Primeras visitas a la Casa Cornide
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Así es por dentro la Casa Cornide de A Coruña: completamente vacía y sin rastro del pasado franquista
La última residencia de Carmen Polo en la ciudad, ahora Bien de Interés Cultural, recibió a sus primeros visitantes este lunes. Sin muebles ni guías, solo queda la estructura de una casa señorial que fue desmantelada antes de su apertura
Más información: La Casa Cornide de A Coruña abre sus puertas: "Todo lo que conozco es a través de fotos"
La Casa Cornide, en la que residió Carmen Polo los años próximos a la muerte de Franco, abría esta mañana sus puertas por primera vez al público después de dos siglos de historia. Vacía. Sin un solo mueble. Completamente desmantelada. Desde que la Xunta la declaró Bien de Interés Cultural en 2023, la familia Franco se vio obligada -a regañadientes- a permitir su acceso, pero antes, se lo llevaron todo.
Con tan solo cinco pases, cada lunes de 9:00 a 13:00 horas, desde agosto hasta febrero. La página web ya no admite reservas hasta el año que viene. Sin marketing, sin anuncios, sin apenas difusión. Las entradas volaron en cuestión de horas.
Tan solo fueron unos pocos los afortunados que pudieron entrar este lunes a la segunda residencia de los Franco. Los primeros pases fueron para la alcaldesa, Inés Rey, que acudió como invitada junto a Francisco Jorquera, portavoz del BNG y uno de los impulsores de la declaración BIC, y el historiador de la Asociación de Memoria Histórica, Alfredo Vigo.
En su interior tan solo les esperaba una persona, Rubio, el vigilante. Él custodia las puertas de la Casa Cornide. Recibe a los invitados y los despide. Como un reloj: abre un poco antes de en punto y, cuando las campanas de la Colegiata de Santa María marcan la hora, cierra.
En el interior, no hay nadie más. Ni guías, ni personal, solo él, que con amabilidad explica lo poco que ha podido conocer en el escaso tiempo que lleva trabajando allí. Vigila, sobre todo, que no se saquen fotos ni vídeos, ya que está estrictamente prohibido.
Su interior
Dentro, un inmueble de cuatro plantas. En la entrada, Santiago Apóstol tallado en roca da la bienvenida y a continuación un ascensor que llega hasta la tercera planta, el cual está estropeado.
En la primera planta, ya hay una habitación principal con vestidor y baño, interconectados. En total, casi una decena de habitaciones, ocho baños y tres cocinas, además de inmensos salones y despachos.
En la segunda planta, un salón enorme, conectado a través de una puerta con un marco de madera, probablemente tallado a mano. Esa puerta lleva a lo que sería el despacho de Franco, donde aún se conservan cartas con su sello característico: "El Jefe del Estado". En esa misma planta, otra habitación principal con dos baños (sí, dos), uno de ellos unido al vestidor. Al lado, otra habitación y una cocina.
En las plantas superiores, más habitaciones, otra cocina y lo que parece un comedor. En la cuarta planta, la del servicio, un detalle inquietante: la puerta tiene pestillo, pero solo se puede cerrar desde fuera, pudiendo dejar encerrados perfectamente a los trabajadores. Allí arriba, unas cuatro habitaciones, un baño, un lavadero y una terraza con vistas envidiables: la ciudad vieja entera a los pies, el puerto al fondo y, más allá, la Torre Hercón.
Los suelos crujen, especialmente en la planta superior. Las polillas arrasaron con la madera. En las plantas inferiores, las puertas de madera también muestran signos de abandono, algunas casi comidas por completo.
En el segundo pase del día, un padre y sus dos hijas recorren las estancias con la esperanza de acercarse un poco más a la historia. La visita dura una hora, pero al no haber guía ni ningún tipo de material expositivo, lo que se encuentra es simplemente una casa señorial vacía. No queda ni un solo mueble. Solo permanecen las cortinas y algunas moquetas.
Los Franco tardaron dos años en ceder a la apertura pública desde que la casa fue declarada BIC. Tras varias multas, abrieron este lunes. Eso sí, antes se llevaron todo lo que tuviera algún valor. Del mobiliario no queda ni rastro. Como mucho, puede encontrarse algún rollo de papel en el baño. Pero no sirve de nada: su uso también está prohibido.