Cuadro al óleo de Fernando Arrabal.
Manuscritos: la 'cacho-estilográfica' de Jim Morrison
El dramaturgo Fernando Arrabal, último gran genio del siglo XX, escribe cada domingo en EL ESPAÑOL, recordando sus vivencias con las mayores figuras de la cultura universal.
Ya casi nadie me escribe a mano. Incluso yo mismo. Mis últimos sonetos, mis últimas obras de teatro, o sobre todo mis arrabalescos o poemas plásticos, los escribo con el Mac.
Sólo escapan mis dibujos y cuadros.
Pero a veces pego detrás del dibujo o lienzo una información fruto de mi Mac.
Un ministro actual me escribió (manuscritamente) con tinta azul. Intento estar a su altura sin lograrlo. Llevo, pues, la pera sin responderle. ¡Mil perdones!
[El cuadro llegó a Madrid, según la agencia de transporte, el 2 de julio, con los otros dos].
El inolvidable y deslumbrante Jim Morrison me regaló un cacho-estilográfica.
[¿Por qué decimos cacho en este caso?].
Tan gigantesca e inservible que la he colgado en un poema plástico de una de sus fotos firmadas.
Hay que ver lo que sabía de surrealismo. Mil veces más que Maurice Nadeau u, obviamente, que yo mismo.
Pensar que me apiadé de las súplicas de Alain Bashung (actor del Cementerio) y le di tres de sus/mis libros de bibliofilia.
El presidente Emmanuel Macron me escribió manuscritamente, y me entusiasmó, el 13 de noviembre de 2017. Por su "homenaje en viva connivencia" de la madre Mercedes: "su maestra y mediadora, un elogio a la capacidad emancipadora del saber".
El presidente Mitterrand manuscrita e inmediatamente (pluma o boli) me respondió con humor. Muy seriamente: "Tiene usted razón de pedir la legión de honor para…, pero yo soy sólo presidente y no tengo ningún poder en La Grande Chancellerie de la Légion d’Honneur".
Y mi amigo fue legionario.
En España únicamente el vicepresidente Alfonso Guerra tomó la iniciativa en su día de escribirme manuscritamente por uno de mis libros. Le respondí y le pregunté por favor si tenía noticia del final de mi padre. Fue a visitar los archivos de Salamanca y me dijo:
– Su padre, teniente de Infantería, era muy amigo del alcalde socialista de Melilla, Antonio García Vallejo, pues salían a pintar frente a la montaña de Rostrogordo.
Antonio García Vallejo fue fusilado el 17 de julio. A mi padre, retenido en una celda por algunos de sus compañeros (insurrectos) de Academia, los admiradores de sus cuadros le pidieron que reflexionara.
Mi padre, media hora después, llamó a sus excompañeros para decirles que ya había reflexionado y que no podía quebrantar sus juramentos.
Inmediatamente fue llevado al presidio de Rostrogordo de Melilla. Días después, a El Hacho de Ceuta, donde será condenado a muerte. Un año después serán amnistiados los oficiales de rango inferior a comandante. Y comenzará el encierro incomunicado hasta escapar del presidio de Burgos en 1941.
Un funcionario de la cárcel me comunicó cordialmente que se representa entre rejas, por internos, pic-nic.
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Cinco seudo-arrabalescos para manuscritos:
"No hagamos historias ¿y menos aún la Historia?"
"Cómo tirita el visillo ¿con el zumbido remoto?"
"El avestruz frente al trance conminatorio ¿oculta su testuz?"
"Adivino espectros ¿en objetos?"
"Tan chusco e hilarante ¿lo hondo?”
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Tres poemas plásticos:
Poema plástico 1 de Fernando Arrabal.
Poema plástico 2 de Fernando Arrabal.
Poema plástico 3 de Fernando Arrabal.
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Hasta la próxima semana, si Pan me presta vida.