La derecha que a mí me interesa es más pragmática que gritona y elige a señores con gafas que si quieren emociones fuertes hacen el crucigrama del domingo. Tipos que no llegan a un ministerio para ser portada de Vogue, ni de nada.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. EFE

La derecha que yo quiero sabe lo que es una corbata, el decoro institucional y sobre todo no busca simplificar la Constitución. Porque en abreviar la Carta Magna es donde coinciden todos los populismos.

Feijóo tiene gafas, usa corbata (menos cuando la cambia por un jersey de cuello vuelto, que sólo significa que acabará escribiendo una novela erótica en vez de unas memorias cuando deje la política) y uno diría que sabe lo que es la Constitución.

Por eso no entiendo que presente 59 propuestas bastante acertadas para los 100 primeros días de gobierno si llega a la Moncloa y una, la de la lista más votada, que eclipsa todo el trabajo anterior.  

Que gobierne la lista más votada se le podría haber ocurrido igual a Pedro Sánchez desayunando hace cuatro años, pero se le ocurre a Feijóo para que le libren de Vox legalmente si no le salvan los votantes.

Con cuatro o cinco partidos presentándose a las elecciones municipales, los hay que ganan por la mínima y, aunque hicieran alcalde a su candidato, ¿con qué apoyos va a aprobar presupuestos después? Así volveríamos a esta Españita modernísima en la que las legislaturas duran 90 minutos para darle más emoción.

A Feijóo le preocupa su derecha, como si su izquierda no le quisiese devorar. La política es un asunto de caníbales y el problema fue hacer creer al electorado que a los candidatos se los puede amaestrar primarias mediante. O quitarles las ansias de poder a base de hamburguesas de tofu.

Que gobierne la lista más votada es el hit con el que nos la van a pegar de aquí a mayo. Lo de Shakira, pero con Alberto Núñez Feijoo despechado porque nadie quiso hacerle caso.

[Editorial: Feijóo promete borrar la huella de Sánchez en las instituciones]

Lo de la lista más votada es la última genialidad del PP que, desde que no está Arriola, se fía de las galletas de la suerte con tal de que alguien les diga lo que tienen que hacer. Ahora les han dicho que hay que distanciarse de Abascal.

Lo que nadie les ha explicado es quién le va a aprobar nada una vez alcance los gobiernos municipales, en caso de que sea por la mínima, si no es Vox, y con Ciudadanos extinto y previsiblemente sin representación.

Quizá piensa Feijóo que lo hará Pedro Sánchez por compasión.  

Lo de RTVE era una gran idea, lo del debate sobre el estado de la nación, incluso lo de sentarse semestralmente con el líder de la oposición. Pero que gobierne la lista más votada es pan para hoy e inestabilidad para mañana.