26 marzo, 2023 01:48

Familiares de Joseph Aloisius Ratzinger, si son capaces de leer en español y han llegado hasta aquí, manifiéstense. Da igual que no le visitaran desde hace décadas y que nunca mandaran al Vaticano un christmas por Navidad. Él llevaba una vida muy recogida al final de sus días, le sobraban regalos y le faltaban rencores. Probablemente él tampoco recordara a diario a aquellos primos suyos con quienes pudo montar en bici de niño o meter la mano en el goulash mientras estaba todavía en el fuego. El caso es que les están buscando. Se desconoce la cantidad que les puede tocar, pero, ¿quién se negaría a heredar ni que sea un souvenir que perteneció a un Papa?

No parece el método más ortodoxo para encontrar a nadie, aunque a los de Searching for Sugar Man participar en un documental les sirvió para encontrar a su ídolo. Después dijeron que aquello estaba todo preparado, si bien esa es otra historia y nos estamos desviando del tema. Hablábamos de la herencia de Benedicto XVI y de sus parientes desconocidos. El secretario personal del antiguo Papa, Georg Gaenswein, está tratando de repartir las últimas posesiones de su antiguo jefe y ha descubierto que hay más potenciales beneficiarios de los que se esperaba. 

“En un principio pensé que solo quedaban con vida dos primos y, sin embargo, han aparecido un total de cinco”, aseguró Gaenswein hace unos días, al terminar una misa, en unas declaraciones que recogió en exclusiva el periódico italiano Il Messaggero y que después fueron replicadas por diferentes medios. La mano derecha de Ratzinger añadió que aún tenía que ponerse en contacto con los posibles herederos para saber si aceptaban o no los bienes que le correspondiesen.

Durante sus últimos años Benedicto XVI se había preocupado más de poner orden en su relación con Dios que de su legado en la tierra. Dejó un testamento espiritual, una última reflexión sobre el catolicismo, pero no especificó qué quería hacer con su cartilla de ahorros. La última persona a la que estuvo verdaderamente ligado fue su hermano Georg Ratzinger, también sacerdote y director del coro de Ratisbona, quien murió en julio de 2020 con 96 años. Pocos días antes de su fallecimiento, Benedicto viajó a Ratisbona para despedirse de su hermano, en la que fue la última vez que salió del Vaticano. La otra hermana de Joseph, Maria, murió mucho antes, con 69 años, tras entregar su vida a servir a su hermano Georg.

Joseph Ratzinger no procedía de una familia de alta ralea. Su padre era oficial de policía y su madre, de la que se sospechaba que era hija ilegítima de un panadero, trabajaba como cocinera y sirvienta. El policía buscaba una buena muchacha, católica y esforzada en las labores del hogar, por lo que ambos contrajeron matrimonio en 1920 en el Estado de Baviera. Siete años más tarde, nacería el futuro Papa en el municipio bávaro de Marktl am Inn, muy cerca de la frontera con Austria.

Georg Ganswein despide a Benedicto XVI durante su funeral

Georg Ganswein despide a Benedicto XVI durante su funeral Europa Press

La pista de Baviera

Las labores para hallar a los últimos testigos de ese pasado humilde y rural las ha llevado a cabo el propio secretario de Benedicto, Georg Gaenswein, el hombre al que ligó su vida desde su llegada al Vaticano. En 2020, Gaenswein acompañó al anterior Pontífice desde Marktl am Inn a Ratisbona, donde Ratzinger fue profesor de Teología, en un viaje por sus orígenes. Fue entonces cuando surgieron esos otros primos de los que no se había sabido nada hasta ahora y que todavía están por contactar. Desde la diócesis de Ratisbona, que se ocupa de la administración religiosa de un vasto territorio, no han respondido a las preguntas de este medio.

Las únicas pistas las aporta el biógrafo del Papa alemán, el periodista alemán Peter Seewald. A través de correo electrónico, responde: “A lo largo de los años, el Papa Benedicto se mantuvo en contacto con sus familiares vivos, especialmente por la línea de su padre. Ratzinger padre tenía una granja en un pequeño pueblo de la Baja Baviera, que todavía sigue perteneciendo a la familia. La controla el hijo de un sobrino. Hasta su elección como Papa, Georg y Joseph tenían como costumbre visitar la granja en verano”. A través de un contacto en Alemania, EL ESPAÑOL ha tratado de localizar a la rama paterna de Benedicto XVI, pero nadie ha querido decir nada acerca de la herencia. Otro de sus primos, también sacerdote, murió el año pasado en un pueblo cercano a la ciudad de Passau.

"Aún queda algún primo vivo. La madre de Joseph tenía una panadería en la Alta Baviera, junto a siete u ocho hermanos. Es decir, los hijos de estos serían sus primos, y algunos de ellos lo llegaron a visitar en el Palacio Apostólico"

Peter Seewald, biógrafo de Benedicto XVI

[Benedicto XVI, un pastor entre lobos]

En cuanto a la familia materna, Seewald sostiene que “aún queda algún primo vivo. La madre de Joseph tenía una panadería en la Alta Baviera, junto a siete u ocho hermanos. Es decir, los hijos de estos serían sus primos, y algunos de ellos lo llegaron a visitar en el Palacio Apostólico [la residencia habitual de los papas en el Vaticano]. Se conocían desde la infancia”. El biógrafo de Benedicto menciona a un tío de Ratzinger, llamado Benno, que “le traía los regalos más bonitos por Navidad, incluido un belén” que el Papa siempre recordó. También a otro tío llamado Georg, que “emigró a Estados Unidos”. Algunos medios han especulado con que también podría haber alguno de estos primos perdidos en Australia.

Las identidades de cualquiera de ellos son, sin embargo, un absoluto misterio. La prensa alemana publicó hace algunos años un reportaje sobre dos de los primos del Pontífice alemán: Klothilde Kreutterer y Fritz Hegemann. Son los únicos nombres que han trascendido recientemente. Ambos contaban que desde que era niño ya se le veía vocación, pero que nunca fueron a visitarlo a Roma. Tampoco su relación debía ser demasiado estrecha. Hegemann murió en 2013, aunque tiene una hermana viva en una residencia en Múnich. Las últimas noticias que hubo de Klothilde Kreutterer datan de 2016, cuando la prensa local la entrevistó después de que le hubieran robado el bolso. Vivía en un pueblo bávaro llamado Schongau, de unos 12.000 habitantes, en uno de los Estados más ricos de Alemania. Probablemente esto sea lo más escabroso que se puede encontrar en un sitio así, aunque llevar el apellido Ratzinger en el árbol genealógico también suele atraer a los periodistas. 

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EuropaPress_4906648_papa_reza_ataud_benedicto_xvi Europa Press

La sombra de los abusos

Ahora, eso sí, ninguno ha (hemos) logrado que nos atiendan ninguno de los últimos primos de Benedicto. Una de las razones por las que su herencia podría resultar un regalo envenenado era que su aceptación podría acarrear futuras deudas. La Fiscalía de Múnich estaba investigando la posible implicación del entonces cardenal Ratzinger en el encubrimiento de varios casos de pederastia mientras era arzobispo en Múnich y Freising, entre 1977 y 1982. Imagínense que uno acepta heredar unos ahorrillos de un Papa y le cargan con una indemnización millonaria por un escándalo de abusos de hace más de 40 años, que no está la Iglesia para bromas. En España, por ejemplo, se rechaza el 15% de las herencias por temor a contraer deudas. Pero precisamente esta semana la Justicia alemana ha archivado la investigación al considerar que no había “sospechas suficientes” contra Ratzinger y que, en caso de existir, habrían prescrito. 

Imagínense que uno acepta heredar unos ahorrillos de un Papa y le cargan con una indemnización millonaria por un escándalo de abusos de hace más de 40 años, que no está la Iglesia para bromas

[Archivada la investigación contra Benedicto XVI por complicidad en abusos al faltar "indicios concretos"]

Resuelta esta problemática, queda por aclarar lo más importante del asunto: de cuánto estamos hablando realmente. Fuentes cercanas a Ganswein aclaran que entre la herencia no están los derechos de autor que pudo generar Benedicto XVI a través de la venta de sus libros de contenido teológico, como tampoco los derivados de los cuatro libros que publicó junto al periodista Peter Seewald. No se trata de ninguna nimiedad. 

La fortuna de los derechos de autor

“Benedicto XVI fue un superventas, su éxito editorial no conoce de crisis. En 1968 publicó su primer escrito, Introducción al cristianismo, que vendió en pocos meses 50.000 copias y se tradujo a 24 idiomas”, señala Gian Maria Vian, ex director de L’Osservatore Romano e historiador de la Iglesia. Vian, que estuvo al frente del diario oficial vaticano durante todo el pontificado de Benedicto y trabajó mano a mano con él, sostiene que “su gran aportación fue su legado teológico e intelectual, nunca un Papa ha vendido tantos libros”. Fueron centenares de miles a lo largo de toda su vida, aunque de su venta no se benefició tanto el Vaticano como las editoriales que lo comercializaron.

El Papa no recibe un sueldo por ejercer de Vicario de Cristo. Aunque es cierto que el Vaticano funciona como un hotel con todos los gastos pagados, incluidas dietas y desplazamientos. No se sabe cuánto podía tener en la cuenta el Papa emérito, que vivió durante sus últimos años en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, siguiendo el ejemplo de austeridad impuesto por Francisco. Uno de los pocos que tiene acceso a la cartilla y conoce esa cifra es monseñor Gaenswein.

Benedicto XVI saluda a los fieles en Castel Gandolfo

Benedicto XVI saluda a los fieles en Castel Gandolfo Europa Press

El custodio de los secretos

El todavía prefecto de la Casa Pontificia, la pequeña corte que se encarga de facilitarle la vida a los papas, se convirtió desde hace tiempo en una piedra en el zapato para Francisco. Bergoglio lo considera un urdidor de tramas y conspiraciones para dividir a la Iglesia entre sus seguidores y los de Ratziger, por lo que el Papa argentino lo relegó de su cargo y limitó sus labores al cuidado del Benedicto mientras vivía. Esta semana el portal español Religión Digital publicó que Gaenswein sería nombrado próximamente nuncio -embajador vaticano- en Costa Rica, aunque no existe confirmación oficial. Ahora que Benedicto ha fallecido y sin más responsabilidades oficiales, su secretario personal sigue ocupándose de la gestión de su muerte.

[Las memorias del secretario de Benedicto XVI sacuden al Vaticano por sus críticas a Francisco]

Según recoge la prensa italiana, Gaenswein asegura que los pequeños objetos personales de Benedicto ya se han entregado a colaboradores, asistentas, sacerdotes y amigos, según una lista elaborada por el propio Papa. Esto sí lo habría dejado por escrito. El resto de textos han sido destruidos, por lo que no habrá ni más libros póstumos ni futuros derechos de autor. El secretario personal de Benedicto publicó recientemente sus propias memorias, Nada más que la verdad, en las que ahonda en las diferencias teológicas entre los dos pontífices. La mano derecha de Benedicto siempre ha llevado sus asuntos con absoluta opacidad y una herencia secreta con familiares fantasma no podía ser menos.