Etxarri Aranatz, el pueblo navarro de 2.500 habitantes gobernado por Bildu vuelve a acoger hoy un acto ignominioso, impropio de una sociedad moralmente sana. Se trata de seguir con la tradición del "Tiro al fatxa" -ahora se le ha cambiado el nombre por el de "Día del inútil"-, una jornada en que se arremete contra imágenes que representan personas o instituciones relacionadas con España.

En este particular festival del odio participan desde niños a adolescentes y adultos, y todo ello en un tono lúdico, de alegría y aparente normalidad, lo que da al acontecimiento un cariz siniestro y hasta macabro.

Verdugos

Etxarri Aranatz ha sido escenario de algunos de los episodios más repugnantes de la historia reciente de España. Ahí asesinaron en la Transición al exalcalde Jesús Ulayar en presencia de su hijo de 13 años. Después, sus verdugos han sido homenajeados y en el lugar del crimen se pusieron contenedores de basura, a modo de mofa.

Los ataques a la imagen de España de los ciudadanos de Etxarri Aranatz se reproducen cada año aun cuando en el municipio gobiernan a sus anchas y desde hace más de dos décadas los herederos de Batasuna. Y la Justicia española, pese a los reiterados requerimientos de los colectivos de víctimas y sindicatos policiales para prohibir actos de humillación y exaltación del terrorismo, ha venido permitiendo los aquelarres del odio, haciendo prevalecer el derecho a la libertad de expresión.

Nacionalismo

El caso de Etxarri Aranatz es el ejemplo perfecto de a dónde conduce el nacionalismo. Un lugar en el que no se acepta a quien piensa diferente, se persigue a todo el que se desmarca del pensamiento único y no se respeta a las minorías. Un lugar donde no existe la libertad.

La socialista María Chivite ha llegado al Gobierno Foral gracias a la abstención del partido que es dueño y señor de Etxarri Aranatz, y siempre tendrá esa mancha en su currículum. Ojalá haga todo lo que esté en su mano para que la convivencia y la libertad lleguen a todos los rincones de Navarra.