Finalmente, el Gobierno de Sánchez ha cedido y tendrá el enésimo gesto con el separatismo sólo un día después de recibir el ultimátum a sus Presupuestos. Este martes hemos conocido que el Ejecutivo está dispuesto a ofrecerle al independentismo un formato de negociación similar al que usó Zapatero con ETA, es decir, con la presencia de un verificador

Pocas horas después de que la vicepresidenta del Gobierno aceptara las condiciones de Junqueras y de Torra, trascendían las 21 exigencias que el presidente de la Generalitat le trasladó a Sánchez tras la "cumbre bilateral" del pasado diciembre. El documento es en realidad una hoja de ruta similar a la llamada alternativa KAS alentada por el mundo abertzale en la Transición. Las 21 medidas de Torra se resumen en el intento de separar una Cataluña democrática de una España franquista.

Notario

El Gobierno pretende transitar por estas arenas movedizas haciendo trampas con el lenguaje, pero ni siquiera los socialistas se ponen de acuerdo sobre la terminología: ¿coordinador?, ¿notario?, ¿relator?, ¿mediador? ¿verificador? Si por la mañana Iceta hablaba de la figura de "un notario" para las negociaciones, por la tarde Carmen Calvo se refería a un "coordinador". Todo para justificar lo injustificable

Más allá de pruritos semánticos, de lo que no cabe duda es de que el Gobierno ya ha regalado al independentismo la victoria moral y la propaganda que necesita para seguir fortaleciendo a su parroquia y para vender en el exterior que entre Cataluña y España hay un conflicto que requiere de mediación.

Jerarquía

Estamos ante una rendición irreparable y sin precedentes. Es intolerable que se violente el principio de jerarquía de un Estado, de manera que el Gobierno central tenga que recurrir a verificadores para dialogar con un Ejecutivo regional. En 40 años de democracia no se había visto nada igual.

El nacionalismo logra el relato que quería, y lo hace en vísperas del juicio del procés.  Sánchez, con tal de seguir en la Moncloa, es capaz de arrodillar al Estado y hacerlo, además, ante notario. Realmente, el separatismo le tiene bien tomada la medida.