1) Ayer, durante el discurso de Sánchez, los dos sindicalistas más famosos de España miraban su móvil. Rajoy rumiaba un caramelo. Errejón tuiteaba. Los congresistas aplaudían y abucheaban hasta los silencios. Los diputados de Podemos insultaban un día más a los españoles presentándose en el Congreso vestidos como para pintar vallas.

2) En este bodegón del esperpento, solo faltó el vendedor de cucuruchos de altramuces y dos diputados amancebados detrás de una columna. Quizá habría que recordarles a estos señores, incluido el presidente del Gobierno, que al Congreso se llega educado de casa.

3) También habría que recordarle al señor Sánchez la mayor de sus mentiras de ayer. No es cierto que dieciocho millones de españoles votaran en las pasadas elecciones por un gobierno del cambio. Dieciocho millones de españoles votaron por un partido diferente al PP, que es otra cosa muy diferente. El gobierno (viable) preferido en todas las encuestas por los españoles sigue siendo el formado por PP, PSOE y Ciudadanos.

4) La minoría mayor no es una mayoría pero menos lo es una minoría menor.

5) Hablar de mestizaje para referirse a la relación entre catalanes y el resto de españoles es un esperpento que solo podría ocurrírsele a un socialista. Igual deberían probar en el PSOE contratando a escritores de discursos que hayan aprobado la ESO.

6) El premio al mejor discurso político jamás pronunciado en democracia en España sigue vacante por la abrumadora falta de calidad de los aspirantes.

7) No existe una opción de gobierno viable que no pase por la demolición (es decir el suicidio) de uno de los cuatro principales partidos españoles.

8) Las próximas elecciones generales no cambiarán de forma significativa la relación de fuerzas en el Congreso de los Diputados. Si las encuestas internas de los cuatro partidos indicaran algo diferente a eso, hoy habría ya un pacto de gobierno entre aquellos con perspectivas de empeoramiento.

9) Más que votar, en las próximas elecciones generales los españoles nos descartaremos de uno de esos cuatro partidos.

10) Votar al PP descartará a Ciudadanos. Votar a Ciudadanos, al PP y al PSOE. Votar al PSOE, a Podemos y al PP. Votar a Podemos, al PSOE.

11) Votar a Ciudadanos o al PSOE, efectivamente, puntúa doble. Son las ventajas del centro político.

12) Rajoy ha secuestrado y adormecido la voluntad del PP de tal manera que su simple renuncia en favor de un dirigente de mirada limpia conseguiría el milagro de que el partido pareciera una organización política de nuevo cuño.

13) El PP jamás aceptará un gobierno en el que esté implicado Podemos o cualquier partido que defienda, por activa o por pasiva, la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña. Rajoy jamás aceptará nada que pase por su jubilación política.

14) El PSOE jamás aceptará al PP de Rajoy. Está por ver si aceptaría a un PP sin Rajoy.

15) Ciudadanos aceptará al PP y al PSOE. Es probable que incluso a Podemos siempre y cuando este renuncie a sus dos principales estandartes: el referéndum catalán y una política económica y social de raíz totalitaria, intrusiva e incompatible con los estándares democráticos de una sociedad del siglo XXI.

16) Podemos lo quiere todo, que es el camino más corto conocido por el ser humano para llegar a nada.

17) Uno de los errores de los estrategas de la derecha ha sido asociar a Podemos al chavismo. El modelo de Podemos no es Venezuela: es el peronismo.

18) Pedro Sánchez perdió ayer la oportunidad de forzar al PP a deshacerse de Mariano Rajoy.

19) El nada disimulado coqueteo de Sánchez con Podemos (el mismo día que Pablo Iglesias tuiteaba que Otegui ha sido encarcelado por sus ideas) parece indicar que el PSOE va tan justo de maquiavelismo como de dignidad.

20) El programa de gobierno presentado ayer por Sánchez es impolutamente socialdemócrata. A la izquierda de eso solo están las villas miseria porteñas. Probablemente, Ciudadanos tragó saliva más de una y de dos veces. Tanto sacrificio no tendrá recompensa. Esto es España, a fin de cuentas.