David trabaja. Mucho. De día como repartidor de Amazon y de noche como camarero en un VIPS. Dos trabajos que compagina como puede para llevar dinero a casa y sacar a su familia adelante.

Todo esto lo sabemos porque un vídeo de David, alias Nano Jr, un joven de 22 años, se ha hecho viral en TikTok. En él plantea a los chicos de su edad "una pregunta muy seria" que, sin embargo, también podríamos hacernos más de uno.

"Si tú vienes de una buena familia, que tienen dinero, te dan tu paga, te compran tus cosas... No te falta de nada, ¿por qué dejas el Instituto? ¿Por qué te gastas el dinero que te dan tus padres, que ellos sí trabajan de verdad, en porros, fiestas? ¿Por qué si no te falta de nada vas como si fueras de barrio?".

Héroe, crack, modelo a seguir, valiente. Estos son algunos de los apelativos que han acompañado al vídeo en su travesía por las redes sociales hasta llevar a su protagonista al plató de Ana Rosa Quintana o a un programa de Canal Sur. Además, en este último y en directo, un empresario andaluz le regaló a un David que rompía a llorar un coche para poder llegar sin agobio a sus dos trabajos. A ver quién se atreve a decir ahora que las redes sociales no son un lugar en el que pasan cosas buenas.

Pues tendré que ser yo. Porque, como suele pasar con todo fenómeno que adquiere eco en la plaza pública y que crece como la espuma –tan emocionante, tan heroico, tan bonito–, poco a poco, igual que le pasa a la espuma, va colapsando. Hasta convertirse en una fina capa pegajosa que deja a la luz la otra cara de la moneda.

Porque, según se comenta, David no es un héroe, sino una víctima. En concreto, una víctima del capitalismo.

Este repentino giro en el guion puede sorprender, pero ya lo dejó escrito Daniele Giglioli en su obra Crítica de la víctima: la víctima es el héroe de nuestro tiempo. Y aunque David no se entienda a sí mismo como tal, no han faltado quienes le han convertido en una víctima del sistema para poder auparle posteriormente como lo que ya se le tenía. Porque un héroe es aquel que se distingue por realizar una hazaña que se considera de valor. Y habría que estar cegado para no ver que esta lo es.

¿Se podría decir que David es ambas cosas, héroe y víctima? Se podría. Porque a David se le ha convertido en víctima de su propio heroísmo. Estamos de acuerdo en que ningún chaval de 22 años debería encontrarse ante la tesitura de tener que elegir entre trabajar de sol a sol para sacar a su familia adelante o seguir estudiando y no llevar ni un euro a casa. El Estado de bienestar no debería ser esto. Sin embargo, la vida sí lo es. Y pretender que sea otra cosa es vivir en un mundo de unicornios y purpurina.

Tener valor o no tenerlo, asumir responsabilidad o no asumirla, ser valiente o no serlo, quejarse o seguir. Ir a contracorriente de la tendencia generalizada al lamento y victimismo, o atarte los machos y hacer lo que toca. Estas son las cuestiones de fondo.

También el para qué trabajas. Y por quién.

Y David lo ha dejado muy claro. Todo lo hace por su familia, porque "nunca les va a faltar de nada". Si esto no es heroísmo, que alguien me explique qué lo es.