sucedió hace 20 años pero que no se ha culpado a quien supuestamente parece que se debe de culpar. Entonces esa investigación la llevo yo. Mónica lleva la de los militares. Después vemos a dos personas que no son pareja, no sabemos lo que son, pero que cada vez están más cerca. Una mujer atendiendo a un amigo que tiene una enfermedad. De espaldas a esa enfermedad descubrimos otro personaje que llega que es Tacho, que es Darío Loureiro que viene a formar parte de este trío que creo que se va a cimentar para la tercera temporada y sobre todo nos da tiempo a ver cómo son estas personas. Ya los conocimos en la primera temporada, cómo evolucionan, cómo van hacia adelante, cómo manejan sus vidas, cómo se cimenta esa esa amistad a través de esa enfermedad, de cómo se vive.

Mónica: La enfermedad de Tomás habrá avanzado un poco y ella se convierte en su cuidadora oficial, siempre con ese cuidado de no meterse, de no sentir compasión, de no meterse en su vida. Aunque si se mete.

¿Sabremos los espectadores en los primeros capítulos quién está detrás de esa desaparición y de ese asesinato, tal y como pasó con Norma en la primera temporada?

Mónica: En la primera temporada el espectador sabía casi antes, bastante antes que nosotros, quién había sido. No por qué, pero si quién. Y aquí no, aquí en el espectador nos va a acompañar durante la trama.

¿Va a haber algún nexo argumental con respecto a la trama de la primera temporada? Porque en el primer capítulo de la segunda temporada podemos ver cómo Tomás hace una visita a la casa de Norma.

Javier: Te lo voy a contestar a la gallega: no tengo ni idea.

¿Con qué temporada de Rapa os quedáis por el momento?

Javier: Con la segunda. La segunda es maravillosa. Además posiciona a la ciudad en una imagen súper poderosa, porque la serie es poderosísima de imagen. La primera temporada era brutal y esta segunda la gente va a flipar. Yo estoy seguro que el Almirante tendrá que poner más días de visita al Arsenal porque se le van a llenar.

Los acentos y los idiomas son un caballo de batalla en las producciones audiovisuales, donde parece que no siempre se da cabida a la rica variedad existente en España. ¿Creéis que el sector va por el camino de integrar esas variedades?

Mónica: Hay una película fantástica, se llama En la ciudad, de Cesc Gay, que se hizo en catalán y castellano. Nadie les dijo nada y ganó el Goya. Quiero decir, la gente lo entendió, la gente no es tonta. La gente entiende que en este país se hablan muchos idiomas, pero a las plataformas les da miedo que lo vea menos gente.

Javier: Fuera nos ven con subtítulos. Entonces da igual que sea vasco, catalán, gallego o del Valle de Arán, un valenciano o un mallorquín. Hemos estado en el mercado de Berlín, en la Berlinale, vendiendo esta serie y fue facilísimo. Todo el mundo compró la serie porque estaban felices. Esa gente son alemanes, suecos, búlgaros o birmanos. Los que somos monolingües no sabes el dolor que tenemos.

La promoción que la serie, y vosotros mismos, hacéis de Ferrol supera cualquier campaña turística. Sin ir más lejos, ayer en El Hormiguero…

Javier: Yo soy muy verborreico, tú me conoces (mira a Mónica) y ayer me viste que estaba disparado. Y hubo un momento en que le dije ‘tengo mucho que decir, de Rapa y tal, pero no estoy diciendo nada’. Y lo que le dije fue de corazón. Le dije ‘súbete para arriba’, porque yo sé que él veranea en el mismo sitio que yo y es otra historia. Rodamos en Ferrol, ‘vente porque vas a flipar’. Ferrol es un lugar supuestamente inhóspito, pero de una belleza increíble. Yo las playas las descubrí con Mónica. Decíamos ‘vamos a pasear por esta playa’ y decíamos ‘¿pero qué es esto?’ porque después había otra playa increíble, y otra. Y sin gente. 

Hace unos meses le comentabais al entonces alcalde de Ferrol, que esta serie es una promoción turística gratuita pero que sería una pena que la ciudad perdiese la autenticidad.

Mónica: Es que es exactamente eso. ¿Para qué quiere parecerse Ferrol a yo que sé, a Vigo, a A Coruña? Puede convertirse esto en otro tipo de turismo de más calidad incluso. Hombre, quiero decir, si no se estropea, si no se pone lo mismo que en todas partes, las mismas tiendas que todas partes, entonces se acaban pareciendo y son parques temáticos o centros comerciales al aire libre. Y en cambio Ferrol tiene esta personalidad única. Y yo sé que la gente está deseando que vengan negocios porque hace falta trabajo, está claro, pero se puede hacer de otras maneras copiando a ciudades del norte, copiando a Vitoria, copiando a Dinamarca. No nos quedemos en la cosa esta de los cruceros, los cruceristas que vienen y tampoco consumen tanto que lo tienen todo pagado en el barco.

Javier: Lo interesante es conseguir esa idiosincrasia. Lo particular que tiene esta ciudad ahora mismo es un puerto cultural y una mezcla de culturas brutal. Es una historia sindicalista militar, con un pasado y un presente oscuro, alegre, feliz. Quiero decir que Ferrol tiene que ser Ferrol. La parte cultural que tiene toda esta zona es fascinante. La comida es increíble en cualquier lugar. Los precios no te quiero ni contar. Yo regalé percebes en invierno. Los compré un poquito antes de que subieran. La gente me llamaba llorando, pero digo "no os preocupéis, que no me ha costado tanto". Me ha costado, pero no lo que iba a costar en Madrid dos semanas después.

¿Sois conscientes de que habéis trabajado en un sitio que muchos ferrolanos no han visto?

Javier: Sabemos la la idiosincrasia de algunos ferrolanos como como nuestra compañera que entró por primera vez y se emocionó y lloró (refiriéndose a Iolanda Muíños). Es ferrolana y no había podido entrar.

Mónica: Sí, pero nos han insistido en que se puede visitar, se puede entrar, se puede pedir unas citas. Imagino que no podrán entrar donde nos han abierto a nosotros las puertas, que hemos visto todo. Pero sí es cierto que claro, cuando cuando la ciudad está acotada por un muro alto y tal, pues algo significa.

¿Cuál es vuestra playa favorita de la comarca?

Mónica: Vilarrube.

Javier: Campelo.

En Ferrol la pregunta no es tortilla con o sin cebolla, sino ¿tortilla del Canario o del Zahara?

Javier: La del Zahara está muy rica pero la del Canario está riquísima.

Mónica: Yo la del Zahara no la he probado.

Javier: Por cierto, este año vamos a ir a Betanzos porque ella me va a llevar a un sitio a comer tortilla.

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