La conmemoración del Día Mundial contra el Sida ha estado precedida por una pequeña confrontación entre Mariano Rajoy y Gabriel Rufián en la sesión de control al Gobierno. El portavoz de ERC en el Congreso exigió al Ejecutivo que aclarase cómo va a fomentar "el uso del preservativo para prevenir el sida" y puso el acento en la supuesta renuencia del presidente a hablar de condones. Este careo demuestra la superficialidad con que muchas veces se afronta el debate sobre el VIH en las instituciones.

La retórica empleada pone de manifiesto las deficiencias del sistema en prevención y educación. Según los expertos consultados por EL ESPAÑOL, el debate debe tener mucha más profundidad y tratar la lucha contra el VIH desde la raíz para reducir al máximo el número de infecciones.

Es crucial educar en el uso de métodos contra las enfermedades de transmisión sexual, alertar sobre prácticas sexuales de riesgo y suprimir las barreras de acceso a un diagnóstico temprano y su tratamiento.

El presidente del Gobierno no acertó al proclamar que su Ejecutivo aumentó las subvenciones en la lucha contra el sida. Es verdad que lo hizo, pero tras haberlas reducido más del 50% en 2011 y sin devolverlas a su nivel original. El Día Mundial contra el Sida es una buena oportunidad para sacar a los retos pendientes frente al VIH y contra todas las ETS.