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Cómo evitar el desperdicio alimentario en el supermercado

Un tercio de la producción mundial de alimentos acaba en la basura. Para evitar este tipo de acciones existen iniciativas como la de Vegalsa-Eroski, que el año pasado consiguió evitar el desperdicio de cerca de 11.000 toneladas de alimentos, lo que equivale a unas 45.000 raciones de comida
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¿Sabías que un tercio de la producción mundial de alimentos se desperdicia? Por envases demasiados grandes, por fechas de caducidad muy cortas, por comprar más con los ojos que con la cabeza... Planificar mejor las compras es esencial para reducir el malgasto de alimentos que se produce en toda la cadena alimenticia, desde la huerta hasta los hogares, pasando por las fábricas y las cadenas de distribución.

Más de 1.352 millones de kilos. Esta es la cantidad de alimentos que se desperdiciaron en 2019 en España, según datos del panel de consumo de 2019 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). España es un país donde, pese a que la población está cada vez más concienciada sobre este problema, sigue aumentado el derroche en alimentación.

Pese a la contención del ritmo de crecimiento -el índice de desperdicio alimentario aumentó un 1% con respecto a 2018-, esta situación pone de manifiesto que el derroche de alimentos sigue siendo un reto social.

Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), ocho de cada diez hogares españoles tiraron comida a la basura el año pasado. Las frutas y las verduras suponen el grupo de productos que más se derrochan, seguidos por el pan.

La medida más importante para reducir el desperdicio de alimentos es la concienciación de la población y, precisamente, con este objetivo se celebra el Día Mundial contra el Desperdicio Alimentario. Una celebración a la que se suman empresas e instituciones con el objetivo de fomentar la concienciación sobre un reto de futuro.

Es el caso de la compañía gallega de distribución alimentaria Vegalsa-Eroski, una empresa que se suma a la celebración de este Día Mundial a través de su programa 'Desperdicio Cero', gracias al cual el pasado año 2019 consiguió evitar el desperdicio de cerca de 11.000 toneladas de alimentos, lo que equivale a unas 45.000 raciones de comida. Esta cifra, según apunta la compañía gallega, "se ha visto incrementada en cerca de un 26% en los últimos tres años".

¿Cómo se puede luchar contra el desperdicio alimentario? Para evitar tirar con alimentos, la compañía aplica un descuento de hasta un 50% en sus establecimientos a todos aquellos productos que tienen una fecha de caducidad próxima, realiza donaciones de productos a entidades sociales y transforma los que ya no son aptos para el consumo.

Una acción con fines solidarios

Vegalsa-Eroski aumentó un 72% las donaciones a entidades benéficas

De esta forma, todos los alimentos que son aptos para el consumo se entregan a organizaciones sociales. En el último año donaron un total de 881 las toneladas a más de un centenar de entidades benéficas locales, lo que supone un incremento del 72% en los últimos tres años.

¿Qué tipo de alimentos se pueden donar? Pues bien, todos los alimentos donados son productos frescos y de alimentación que la compañía retira de los lineales bien porque han sobrepasado la fecha de caducidad, pero son aún aptos para el consumo, o porque su envase presenta una pequeña deficiencia como una simple abolladura o rotura de embalaje que impide su venta.

La seguridad alimentaria de los productos donados es una de las máximas con las que trabaja Vegalsa-Eroski, que lleva a cabo un protocolo de actuación para garantizar su estado óptimo para el consumo de estos alimentos. En el caso de los alimentos frescos se garantiza el mantenimiento adecuado de la cadena de frío también en la entidad receptora de la donación que debe asegurar que cumple las mismas garantías en su transporte e instalaciones.

Nada se pierde, todo se transforma

¿Y qué ocurre con aquellos alimentos que ya no son aptos para el consumo? La compañía les da una segunda oportunidad entregándolos a empresas
especializadas encargadas de procesarlos.

A través de la logística inversa y la gestión en almacén, el pan y los yogures se tratan para obtener harinas; la fruta y la verdura, se destina a alimentación animal, y la carne y el pescado, a la obtención de grasas. En el último año la compañía transformó en subproductos 2.418 toneladas de alimentos, un 18% más en el último trienio.

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