Como es lógico, Convergència (ahora PDC) se ha quedado sin grupo propio en el Congreso de los Diputados por primera vez en su historia y pasa a integrarse en el Grupo Mixto. Sorprende, en cambio, que esa decisión haya sido adoptada sólo con los votos de los dos miembros de Ciudadanos en la Mesa, pues PP, PSOE y Unidos Podemos no se opusieron al propósito de los independentistas.

No cabe ser generoso ni mirar para otro lado con quienes tienen como principal objetivo destruir nuestro país y nuestro modelo de Estado. Hemos visto esta misma semana cómo el partido de Artur Mas decía no darse por aludido por el acuerdo del Tribunal Constitucional que suspende la última resolución del Parlament encaminada a logar lo que los separatistas denominan "desconexión" de España.

¿Qué pensarán los miembros del Alto Tribunal que han hecho el esfuerzo de reunirse en agosto, fuera del calendario ordinario, para responder al órdago separatista, al ver cómo los diputados del PP y del PSOE se ponen a silbar y se abstienen en el Congreso ante el primer envite de los independentistas?

El Reglamento

Pero es que encima el Reglamento del Congreso es claro: no pueden tener grupo propio los partidos que no han obtenido 15 diputados, o un 15% de sufragios en todo el Estado o ese mismo porcentaje en cada una de las circunscripciones en las que se han presentado. El PDC no cumplía uno solo de esos requisitos.

El paso al Grupo Mixto le supondrá a los independentistas dejar de ingresar cerca de un millón y medio de euros en subvenciones y una notable pérdida de protagonismo en la Cámara, al reducirse el tiempo de sus intervenciones. ¿En qué creen populares y socialistas que los separatistas iban a emplear ese dinero y ese tiempo? Desde luego, no en tender puentes con los partidos constitucionalistas ni en defender el interés general de España.

Pacata abstención

Francesc Homs, el portavoz de los convergentes en el Congreso, no ha agradecido precisamente la pacata abstención del PP y del PSOE y ha corrido a explotar el victimismo. "Nos pueden impedir tener grupo, pero no nos van a quitar los ocho diputados", ha manifestado, como si aplicarles la norma fuera un agravio y un capricho. 

La tibia posición del PP y del PSOE con Convergència carece de justificación alguna en este momento y sólo parece responder a un tacticismo miope relacionado con la posibilidad de necesitar sus votos en algún momento, como antaño. Sin embargo, lo único que han conseguido Rajoy y Sánchez ha sido dar un triunfo a Ciudadanos, que aunque solo, ha hecho que prevalezcan el Reglamento y la coherencia política.