El borrador del sexto informe sobre el estado del clima hecho público ayer lunes y elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU afirma que España podría ser víctima de eventos extremos que repercutirían de forma grave en los ciudadanos y en su calidad de vida.

El informe señala de forma específica a nuestro país como ejemplo de territorio en el que los efectos provocados por el cambio climático podrían ser más graves.

Según el informe, las temperaturas podrían llegar a aumentar 3ºC y la del mar Mediterráneo, superar los 20ºC. Algo que provocaría un aumento muy elevado de la demanda energética, especialmente por las necesidades de refrigeración. 

El informa señala como causa indudable de ese cambio climático la actividad humana y los cambios que esta ha generado en la atmósfera. 

Las consecuencias a largo plazo serían, siempre según el informe, concretas y tangibles. Veinte días más al año de los habituales con temperaturas superiores a los 35ºC y entre cinco y diez con temperaturas superiores a los 41ºC. Las temporadas frías desaparecerían paulatinamente y eso tendría un impacto significativo en la agricultura y los bosques, que deberían adaptarse a un nuevo clima mucho más cálido. 

El Mediterráneo, afectado

El informe señala las regiones mediterráneas entre las más afectadas por el cambio climático. Se habla de sequías periódicas (una entre cada dos y cinco años) que impedirían satisfacer la demanda de agua de los ciudadanos y provocar cortes temporales o racionamiento del suministro

El informe se apoya en los recientes incendios, como el de Grecia, para afirmar que este tipo de desastres podrían ser cada vez más habituales dado que las condiciones serán en el futuro las ideales para su proliferación. 

En cuanto a nuestras costas, estas podrían sufrir un aumento del nivel del mar de medio metro o incluso de 1,8 metros en determinadas circunstancias. La línea de playa retrocedería o desaparecería y las inundaciones costeras se multiplicarían.

En general, el informe habla de una España cada vez más cálida y seca. En otros países europeos, sin embargo, el cambio climático podría impactar de forma diferente. En Francia o Alemania, por ejemplo, lo haría con más frío y humedad. 

Proyecciones ajustadas

Las conclusiones del informe deben, sin embargo, matizarse. Porque los escenarios que plantea el borrador son proyecciones especulativas a partir del nivel actual de emisiones de gases de efecto invernadero. 

Proyecciones ajustadas además a las circunstancias y al clima de cada región, como demuestra el hecho de que las previsiones para Francia y España (así como para el resto de países mediterráneos) sean tan diferentes. 

Entre los partidos políticos españoles, las posturas en relación con el cambio climático suelen ser unánimes, con la consabida excepción de Vox, que lo considera un fraude masivo que busca el decrecimiento económico, tecnológico y poblacional de Occidente. No ha sido diferente en el caso de este informe.

Edmundo Bal, de Ciudadanos, ha llamado a adoptar medidas urgentes. Íñigo Errejón, de Más País, ha calificado de "preocupante" su contenido. Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, ha llamado a "actuar con rapidez". 

Con mayor o menor convencimiento, todos los partidos (salvo Vox) reconocen que la reducción de las emisiones globales es un objetivo deseable en sí mismo.

Y eso, independientemente de que las previsiones de la ONU sean más o menos precisas y de que el cambio climático sea, como dicen sus expertos, un problema existencial que amenaza la misma existencia de la raza humana o, como afirman algunos científicos que aceptan su existencia, pero no el alarmismo de algunas proyecciones especulativas, un problema a largo plazo y manejable con la tecnología actual.