El deseo expresado por Miquel Iceta en la campaña de las elecciones catalanas de que, llegado el momento, hubiera indultos para los impulsores del golpe separatista, acaba de materializarse -salvando todas las distancias- al otro lado del Atlántico y en medio de un gran escándalo político.El presidente del país, Pedro Pablo Kuczynski, ha indultado al exdictador Fujimori alegando "razones humanitarias".

Hay que decir que en la balanza de Kuczynski no ha pesado tanto la inspiración misericordiosa del día de Navidad como la necesidad de ganarse al Parlamento, con mayoría de fujimoristas. Estos, estuvieron a punto de destituirlo la semana pasada y le han hecho la vida imposible desde que llegó a la presidencia, aún no hace año y medio. Si la decisión del presidente de Perú es pan para hoy y hambre para mañana, es algo que pronto sabremos.

Dudas sobre su estado de salud

Fujimori, de 79 años, llevaba diez en la cárcel, pero aún le quedaban por cumplir otros 15. Fue condenado por delitos de homicidio y secuestro. Su excarcelación, por motivos de "enfermedad progresiva, degenerativa e incurable", está siendo muy cuestionada. Y es así porque no está claro que esté en las últimas y tiene un trato privilegiado en la cárcel, que incluye, entre otras licencias, asistencia médica personal las 24 horas del día.

El anuncio del indulto, no por esperado tras días de rumores, ha caído como una bomba en Perú, al menos en la parte del país que se declara abiertamente antifujimorista, que para más inri es la que le dio la victoria en las urnas a Kuczynski. En las elecciones presidenciales, el candidato conservador venció en la segunda vuelta por sólo 40.000 votos a Keiko, hija de Fujimori, pese a que en la primera ronda ésta le aventajó en 16 puntos.

Símbolo en América Latina

El caso Fujimori era un símbolo para la Justicia en América Latina, castigada por multitud de dictadores que siempre encontraron la forma de burlarla. El expresidente, elegido democráticamente, dio un autogolpe en 1992 para imponer una autocracia. Pero finalmente pudo ser juzgado y condenado por sus crímenes. Ahora, la decisión del Gobierno peruano acaba con ese espejismo de que un dictador latiniamericano pueda acabar sus días entre rejas.

Kuczynski, un prestigioso economista que pretendía ser recordado como un presidente que dinamizó el país, ha traicionado a sus electores y va a pasar a la historia por ser el hombre que indultó a Fujimori. Una buena lección, también para este lado del océano.