La Comisión Europea ha exigido este lunes a siete clubes de fútbol españoles (Real Madrid, Barcelona, Valencia, Athletic, Osasuna, Hércules y Elche) que devuelvan los cerca de 70 millones de euros que obtuvieron en su día de dinero público. Desde Bruselas se argumenta que este tipo de ayudas adulteran la competición -el mercado, en definitiva- ya que suponen un agravio para aquellas sociedades que no cuentan con ese tipo de apoyos.

La concesión de ayudas públicas a los equipos de fútbol ha sido una práctica habitual en España con la complicidad de las autoridades, que hacían la vista gorda porque era antipopular no apoyar al equipo "de casa". Ha tenido que ser Jean-Claude Juncker quien ponga sentido común a una situación insostenible.

En un mundo superprofesionalizado en el que los clubes funcionan como grandes empresas, son los socios y accionistas los que deben responsabilizarse de las cuentas, y no el conjunto de la ciudadanía por un capricho del político de turno.