"Si es por ellos [Bildu], habrá investidura". El entrecomillado es lo suficientemente ilustrativo del nuevo tiempo que se avecina. Resume el sentir de la delegación del PSOE que este martes se ha reunido con los proetarras, y que ha salido convencida de que puede contar con sus votos para la investidura de Sánchez e incluso para momentos clave de la legislatura.

Cuando desde el PSOE se negocia el Gobierno de España con los herederos de Batasuna, se cruza una línea roja que nunca antes en la Historia de la Democracia se había traspasado. Todo empezó en Navarra, cuando la socialista María Chivite no dudó en echar mano de Bildu para alcanzar la presidencia del Ejecutivo foral con la aquiescencia de Ferraz.

Blanqueamiento

Pero el blanqueamiento de los batasunos comenzó incluso antes, con aquella foto para la vergüenza en la que la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia, despachaba amigablemente con Arnaldo Otegi en torno a una comida navideña.

Hoy cobran especial relevancia las palabras que la madre de Joseba Pagazaurtundua, Pilar Ruiz Albizu, dirigió al entonces líder del PSE, Patxi López, cuando el Gobierno de Zapatero negoció con ETA el cese de la violencia: "Patxi, dirás y harás cosas que nos helarán la sangre". 

Junqueras-Otegi

Cuando media España anda sobresaltada por el hecho de que el líder del golpe separatista ponga precio desde la cárcel a su apoyo a Sánchez, conocemos que en la ecuación del todo vale socialista suman también los proetarras.

El PSOE está jugando con fuego. Por más vueltas que le dé, difícilmente va a convencer a los españoles de que su "Gobierno de progreso" es compatible con depender de separatistas y amigos de los violentos; pero menos aún que PP y Ciudadanos son peores compañeros de viaje que los chicos de Junqueras y Otegi.