El anuncio por entregas de la disolución de ETA cerrará hoy su último capítulo en el sur de Francia con una ceremonia final a la que asistirán los autodenominados mediadores internacionales y representantes de partidos políticos, caso del PNV, Bildu y Podemos. Su papel será de mera comparsa en un acto al que los organizadores han pretendido dar la máxima trascendencia.

Tomás Serrano

Tomás Serrano

La realidad es que el otrora esperado anuncio del final de la banda ha sido recibido con indiferencia y frialdad entre la mayoría de los españoles. Hace unos años, la  noticia habría tenido una repercusión enorme, pero ETA ha dejado de estar entre las preocupaciones de los ciudadanos, como refleja el CIS desde hace tiempo. Su último asesinato se remonta a hace ocho años en Francia. El fin de ETA ya estaba descontado por los ciudadanos.

Momento de las víctimas

Ese desdén general hacia lo que digan o hagan el puñado de etarras que permanecen huidos supone la segunda derrota de la banda, que ya fue vencida por la acción de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Si ETA dejó de matar y ahora se disuelve no es por voluntad propia ni por un acto de arrepentimiento: sencillamente está acabada. Así pues, nada hay que agradecerle.

Es este, sobre todo, un momento para reparar de nuevo en las víctimas del terrorismo y reconocer su sufrimiento y entereza. Fueron asesinadas, heridas, torturadas, secuestradas y maltratadas por sus ideas o por defender nuestro Estado de derecho y han sido un ejemplo de dignidad para todos. Ahora la sociedad debe implicarse en la tarea de evitar por todos los medios que el nacionalismo imponga ese relato en el que equipara torticeramente a víctimas y verdugos.  

Escenario de autodeterminación

Por otra parte, hay que tener presente que el último acto propagandístico de ETA no es el punto final de la lucha contra lo que la banda representa. Sus miembros y quienes les han alentado trabajan ya en "un nuevo ciclo" en el que pretenden alcanzar el reconocimiento de un derecho de autodeterminación que no cabe en nuestro ordenamiento jurídico.    

Como advierte hoy el exministro Jaime Mayor Oreja en las páginas de EL ESPAÑOL, el proyecto de ruptura de ETA continúa en el País Vasco y Navarra, pero "está más desarrollado que nunca en Cataluña", y "avanza" en otros puntos de España. Por eso los Poderes del Estado deberán actuar con firmeza y determinación y estar a la altura de lo que se espera de ellos. Están en juego la libertad y la igualdad de todos los españoles.