28 enero, 2024 02:13

Hace unos días el Rey apareció por sorpresa en la madrileña iglesia de San Francisco de Borja para acudir al funeral del empresario César Alierta. El que fuera presidente de Telefónica durante 16 años había fallecido en su Zaragoza natal el pasado 10 de enero tras agudizarse los problemas de salud que arrastraba en los últimos años. Felipe no había anunciado su presencia y fue para muchos toda una novedad.

En las imágenes de su llegada al templo de la calle Serrano de Madrid se pudo ver al Monarca caminar solo, vestido con un abrigo negro. Un poco por detrás, nunca en paralelo, Jaime Alfonsín, su mano derecha, la persona que lleva siendo su sombra, como en esta ocasión, desde hace casi 30 años.

Este abogado del Estado, serio y discreto, es el jefe de la Casa del Rey desde que Felipe VI llegó al trono el 14 de junio de 2014. Pero su relación comenzó mucho antes, desde el momento en el que el entonces Monarca, Juan Carlos I, decidió que el Príncipe de Asturias tenía que comenzar a tener su propia secretaría, sus propios actos y, por lo tanto, su propia mano derecha. Y eso es exactamente Jaime, como le llama todo el mundo en la Casa.

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Mano derecha, valido, asesor, consejero... Son muchos los nombres que a lo largo de la historia ha recibido esta figura que tiene la total confianza de un rey. En la España actual, el sistema de monarquía parlamentaria, lo describe como jefe de la Casa de Su Majestad el Rey, pero se puede seguir pensando en esa misma figura que ocuparon nombres de la talla del conde duque de Olivares o el duque de Lerma, caminando al lado del poder y siendo su consejero.

El régimen constitucional pone límites a todos los poderes del Estado para que no haya en uno de ellos un exceso de competencias y poder. Y también regula las competencias de este cargo. Al jefe de la Casa del Rey lo elige el Monarca libremente, tal como establece la Constitución en su artículo 65.2. "El Rey nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa".

Camilo Villarino

Hace unos días, Zarzuela emitía un comunicado en el que anunciaba el cambio en el primer puesto del staff de la Casa: "Su Majestad el Rey, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 65.2 de la Constitución, ha tomado la decisión de relevar a Don Jaime Alfonsín Alfonso como Jefe de Su Casa y nombrar a Don Camilo Villarino Marzo para ese cargo, lo que se llevará a efecto a lo largo del próximo mes de febrero".

Aunque en el ambiente de la jefatura del Estado este cambio venía rumoreándose, sobre todo por la edad del abogado del Estado de 67 años, ha pillado no sólo a los medios de comunicación por sorpresa, sino a muchos dentro de la propia Casa, altos cargos, que no sabían nada.

El nuevo jefe de la Casa del Rey, Camilo Villarino.

El nuevo jefe de la Casa del Rey, Camilo Villarino. EFE

"Mucha gente de dentro no tenía ni idea de que esto se iba a anunciar el viernes, cosa que ha sentado bastante mal. Además, se están preguntando quién es esta persona que va a venir, no lo conocen y no sabe nada del funcionamiento de la Casa. Vamos, que no ha sentado nada bien. Están seguros de que esto significa que vienen muchos cambios, empiezan los 'Juegos del Hambre' y las apuestas... El ambiente empieza a estar tenso y todavía no ha llegado", comenta una fuente cercana al equipo de Felipe VI.

Cuando saltó la noticia hace una semana, todos los medios de comunicación se hicieron eco en sus portadas digitales e incluso algún periódico nacional lo llevó a su primera página en su edición impresa del día siguiente.

Sin embargo, en la calle la gente desconoce el papel tan importante que juega en la política esta figura. Por eso se suele buscar una persona experta en diplomacia. De hecho, Villarino será el cuarto hombre con carrera diplomática en ocupar este cargo en la historia de la monarquía parlamentaria, aunque el primero con Felipe VI. Con su padre, Juan Carlos, estuvieron en este puesto José Fernando de Almansa, Rafael Spottorno y Alberto Aza.

El jefe de la Casa del Rey es el hombre de confianza del Monarca. Es la persona más cercana a Felipe, con el que comparte su labor diaria. Tiene rango de ministro y es el interlocutor de La Zarzuela con el Gobierno, siendo el cargo más alto al servicio de la jefatura del Estado.

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"Aire fresco"

Con el nombramiento de Villarino, se busca una renovación de la institución, una modernización y una apertura internacional. "Que entre aire fresco. Lo cierto es que esta idea ronda en la cabeza del Rey desde hace muchos años. Cuando llegó el momento de la proclamación estuvo encima de la mesa, pero don Felipe quería premiar a Alfonsín todos sus años de lealtad como secretario del Príncipe. Había estado a su lado y gestionados momentos complicados, como el tema de Eva Sannum o lo de casarse con una divorciada. Por eso, cuando llegó su subida al trono no dudó en que se quedará a su lado como jefe de la Casa", dicen las fuentes cercanas a Zarzuela.

"La idea era que estuviera una temporada corta, pero la cosa se ha complicado, no se veía el momento del relevo: el padre, la hermana, el cuñado... Los plazos se han alargado y hasta este momento no se ha producido. Jaime también necesita un descanso, ha hecho una labor encomiable, pero ya ha llegado el momento de descansar. Han esperado hasta la jura de Constitución de Leonor, momento histórico que él no podía perderse", revela la misma persona.

La función fundamental de Villarino, cuando se incorpore en febrero, será el de asegurar que la jefatura del Estado funcione, que sus relaciones con Gobierno y demás instituciones rueden para que el Rey y los demás miembros de la Familia Real puedan ejercer su trabajo sin problemas.

El jefe de la Casa es el máximo responsable de casi todo, desde la elaboración de los discursos importantes del año (como el de Navidad), hasta corregir las palabras de muchos actos menores, planificación de los viajes y de las audiencias, control de las cuentas de la institución o el mantenimiento de las instalaciones que dependen de la Corona y no de Patrimonio Nacional -básicamente el Palacio de la Zarzuela-.

Jaime Alfonsín, anterior jefe de la Casa del Rey.

Jaime Alfonsín, anterior jefe de la Casa del Rey. GTres

Villarino tendrá muchísimas responsabilidades, además de tener que ejercerlas en un segundo plano con cero reconocimientos por parte de casi nadie, pero no lo hará solo. Podrá elegir al que será su mano derecha, que tendrá rango de secretario de Estado, y en el que podrá apoyarse cuando lo considere necesario.

De esta secretaría general, que ahora está al cargo de Domingo Martínez Palomo, depende Planificación, Coordinación, la Secretaría de la Reina, Seguridad, Comunicación, Protocolo, Administración y Servicios. Martínez Palomo, que lleva en el cargo desde la proclamación de Felipe VI en 2019, es uno de los nombres que está en la lista del cambio. Cosa lógica, ya que el que será máximo responsable de la Casa deberá contar con gente de su confianza a su lado.

Se espera que en este puesto se coloque a alguien con gran capacidad de organización y que controle los números, ya que es la persona que negocia con el Gobierno los presupuestos que tendrá la jefatura del Estado cada año.

'Megasupervisor'

Lo cierto es que en la actualidad la figura del jefe de la Casa del Rey es como una especie de 'megasupervisor', que informa, aconseja, asesora, escucha y sufre al Monarca y su familia. Consejero, valido, mano derecha, escudero, compañero, guardaespaldas e incluso paño de lágrimas (que se lo nieguen a Jaime Alfonsín tras pasar la etapa de Eva Sannum con Felipe).

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La lista de funciones del cargo es prácticamente infinita y esa es una de las razones por las que es "agotador. No tienes vida. Te tienes que olvidar de tu familia y amigos porque ahora te debes a otra familia, a la Real. Lo que nadie entiende es cómo Jaime ha aguantado tanto tiempo", confiesa la misma persona cercana a Zarzuela. "Es una relación de amor-odio total", termina.

Sin embargo, cada Rey mantiene un lazo distinto con su mano derecha. Por ejemplo, con el Emérito la comunicación era cuando él lo necesitaba. "Muchas veces era un continuo. Hablaban todos los días, horas y horas en el despacho, y otras veces, nada. Dependía de lo que estuviera pasando, de las urgencias y las necesidades. Con don Felipe es distinto, su conexión y comunicación con Jaime es continua y diaria", explica la misma fuente.

Donde tampoco ha sentado demasiado bien el nuevo nombramiento de la jefatura del Estado es en el Palacio de Santa Cruz. Aunque en Presidencia de Gobierno no le ven muchas pegas el nuevo jefe de la Casa, no opinan lo mismo en el Ministerio de Asuntos Exteriores, cartera con la que Zarzuela mantiene mucha más relación que con el resto debido a que el Rey es el máximo representante de España en el extranjero.

El ministro Albares no le tiene mucho cariño a Villarino, e incluso dicen que fue él quién lo vetó cuando su nombramiento como nuevo embajador en Moscú, Rusia, era ya un hecho. "Por eso nos hemos reído mucho cuando algunos medios han asegurado que se trata de una persona más cercana al PSOE. Camilo es un diplomático ejemplar, trabajador, responsable y un experto mediador, perfecto para ocupar este cargo. Y si hay que decir de qué lado pinta, desde luego viene de una familia cercana al Opus Dei, varias de sus hermanas han estudiado en la Universidad de Navarra, así que...", cuenta una fuente cercana al nuevo jefe de la Casa.

Lo cierto es que con el nombramiento de Villarino se abre una nueva etapa en Zarzuela. Promete una renovación de cargos (aunque algunos aseguran que no va a tocar ni comunicación, al cargo de Jordi Gutiérrez, ni protocolo, en manos de Francisco de Lizaur) para enfrentarse a los nuevos retos con los que se va a encontrar la Monarquía. El más importante, la completa incorporación de Leonor a sus funciones.