Florentino Pérez dio ayer un golpe sobre la mesa al conseguir que el Real Madrid, acompañado por Barcelona, Athletic y un equipo de Segunda, pueda mantenerse al margen del temerario acuerdo firmado por La Liga y el fondo de capital riesgo CVC.

Un acuerdo con apariencia de rescate que compromete una décima parte de los derechos de televisión de los clubes y del resto de negocios de la competición durante medio siglo a cambio de una lluvia de millones instantánea. La verdadera razón del apoyo de 38 de los 42 equipos profesionales españoles.

Muchos de ellos, por cierto, sin siquiera capacidad económica para inscribir a sus nuevos fichajes respetando los límites salariales marcados por La Liga. Esos equipos han optado, en fin, por coger el dinero y correr sin pensar en las consecuencias para el club (o de la empresa) cuando ya no estén.

Resulta evidente que el anuncio de la querella del Real Madrid ha obligado a Javier Tebas a pensarse dos veces su posición y ensanchar la manga.

El fondo del asunto es la posible ilegalidad que supone vender parcialmente y como propios unos derechos de televisión que pertenecen a los clubes y no a la patronal. Algo que también alegó la propia Federación.

Queda en el aire un proyecto que, sin los buques insignia del fútbol nacional, plantea alguna duda razonable. ¿Le siguen saliendo las cuentas a CVC sin los ingresos de los dos mejores equipos de España?

La victoria de la sensatez

La victoria arrancada por Real Madrid, Barcelona y Athletic no es únicamente un logro de los clubes que responden ante sus socios y no ante los inversores de su sociedad anónima deportiva. Es, en último término, la victoria de la sensatez y de la defensa real de los intereses de los socios.

Unos intereses que se han visto atacados por el presidente de La Liga con un acuerdo que deja al desnudo un hecho no precisamente menor. ¿Es razonable que una marca margine en la negociación a los dos activos que justifican su valor?

¿Qué justifica que Tebas negociara un acuerdo con CVC contando con los ingresos que generan Real Madrid y Barcelona, pero a hurtadillas y sin el consentimiento de los mismos?

Más, si cabe, cuando los dos gigantes de la competición son quienes permiten que el reparto de los derechos televisivos sea conjunto y no por separado (en este último caso, ambos podrían obtener ingresos probablemente muy superiores a los actuales). El Real Madrid, por ejemplo, calcula ese beneficio en 500 millones anuales. Algo que contrasta poderosamente con los 156 millones que ingresó la pasada temporada.

La temeridad de Tebas

La aventura de Tebas se enfrenta, ahora, a la realidad. La reunión asamblearia de ayer se resolvió con el nacimiento de dos marcos de derechos y obligaciones distintos (uno para 38 equipos y otro para cuatro). Pero en absoluto despoja de motivos a Real Madrid y Barcelona para querellarse.

La temeridad del presidente de La Liga deja también numerosas incertidumbres. ¿Podrá llevarse finalmente a cabo un proyecto sin las estrellas de la película? ¿Le salen las cuentas a CVC para mantener unas condiciones iniciales que incluían a los 42 equipos, y sobre todo a los dos principales de esos 42?

¿Cuenta el fondo CVC con el riesgo de que Real Madrid y Barcelona se embarquen en una Superliga, una decisión que hundiría el valor de los derechos audiovisuales de la competición nacional?

¿Qué ocurrirá con los equipos que, contando con la inyección de capital, rompan el juego limpio financiero y aumenten su deuda con un dinero que no está garantizado?

En este contexto, la patronal y el fondo británico se han dado hasta noviembre para perfilar un acuerdo que nace tocado y que deja en evidencia a distintas instituciones.

Si bien la Federación ha actuado con sensatez y coherencia, el CSD (y el Gobierno, por extensión) se han puesto incomprensiblemente de perfil cuando debían defender el espíritu de la ley. Es decir, el del decreto aprobado en 2015 y que establece que la propiedad de los derechos audiovisuales pertenece a los clubes, y a La Liga la gestión de la venta conjunta de los mismos. 

La inacción del Gobierno ha tenido que ser subsanada por el Real Madrid parando los pies a Tebas en la asamblea. Queda por ver si también lo deberá hacer en los tribunales.