16 junio, 2022 03:17

Quizás los haya visto por ahí, mientras pasea por su barrio o va en el coche camino a hacer la compra. Son gimnasios que no tienen máquinas y, en su lugar, se ve a gente haciendo todo tipo de peripecias físicas hasta la extenuación con mancuernas, balones medicinales, barras de dominadas… Quizás la vieja panadería es ahora uno de esos, o ha visto en las stories del Instagram a su colega el motivado trepando por una cuerda como si fuera un bombero a punto de rescatar al gatito de la última rama del árbol.

Seguro que sí. Eso se llama CrossFit. Se trata de un deporte que combina ejercicios funcionales -que requieren el uso de casi todo el cuerpo- ejecutados a alta intensidad y que está provocando en España una auténtica fiebre. "Somos actualmente el tercer país del mundo en cuanto a crecimiento, tras Estados Unidos y Francia", reconoce en conversación con EL ESPAÑOL | Porfolio Natalia Díez, la responsable en España de la empresa de origen estadounidense.

Además de los indudables beneficios de que se popularice un deporte, en este caso también habría que añadir que se trata de un modelo de negocio redondo. La marca CrossFit está registrada y los gimnasios -box, se llaman- tienen que pagar una cuota para usarla. Así, la empresa hace caja, pero también sacan partido cientos de autónomos españoles que aprovechan el tirón comercial de un nombre que pueden usar por sólo 2.630 euros al año. Además, como no es una franquicia, nadie se mete a decirle a nadie cómo tienen que llevar su negocio. Una ganga.

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"En CrossFit siempre hemos notado una tendencia de crecimiento, nunca nos hemos estancado, que es lo que cabe esperar dentro de una marca. Lo que sí es cierto es que ahora se están disparando los números de afiliados [así llaman a los gimnasios que pagan la licencia]", reconoce Díez a través de una videollamada desde Mallorca, donde regenta un box en la unidad de oncología de un hospital (y es que esa es una de las claves para entender el auge de este deporte: su democratización, que es apto para todos).

Para ver la magnitud del fenómeno, basta con poner algunas cifras encima de la mesa. Según los datos de CrossFit España, en nuestro país se abren actualmente entre 9 y 11 gimnasios o boxes al mes. El número total actual es de 603 boxes, cuatro veces más que la siguiente marca deportiva más usada (Brooklyn Fitboxing), lo que demuestra un gran ritmo de crecimiento si se tiene en cuenta que en 2019 ni siquiera llegaba a los 500.

Y en cuanto a datos mundiales, España es el quinto país con más gimnasios, después de Estados Unidos (5.000), Francia (731), Reino Unido (720) e Italia (622). Eso sí, sube en el ranquin de ritmo de crecimiento, donde se ubica el tercero del mundo. "Ahora incluso estamos viendo que están apareciendo en pueblos pequeños, que es algo que pensábamos que nunca llegaríamos a conseguir. Además, este 2022 es definitivamente el año en el que estamos viendo a los atletas españoles despuntar en las competiciones internacionales", añade Díez.

El CrossFit en España, año a año

El CrossFit entró en nuestro país en 2011 con sólo 3 afiliados (gimnasios que usan la marca). Según datos de CMD Sport, en 2012 la cifra fue de 36; en 2013 de 100; en 2014 de 200; en 2015 de 260; en 2016 de 328; en 2017 de 386; en 2018 de 450; en 2019 de 498; en 2020 de 508 y en 2021 de 570. En la actualidad, a mitad de 2022, la compañía asegura estar ya en 603 gimnasios. Y, viendo el ritmo de crecimiento, en el momento en el que lee este reportaje es más que probable que ya hayan abierto alguno más.


Aunque no se sabe el número exacto de clientes por gimnasio, ya que no hay cifras centralizadas y dependen de cada centro, suele haber una media de 200 clientes en cada uno. Las cuotas varían entre los 70 y los 150 euros mensuales, según la calidad del material y la localización. La inversión inicial de poner en marcha un centro se estima entre los 75.000 y los 250.000 euros. Con un número adecuado de clientes, se trata de un negocio más que redondo.

Cruza el charco

El CrossFit fue creado en los años 70 por Greg Glassman, un californiano cuyo débil estado de salud por culpa de la polio le llevó a practicar fitness en vez de deportes de contacto, que era lo que de verdad quería hacer. Pero acabó mezclando los movimientos gimnásticos con pesas y desarrolló un modelo de entrenamiento que se popularizó. Ese fue el germen. Después, de su gimnasio local pasó a entrenar a policías, bomberos, marines y en el año 2000 registró la marca CrossFit.

Veintidós años después de aquello su creación se ha convertido en la marca de fitness más grande del mundo, con 15.000 gimnasios, y se trata de la séptima cadena comercial que más crece tras Pizza Hut, Burger King, KFC, Starbuck's, McDonald's y Subway. Nótese la ironía de que los compañeros de podio son franquicias de comida rápida. Como dato curioso, aunque no hay cifras globales de cuánta gente lo practica, se estima que el 60% de los crosfitters son mujeres.

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Natalia Díez se fijó en el CrossFit antes de que pegara el boom en el que se encuentra ahora. "En 2011 decidí irme a Estados Unidos y, al segundo día de estar buscando piso por Miami, vi a unos tipos colgados de unas barras de dominadas. Por aquel entonces, no tenía ni idea de lo que estaban haciendo", cuenta, tras decir que había mamado el deporte desde pequeña en casa y siempre había estado interesada. "Me dije: Dios mío, esto tengo que probarlo", apuntala.

Natalia Díez, jefa de CrossFit España.

Natalia Díez, jefa de CrossFit España. Cedida

El enamoramiento fue instantáneo y decidió dar un paso más: sacarse el curso para ser entrenadora. Un año después, en 2012, y con la formación bajo el brazo, volvió a España cuando en nuestro país sólo había cuatro boxes. Mientras fue creciendo la comunidad, fue creciendo la presencia de Díez en la marca. Al principio se dedicaba a traducir contenidos de CrossFit en Estados Unidos, y es que uno de los atractivos es que aquellos que abren un gimnasio no sólo pagan la cuota, sino que además tienen acceso a innumerables contenidos sobre el deporte, la forma de realizarlo y cómo llevar el negocio.

"Abrimos el perfil en redes de CrossFit España, nos empezó a seguir mucha gente, traducimos los contenidos, hacíamos de nexo entre la marca en Estados Unidos y los afiliados en España… Yo servía como punto de apoyo", relata. Así, cuando la empresa estadounidense decidió profesionalizar su expansión y miró a alguien para que la liderara en España, evidentemente, pensó en Díez.

Una cosa que no deja de resultar paradójica es que, en la actualidad, todo el personal de CrossFit España son Díez y su compañero encargado de las redes sociales Daniel Izquierdo. No hay más estructura detrás. Todo está centralizado en Estados Unidos y son los gimnasios los que se gestionan como prefieren. Y sin embargo, si se multiplican los 603 gimnasios por los 2.630 de la licencia anual, son 1,6 millones de euros al año sólo por usar el nombre.

Auge tras la pandemia

La historia de éxito que había ido creando Greg Glassman se truncó en 2020, tras unos comentarios racistas después de la muerte de George Floyd, el ciudadano afroamericano que murió asfixiado por la rodilla de un policía. El Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de Estados Unidos publicó un tuit en el que decía que el racismo era una cuestión de salud pública, a lo que Glassman respondió que la mayor pandemia del año no era la Covid-19, sino los movimientos de protesta tras la muerte de Floyd.

Reebook, la principal patrocinadora de su marca, canceló su asociación con CrossFit; 1.000 gimnasios del mundo dijeron que se desligaban de la compañía; hasta los atletas más populares del deporte censuraron las palabras de su fundador y, aunque pidió disculpas, la empresa que había creado acabó destituyéndole. Además, durante esos días estalló la noticia de que Glassman había llegado a un acuerdo económico con una trabajadora de CrossFit para que no le denunciara por acoso sexual.

Acto seguido, la compañía nombró nuevo CEO a Eric Roza, un empresario criado en Silicon Valley que practicaba el deporte y que se había hecho millonario tras vender Datalogix a Oracle. Roza, con una visión mucho más empresarial que su compañero, se centró -y se sigue centrando- en hacer que el éxito comercial de la marca sea aún mayor.

Uno de sus principales atractivos es que se comporta como marca y no como franquicia. Para usar la denominación hay que sacarse un curso que cuesta 1.100 euros y después se paga la afiliación a 2.630 euros anuales y ya. La marca no se mete en cuestiones técnicas como el tamaño del gimnasio, ni los horarios, ni la estética, ni nada. Eso queda a elección del afiliado. "Yo te doy el uso de la marca, ahora el éxito de tu negocio va a depender de ti. Esa es una de nuestras distinciones", aclara Díez.

Pregunta.- Aunque está creciendo en todo el mundo, ¿por qué en España lo hace de forma especial?

Respuesta.- Me gustaría pensar que por el trabajo que hacemos desde CrossFit España. Ves nuestras redes sociales y lo que ofrecemos, y hay mucho más dinamismo que en otros países. También ha habido una democratización. Hace unos años se transmitía la idea del no pain, no gain (sin dolor no se alcanzan los objetivos). Eso era muy dañino, pero ahora vemos muchos perfiles distintos. Ves que no hay que estar en forma para hacer CrossFit, sino que te pones en forma practicándolo.

Presencia de la mujer

La mayoría de deportes, y más cuando son tan físicamente exigentes como el CrossFit, suelen ver cómo los hombres tienen más presencia que las mujeres. En esta disciplina, sin embargo, se estima que el 60% son mujeres y en las competiciones se puede ver cómo ellas son igual de protagonistas que ellos (a veces incluso se anuncian los resultados de las mujeres antes que los de los varones). Además, ha habido figuras femeninas destacables dentro de la empresa y en actividades como los seminarios siempre se preocupan de fomentar su presencia.

Parte de esa democratización llegó durante la pandemia. "La gente se dio cuenta de que, encerrada en casa, si no empezaba a moverse se iba a poner que no cabía por la puerta. Nosotros hacíamos entonces clases online y veíamos cómo se unía la madre de uno, el hijo de otro… y ahí vieron que sí, que podían hacerlo", remarca Díez.

Así, mientras muchos gimnasios sufrieron cierres durante una pandemia, la marca de CrossFit siguió creciendo en España. Aunque se ralentizó durante 2020, empezando el año con 498 gimnasios y cerrándolo con 508, el fin de las restricciones supuso un auténtico boom que la ha situado en los 603 en los que se ubica actualmente. "El año pasado estábamos registrando una media de tres afiliados al mes. Ahora estamos entre 9 y 11. Me he acostumbrado a esto, pero la verdad es que no es normal", comenta Díez. Y parece que va a más.

Natalia Díez, durante un entrenamiento.

Natalia Díez, durante un entrenamiento. Cedida