El embajador en Kabul, adiós a Merkel, Ferré el imitador y los 65 años de Alfonsín.

El embajador en Kabul, adiós a Merkel, Ferré el imitador y los 65 años de Alfonsín. Tomás Serrano

EL BESTIARIO

El embajador en Kabul, adiós a Merkel, Ferré el imitador y los 65 años de Alfonsín

La jubilación de Jaime Alfonsín, el fin de Merkel, el embajador Ferrán y el imitador Ferré; la autora comenta lo más destacado de la semana a través de sus protagonistas.

22 agosto, 2021 02:25

Jaime Alfonsín 

Tomás Serrano

El jefe de la Casa del Rey alberga una biografía notable desde que se convirtió en abogado del Estado, una vocación con más bombo y platillo que la de ingeniero de caminos, canales y puertos.

Jaime Alfonsín nació en Lugo y cubrió en Madrid sus expectativas profesionales. Estudió en la Universidad Autónoma y después ingresó en la Abogacía del Estado, prestando servicio en el Tribunal Supremo, el Ministerio de Presidencia y la Comisión Europea, antes de asumir en 1995 la secretaría del príncipe Felipe.

Lo recuerdo silencioso y apacible, un poco apartado del resto, como si necesitara unos metros de más para ver la vida con perspectiva.

Alfonsín camina dos pasos por detrás del Rey y apenas habla, lo que le ha valido el apelativo de 'mudito', o lo que viene a ser igual, de 'gallego'.

En su día, relevó a Rafael Spottorno, y alguien no desvelado relevará a Alfonsín, que este mes cumple 65 años, la edad definitiva. Después de 26 años, su tiempo junto a don Felipe se está acabando. Y este hecho lo conocen los Reyes y algunos de sus íntimos. Pero aún no han empezado a circular las quinielas sobre el sustituto.

Angela Merkel

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50 merkel Tomás Serrano

Se va el caimán. Me refiero a Merkel, y lo digo cantando para alegrarle la despedida. La echaremos de menos en el universo de la mediocridad reinante. Seguro.

Hay muchas Merkel en una. Yo me quedo con la que nos visitó hace siete años cuando, sin dejar de resoplar, acometió la proeza de hacer el tramo final del Camino de Santiago junto a Mariano Rajoy. Por cierto, qué paso tan ligero el de ambos: parecían soldados haciendo la instrucción.

El santo no fue lo único que atrajo la atención de Merkel. No solo se dio a la caminata. También a los percebes y los pimientos de padrón, dos grandes descubrimientos de su paso por Galicia.

El espectáculo era inenarrable. Por cada pimiento que Rajoy se llevaba a la boca, Merkel se llevaba cuatro, picando y sin picar. Una campeona de la frugalidad europea que no tuvo nada de frugal ante las fuentes de percebes o pimientos de Padrón.

La llamada 'dama del mundo' ha sido durante sus años de mandato, ejemplo de liderazgo y tesón. En setiembre se despide para siempre mientras Alemania le ofrece la adhesión y el aplauso. Ha quedado demostrado: Merkel no había más que una.

Josep Ferré 

Tomás Serrano

Se llama J.F. y por su condición de humorista e imitador cambia de nombre como de camisa. Nació en Tarragona en 1970. No todo el mundo disfruta con los humoristas, porque no todo el mundo tiene buenos humos ni aprecia el arte de la parodia. Eso sí: cuando das con uno que conoce los entresijos del humor, te partes. Es el caso de Josep Ferré, que se ha convertido en la estrella de Sálvame Naranja y Sálvame Limón. Es el otro Latre.

Descubrí a este hombre interpretando a Miguel Bosé en versión Évole. Y es que hay dos Bosés. El de antes de Évole y el de después. A ese último no le gana nadie. Mejor dicho, le gana Ferré.

Debutó en el Deluxe como hermana gemela de Pilar Eyre, y dio la campanada. Después vinieron Fernando Simón, Esperanza Aguirre, Tamara Falcó, Belén Esteban, Lydia Lozano, María Teresa Campos, los Kikos. etcétera.

Según el imitador catalán, su ultimo reto es meterse en la piel de Conchita (la del polígrafo), y robarle el alma con la habilidad de quien le roba la cartera. Sus aciertos más recientes han sido Carmen Borrego y María Patiño.

La mujer afgana

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50 afgana Tomás Serrano

Nunca imaginamos que la vuelta atrás sería posible. Y, sin embargo, aquí está, convertida en un maldito hecho histórico.

La retirada americana trajo intenciones ocultas y nos puso los pelos de punta. Da miedo asomarse al telediario. La multitud enfila la ruta del aeropuerto abriéndose paso a codazos. Suenan tiros, el griterío avanza. Cuando escribo estas líneas dos vuelos españoles han salido ya del país. Como el capitán que será el último en abandonar el barco, el embajador Gabriel Ferrán esta atrincherado en Kabul y no piensa moverse hasta completar la repatriación. Con él permanecerá su segunda, Paula Sánchez, que le ayudará a culminar la tarea.

Hay muchas mujeres en la ciudad dispuestas a sacar pecho ante las embestidas talibanas. No es fácil. Los talibanes han dado la orden de que se cuelgue una bandera allá donde habite una mujer.

El día de la desbandada americana dieron la vuelta a internet algunas fotografías de mujeres afganas. Mujeres estudiantes, con libros bajo el brazo, falda corta y sonrisa abierta. Era toda una declaración de principios. Las fotos estaban fechadas en 1972. A su lado, más fotografías, éstas de mujeres enfundadas en burkas azules con rejillas zurcidas.

Hoy he leído una queja dirigida a Kamala Harris por su inaceptable olvido de las mujeres afganas. Que Obama la perdone.

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